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Índice de calidad de los hábitos alimentarios en estudiantes de bachillerato y educación secundaria obligatoria

Índice de calidad de los hábitos alimentarios en estudiantes de bachillerato y educación secundaria obligatoria

Una dieta saludable se puede definir como aquella que tiene una proporción de alimentos que se ajusta a la distribución contemplada en la dieta equilibrada en términos de nutrientes; la Dieta Mediterránea (DM), es considerada un prototipo de dieta saludable.

Índice de calidad de los hábitos alimentarios en estudiantes de bachillerato y educación secundaria obligatoria

Autores: María Victoria Martínez Miras *, María Mercedes Ruiz Sorroche *, Josefa Martínez Gómez *

(*Diplomado Universitario en Enfermería)

Palabras clave: hábitos alimentarios, adolescentes, dieta mediterránea, Test de Kidmed.

RESUMEN

Los hábitos alimentarios en los adolescentes están influenciados por una parte por el tipo de alimentación que hay en casa y por otra parte por las conductas de otros adolescentes con los que se relacionan y por la influencia de los estilos de vida del momento. Por ello hemos querido determinar el índice de calidad de los hábitos alimentarios entre los alumnos de educación secundaria obligatoria (ESO) y bachillerato de diversos institutos de Almería y su provincia. Para ello se utilizó el Test de Kidmed sobre una muestra aleatoria de 307 alumnos.

El 13,4% de los alumnos encuestados tenían un índice de Kidmed bajo, el 52,4% medio y el 34,2% alto, encontrándose diferencias significativas entre ambos sexos. Destacar que de aquellos encuestados con una baja adherencia a la Dieta Mediterránea, el 65,9% lo conforman aquellos con edades comprendidas entre los 12-15 años. Entre los alumnos de ESO y Bachillerato también existen diferencias significativas respecto al consumo de frutas, pescados, bollería industrial y dulces, así como en la falta de regularidad al desayunar y la frecuentación a restaurantes de comida rápida.

El 65,7% de los alumnos, presentaban una adherencia media-baja a la dieta mediterránea por lo que sería aconsejable modificar diversas normas dietéticas en estos adolescentes como incrementar el consumo de frutas, verduras y hortalizas, frutos secos, pasta y arroz, yogures y quesos, legumbres y pescado, así como disminuir la ingesta de bollería industrial y dulces, y la frecuentación de restaurantes de comida rápida, siendo importante el desayuno diario y mantener el consumo de aceite de oliva como grasa culinaria.

INTRODUCCIÓN:

En la actualidad la evidencia epidemiológica y experimental nos permite conocer los problemas nutricionales presentes en la sociedad y las condiciones particulares (culturales, económicas y medioambientales) de los niños y niñas españoles. Partiendo de esta realidad, según la Escuela Andaluza de Salud Pública, en estudios recientes revela que el 26% de los niños españoles de 8 a 17 años, presentan sobrepeso y el 12,6% sufre obesidad.

Tras la importancia que han ido cobrando los problemas de salud relacionados con los hábitos alimenticios durante estos últimos años, diversos organismos, han querido dar respuesta a ellos, en Andalucía, la Consejería de Salud, ha desarrollado el Plan para la Promoción de la Actividad Física y la Alimentación Equilibrada 2004-2008 1, cuyo objetivo final se basa en favorecer la toma de decisión de los andaluces, respecto a una correcta y saludable alimentación, y un ejercicio físico adecuado a sus condiciones particulares; la estrategia NAOS 2, consolidada e impulsada por la Ley 17/2011, de 5 de julio, de seguridad alimentaria y nutrición desde 2011, pretende llevar a cabo actuaciones sobre la nutrición, la actividad física y la prevención de la obesidad en diversos ámbitos de la sociedad.

De los diez factores de riesgo identificados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) 3, como claves para el desarrollo de enfermedades crónicas, cinco están estrechamente relacionados con la alimentación y el ejercicio físico, entre otros la obesidad. En los niños y adolescentes, el problema se hace más grave que en los adultos porque de no tomar medidas a tiempo sobre sus hábitos, hay una elevada posibilidad de que el niño obeso, se convierta en un adulto obeso.

Para la consecución de todos estos objetivos, es necesaria una dieta saludable, que según la OMS, la podemos definir como aquella que tiene una proporción de alimentos que se ajusta a la distribución contemplada de la dieta equilibrada en términos de nutrientes 4. Los alimentos que la integran deben ser aptos para el consumo, desde el punto de vista higiénico y de la seguridad alimentaria, y su forma de ser preparados y presentados, deben respetar las características psicosociales del grupo concreto de consumidores.

La dieta mediterránea (DM)5-9, considerada como dieta saludable, consiste en un estilo de vida basado en una dieta equilibrada y variada en la que predominan los alimentos obtenidos de los cultivos tradicionales de esta área geográfica bañada por el Mar Mediterráneo: el trigo, el olivo y la vid. Se caracteriza por un bajo contenido en grasas saturadas y colesterol, y un alto contenido en hidratos de carbono complejos y fibra.

Los primeros estudios sobre este tipo de alimentación, surgieron al observar que los habitantes de los países bañados por el Mar Mediterráneo, presentaban una menor prevalencia de enfermedades cardiovasculares y enfermedades crónicas, con una mayor esperanza de vida. En los años 50, Ancel y Margaret Keys, de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos), comenzaron a observar la alimentación de estas poblaciones y establecieron que las características de la dieta eran el consumo habitual de cereales, legumbres, fruta fresca, verduras, pescado, aceite de oliva y frutos secos; un consumo moderado de lácteos, huevos y carnes de aves; consumo poco frecuente de carnes de cerdo, cordero y vacuno. Incluían de forma moderada el vino y condimentaban sus platos con especias como el ajo, la cebolla, el orégano o la pimienta. Este tipo de alimentación, se basa en las costumbres de la zona geográfica, que aunque parezca muy diferente por los países que en ella intervienen, tienen infinidad de rasgos comunes.

En la actualidad, diversas investigaciones convergen en que casi el 18% de los adolescentes presentan obesidad 10-12, según los respectivos estudios realizados en diferentes puntos de la geografía española. Valores muy próximos a estimaciones realizadas por el estudio enKID 13, el cual, establece la prevalencia de obesidad infantojuvenil española en un 13.9% y de sobrepeso en un 12.4%. En vista de tales resultados, queda demostrado que la población adolescente forma parte de un grupo de riesgo nutricional por lo que se hace necesario el estudio de sus hábitos alimenticios.

OBJETIVO

Conocer el índice de la calidad alimenticia de los estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y bachillerato de Almería.

MATERIAL Y MÉTODO

Se trata de un estudio descriptivo trasversal, realizado durante los meses de enero a marzo de 2016, en tres centros de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) de la provincia de Almería, elegidos de forma aleatoria.

Para la valoración del índice de calidad alimenticia en relación a la Dieta Mediterránea, se utilizó el Test de Kidmed. La muestra de alumnos se obtuvo, mediante la distribución de dicho cuestionario, en un día lectivo, a la totalidad de alumnos de ESO y Bachillerato. Todos los alumnos que acudieron a clase el día previsto para la distribución del cuestionario (n=307), aceptaron su participación. Todos los cuestionarios fueron cumplimentados de forma correcta por los participantes por lo que la tasa de participación se consideró del 100%.

Del total de alumnos, la muestra estuvo formada por 152 varones (49,51%) y 155 mujeres (50,49%); todos ellos, con edades comprendidas entre los 12 y los 19 años, a los cuales se les clasifica en dos grupos de edad, 12- 15 años cursando ESO (n=170) y 16-19 cursando Bachillerato (n=137).

Se realizó una valoración cualitativa mediante el índice de calidad de la dieta mediterránea (Test de Kidmed) (Tabla 1), es un cuestionario, formado por 16 ítems que se deben contestar de forma afirmativa o negativa (si o no), que evalúa la adecuación al patrón alimentario mediterráneo en población de 2 a 24 años. Las respuestas afirmativas en los ítems que representa una connotación negativa en cuanto a la Dieta Mediterránea, son cuatro, y pasarían a tener un valor de -1; en cambio, aquellas preguntas con respuesta positiva, las 12 restantes, las cuales representan un aspecto positivo para la Dieta Mediterránea, obtendrían un valor de +1. En el recuento total, las respuestas negativas no puntúan; por lo tanto, la puntuación final o índice de Kidmed variará de 0 a 12 puntos. Según estos resultados, el Índice de Kidmed, se puede clasificar en tres grupos:

Grupo 1: De 0 a 3: Adherencia baja a la Dieta Mediterránea; Dieta de muy baja calidad.

Grupo 2: De 4 a 7: Adherencia media a la Dieta Mediterránea; Dieta que debe mejorar su patrón alimentario y asemejarlo más a la Dieta Mediterránea .

Grupo 3: De 8 a 12: Alta adherencia a la Dieta Mediterránea.

La muestra se estudió separando sexos y edades, y globalmente. Los datos obtenidos, se procesaron con el programa estadístico SPSS 20.0, tanto para la creación de la base de datos como para su posterior análisis. Se obtuvieron medias, frecuencias y tablas de contingencias con chi cuadrado de Pearson. El grado de significación de los test fue de p<0.05.

RESULTADOS

El índice de Kidmed, nos permite conocer como la población sigue un patrón ideal de la denominada Dieta Mediterránea. En la población estudiada, la puntuación media del índice obtenida ha sido de 6.28, por lo que según la clasificación del referido índice se ubica a nuestra población en una dieta de calidad media. Al realizar una diferencia entre patrones de sexo, se ponen de manifiesto diferencias estadísticas importantes entre ambos (p<0.05). Así el sexo masculino presenta puntuaciones superiores (6.63) al sexo femenino (5.93), pero todos mantendrían su patrón de dieta de calidad mediterránea media. No sólo hemos encontrado diferencias en relación al género sino también en cuanto a porcentajes de cada una de las categorías, que el caso del porcentaje de dieta óptima el valor obtenido por los adolescentes es superior al de las mujeres.

Continuando con el análisis de datos, obtenemos que el 13,4% de la totalidad de la muestra, tenían un valor del Índice de Kidmed muy bajo, un 52,4% medio y el 34,2% alto. (Tabla 2).