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Tengo tiroiditis de Hashimoto. Relato biográfico

Tengo tiroiditis de Hashimoto. Relato biográfico

Resumen:

La tiroiditis de Hashimoto es una enfermedad no muy conocida. Se trata de una enfermedad autoinmune que afecta a la glándula del tiroides. A través de este relato biográfico se pretende dar a conocer la enfermedad vivida por una mujer desde hace varios años. Mediante el estudio se mostrará la enfermedad, la sintomatología, el pronóstico y la calidad de vida que pueden llevar este tipo de pacientes.

Tengo tiroiditis de Hashimoto. Relato biográfico

Autores:

* Macarena Romero Gallardo. Enfermera de urgencias en Hospital Virgen de la Victoria y enfermera en mutua de accidentes (Málaga).

* Marta Luisa Bandera López. Enfermera de urgencias en Hospital Virgen de la Victoria (Málaga).

Palabras clave: Enfermedad de Hashimoto; atención de Enfermería; tiroides.

INTRODUCCIÓN:

Las enfermedades de la glándula tiroides son una de las primeras causas de atención en endocrinología y la patogenia más frecuente es el desarrollo de autoanticuerpos que atacan a dicha glándula. Dentro de las patologías que afectan al tiroides podemos destacar a la Tiroiditis de Hashimoto por ser la más frecuente y la primera causa de hipotiroidismo con bocio.

Presenta una mayor incidencia en mujeres y además tiene una alta predisposición familiar. Suele empezar lentamente y en ocasiones se necesitan varios meses para detectarla.

El diagnóstico se realiza mediante un análisis de sangre para detectar la presencia de anticuerpos, además de otras pruebas de función tiroidea.

Presenta una sintomatología típica de hipotiroidismo basada en: fatiga, aumento de peso, estreñimiento, depresión, poca tolerancia al frío, caída del cabello y sueño excesivo.

La evolución de la tiroiditis de Hashimoto va a ser un hipotiroidismo crónico donde será importante la adherencia al tratamiento así como mantener unas medidas higiénico-dietéticas adecuadas.

A través de este relato biográfico se plantea describir las experiencias vividas por una mujer diagnosticada de Tiroiditis de Hashimoto. Se eligió a la informante por existir una amistad con ella y conocer su caso muy de cerca. Las características personales, el interés por contar su historia y por los temas relacionados con la salud la hicieron propicia para contar su enfermedad. Para llevarlo a cabo se utilizaron los pasos y las propuestas de Amezcua y Hueso Montoro. Llamaremos a la informarte Gema para preservar su intimidad. Se realizó una toma de datos a través de una entrevista estructurada, se llevó a cabo en el domicilio de la paciente y tuvo una duración de 45 minutos. Fue grabada en audio y se tomaron notas de campo.

Tras el análisis de los datos pudimos dividir la entrevista en 6 apartados bien diferenciados. El resultado transcrito fue entregado a la informante que quedó satisfecha y acuerdo con lo que había expresado.

Hemos seleccionado a una paciente afectada de tiroiditis de Hashimoto por ser una enfermedad poco conocida, que a veces pasa desapercibida por su sintomatología difusa y por la repercusión anímica que produjo a la paciente su diagnóstico.

RELATO BIOGRÁFICO

Mi nombre es Gema, tengo 41 años y padezco de esta enfermedad con nombre de japonés desde hace 6 años. Soy administrativa de un centro sanitario y tengo un hijo de 10 años. Voy a contar la experiencia de mi enfermedad.

Antes del diagnóstico

Comencé a notarme rara más o menos en el mes de marzo de hace ya 6 años, ya empezaban a alargarse los días y a veces, después del trabajo quedábamos con los compañeros a tomar un refresco y hablar de nuestras cosas. Cada vez que me lo proponían se me hacía un mundo ir, no quería decir que no, pero siempre encontraba la excusa perfecta para ahuyentarme [gesto de tristeza]. Estaba muy cansada, empecé a engordar bastante y aún poniéndome a dieta no podía adelgazar tanto como quería. Mi hijo quería jugar después de los deberes y no sabía cómo sacar las fuerzas para hacerlo [suspira]. Mi vida iba mucho más lenta, no tenía fuerzas para nada.

Clínica

Sobre todo sentía muchísimo decaimiento, cansancio durante todo el día, y bastante sueño. Aún durmiendo 10 horas diarias, cada vez que me sonaba el despertador para ir a trabajar me costaba la vida levantarme. En la ducha observé que se me caía el pelo más de de lo normal, pero pensé que sería la época de la caída y no le presté importancia. Mis cambios de humor eran de libro [se sonroja], de un momento a otro podía estar riendo a carcajadas y en cuestión de un segundo ponerme a llorar. Estaba pasando algo en mi cuerpo y en mi cabeza [se queda pensativa] En mi trabajo no podía concentrarme como antes… e incluso, a veces, se me quedaba la mente en blanco. Estuve así al menos 3 meses, pero bueno, pensé: ¡Será la astenia primaveral, no puede ser otra cosa! Y como el verano estaba empezando junto con las calores, el estar bebiendo todo el día agua no me parecía algo anormal. Mis compañeros se dieron cuenta de que yo no era la misma y que tenía que pedir ayuda a algún médico. Todavía recuerdo la mala contestación que tuve a uno de ellos cuando me lo aconsejaron… [suspira] ahora me da hasta vergüenza.

En busca del Diagnóstico

Tras la insistencia de mi familia y de mis compañeros se lo comenté a un médico de mi centro de trabajo. Lo primero que me indicó fue que me hiciera una analítica. Como yo tenía un seguro privado y éste mismo médico estaba incluido, el mismo me la prescribió. No quiero ni recordar la de cruces que puso en la analítica, me pidió mil y un parámetros, algunos de los que ni siquiera había oído jamás [arquea las cejas]. Tras obtener los resultados, me fui directamente a su consulta y se los di. Yo no entendía nada pero nada más ver los resultados se fue rápidamente a mi cuello, me tocó detenidamente y me confirmó que tenía el tiroides inflamado, un nódulo y que fuera lo más rápido posible a un endocrino [gesto de asombro]. Me quede en blanco, solo supe decir: ¿es algo de lo que deba preocuparme? Me dijo: “NO, pero no lo dejes”. Pedí cita, sin falta, pero solo tenían disponibilidad hasta la vuelta de un viaje que tenía programado. Como todos los años, iba a la romería del Rocío, era tradición familiar desde que nací, pero ese año no fue igual, no podía quitarme de la cabeza lo que me podía pasar, la palabra nódulo…, que si el tiroides….estaba deseando que terminara para volverme a casa y que llegara la hora de acudir a mi cita.

Confirmación de la enfermedad

Llegó el día de ir a la consulta, muerta de nervios llegué, me senté y la doctora me dijo que tras la clínica que yo le refería y la analítica padecía de hipotiroidismo y que los niveles tiroideos estaban muy bajos. También me confirmó que tenía un déficit de vitamina B12, pero que en principio no tenía que inyectármela y que iba a esperar un poco. Me indicó realizarme una eco de tiroides y con todos los resultados me dijo que tenía una enfermedad de la glándula tiroides llamada Hashimoto. Mi hermana aún recuerda la cara que se me quedó cuando escuché esa palabreja [se ríe]… ¿Pero qué es eso, que es lo que tengo con ese nombre tan raro? Me explicó en lo que consistía la enfermedad y poco a poco fui asimilando el tema.

Tratamiento

En un principio comenzaron prescribiéndome eutirox 25 mg, además de alternar Hidroxil con Foli12. A la siguiente cita me aumentaron la dosis a eutirox 50, en la siguiente a eutirox 88 y en la actualidad estoy con eutirox 125. Tardaron más de 3 años en regularme el tiroides, y es verdad que hasta que no lo hicieron no empecé a encontrarme mejor [gesto de alivio] Me hago analíticas cada tres meses y una ecografía de tiroides de forma anual.

Actualidad

Desde que tengo la enfermedad padezco de muchos altibajos anímicos, me cuesta muchísimo bajar de peso, ya no soy la que era [baja la voz, se entristece]. El cansancio persiste, sobre todo por las mañanas, no puedo abrir ni los ojos, casi siempre tengo frío, pero bueno… me he hecho a la idea de que mi vida va a ser así. Me controlan el nódulo todos los años, por si hubiera crecimiento, pero gracias a dios va todo bien [mira hacia arriba y se santigua]. Realmente ahora estoy más tranquila, porque sé que estoy controlada, pero eso sí no puedo olvidar jamás mis pastillas, el día que por circunstancias he olvidado tomármelas lo he pasado fatal. Lo que me tiene más desconcertada es que me dijeron que era hereditaria y que tenía que controlar a mi hijo, eso no lo quiero ni pensar, pero bueno, vivo el día a día. Sé que nunca tendré la misma vida que antes, pero…tengo que ser positiva.

Bibliografía:

  • Yanes Quesada Marelys, Turcios Tristá Silvia, Alaves Martín Ernesto, Cruz Hernández Jeddú, Rodríguez Fernández Lisbet, Yanes Quesada Miguel Ángel et al. Caracterización clínica y funcional en pacientes con diagnóstico inicial de tiroiditis de Hashimoto en el año 2007. Rev Cubana Endocrinol [Internet]. 2008. Consultado el: [25/05/2016] Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1561-29532008000200002&lng=es.
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  • Clínica Universidad de Navarra [Internet]. Enfermedades y tratamientos. Enfermedades. Tiroiditis de Hashimoto. [Consultado el 02/06/2016] Disponible en:

    http://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/tiroiditis-hashimoto

  • Hormone Health Network. Pacientes y cuidadores. Trastornos de la Tiroides. La enfermedad de Hashimoto [consultado el 03/06/2016] Disponible en: http://www.hormone.org/audiences/pacientes-y-cuidadores/preguntas-y-respuestas/2012/hashimotos-disease