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Fisiología de la respuesta sexual femenina

Fisiología de la respuesta sexual femenina

En este artículo se presenta, desde un punto de vista fisiológico, los componentes de la respuesta sexual femenina con el objetivo de mostrar que ésta va más allá de la propia función procreadora.

AUTORA

María Cristina Villar Yus. Máster Universitario en Investigación en Atención Primaria por la Universidad Miguel Hernández de Elche. Máster Universitario en Bioética por la Universidad Católica de Murcia. Experto Universitario en Cuidados Generales en Enfermería por la Universidad de León. Graduada en Enfermería por la Universidad San Jorge.

RESUMEN

La sexualidad humana representa el conjunto de comportamientos que conciernen a la satisfacción de la necesidad y el deseo sexual. Al igual que otros primates, los seres humanos utilizan la excitación sexual con fines reproductivos y para el mantenimiento de vínculos sociales, pero le agregan el goce y el placer propio y el del otro. 1

El objetivo principal del siguiente trabajo es explicar desde un punto de vista fisiológico cómo se produce la respuesta sexual en la mujer.

La respuesta sexual consta de cuatro fases: excitación, meseta, orgasmo y resolución que se dan de diversa forma en el hombre y en la mujer. 1

El modelo fisiológico sobre la respuesta sexual humana es diferente con respecto a otros procesos fisiológicos que se dan en nuestro organismo, debido a que la mayoría de ellos se producen de manera automática siendo nosotros inconscientes de ellos, pero en el caso que vamos a exponer interviene nuestra voluntad. 2

PALABRAS CLAVE: respuesta sexual humana, procrear, estímulos sexuales, etapas de la respuesta sexual.

OBJETIVOS

El objetivo de este trabajo es exponer los mecanismos de la respuesta sexual femenina desde el punto de vista fisiológico. Más allá de la propia función procreadora, la mujer responde de una determinada forma ante los estímulos sexuales.

La sexualidad es una parte importante de la vida humana y además tiene connotaciones psicológicas, sociales y culturales. Por ello es un modelo fisiológico que se diferencia de la mayoría.

DESARROLLO DEL TEMA

Durante la relación sexual o coito, se eyacula el semen por la uretra masculina en la vagina. La secuencia de cambios fisiológicos y emocionales que experimentan tanto varones como mujeres antes, durante y después del coito se denomina respuesta sexual humana. Es una parte importante de la fisiología humana, ya que su finalidad es el producir placer sexual y facilitar la procreación. 2

ETAPAS DE LA RESPUESTA SEXUAL HUMANA

La respuesta sexual humana está dividida en cuatro etapas: excitación, meseta, orgasmo y resolución. 2

Durante la fase de excitación sexual, diversos estímulos físicos y psicológicos activan reflejos parasimpáticos. Así se propagan impulsos nerviosos de la sustancia gris de los segmentos S2 a S4 de la médula espinal por los nervios esplácnicos pélvicos. Algunas de estas fibras postganglionares parasimpáticas producen la relajación del músculo liso vascular, lo cual permite la vasocongestión (ingurgitación con sangre) de los tejidos genitales. Además, los estímulos parasimpáticos inducen la secreción de líquidos lubricantes. Si no hay lubricación satisfactoria, el coito es difícil y doloroso para ambas partes, e inhibe el orgasmo. 3

Otros cambios incluyen el aumento de la frecuencia cardiaca y presión sanguínea, así como del tono muscular en todo el cuerpo e hiperventilación. 1,3

Los cambios que se inician durante la excitación se sostienen en un nivel intenso durante la fase de meseta, que puede durar desde unos segundos hasta varios minutos. En esta etapa, algunas mujeres y varones presentan un rubor sexual, es decir, un enrojecimiento en la cara y en el pecho. En general, la etapa más breve es el orgasmo, también llamado clímax, en el cual el varón eyacula y las personas de ambos géneros experimentan varias contracciones musculares rítmicas a intervalos de unos 0.8 segundos, acompañadas de sensaciones placenteras intensas.

El rubor sexual también es más prominente en esta fase. Durante el orgasmo, oleadas de impulsos nerviosos simpáticos salen de la médula espinal en los niveles L1 y L2, y generan contracciones rítmicas del músculo liso de los órganos genitales. Al mismo tiempo las motoneuronas somáticas de los segmentos lumbares y sacros de la médula espinal desencadenan contracciones rítmicas de los músculos del periné, en particular del bulbocavernoso, isquiocavernoso y esfínter externo del ano. Por último está el período refractario, el cual es un período de recuperación, durante el cual es fisiológicamente imposible que ocurran de nuevo la eyaculación y el orgasmo. Este período puede llegar a durar desde unos minutos hasta varias horas. En esta etapa lo que ocurre es que los órganos genitales, la frecuencia cardiaca, la presión sanguínea, la respiración y el tono muscular regresan al estado que tenían antes de la excitación. 1,2,4

Estas cuatro fases explicadas no siempre están separadas claramente la una de la otra y varían de modo considerable de una persona a otra, e incluso en una misma persona en diferentes momentos. 4

RESPUESTA SEXUAL FEMENINA

El éxito de la realización del acto sexual femenino depende tanto de la estimulación psicológica como de la estimulación local, al igual que en los varones. Una de las circunstancias por las que se produce un aumento del deseo sexual en la mujer es el momento en que ésta se aproxima a la ovulación, lo que podría deberse a la elevada secreción de estrógenos durante el período preovulatorio. 5

La estimulación sexual local de la mujer consiste en el masaje y otros tipos de estimulación de la vulva, la vagina y otras regiones del periné. El glande del clítoris es especialmente sensible para la iniciación de las sensaciones sexuales. 5

Las sensaciones sexuales se transmiten a los segmentos sacros de la médula espinal a través del nervio pudendo y del plexo sacro. Una vez que estas señales han penetrado en la médula espinal, se transmiten al cerebro. También los reflejos locales integrados en la médula espinal sacra y lumbar son, al menos en parte, responsables de algunas reacciones de los órganos sexuales femeninos. 6

En torno al introito y extendiéndose hacia el clítoris, existe un tejido eréctil controlado por nervios parasimpáticos que se dirigen, a través de los nervios erectores, desde el plexo sacro a los genitales externos. En las primeras fases de la estimulación sexual, señales parasimpáticas dilatan las arterias de los tejidos eréctiles, quizá como resultado de la liberación de acetilcolina, óxido nítrico y péptido intestinal vasoactivo (VIP) en las terminaciones nerviosas. 7

Las señales parasimpáticas también se dirigen a las glándulas de Bartolino, situadas bajo los labios menores, para provocar la secreción de moco inmediatamente por dentro del introito. La lubricación es necesaria para que se produzca una sensación satisfactoria de masaje durante el coito. Esta sensación de masaje es el estímulo óptimo para provocar los reflejos pertinentes que culminan en el clímax u orgasmo. 8

El orgasmo femenino es análogo a la emisión y eyaculación del varón y quizá ayude a promover la fecundación del óvulo. De hecho se sabe que la mujer es ligeramente más fértil cuando se insemina por un coito normal que con métodos artificiales, lo que indica una importante función del orgasmo femenino. Además de los posibles efectos del orgasmo sobre la fecundación, las intensas sensaciones sexuales que se desarrollan durante el orgasmo también se dirigen al cerebro y producen una intensa tensión muscular en todo el cuerpo. Tras la culminación del acto sexual, este efecto da paso, en los minutos siguientes, a una sensación de satisfacción caracterizada por una plácida relajación, un proceso denominado resolución. 9

CONCLUSIONES

Considero que el modelo fisiológico sobre la respuesta sexual humana es una parte importante de la fisiología, ya que es la base de la procreación. Por otro lado, supone una diferenciación con respecto a otros procesos fisiológicos que se dan en nuestro organismo, porque la mayoría de ellos se producen de manera automática siendo nosotros inconscientes de ello, pero en el caso que nos ocupa interviene nuestra voluntad, ya que es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales. Si bien puede abarcar todos estos aspectos, no es imprescindible que se experimenten o se expresen todos. Sin embargo, la sexualidad se experimenta y expresa en todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos.

No es uno de los procesos fisiológicos más complejos que se llevan a cabo en nuestro organismo, sin embargo si implica a diversos órganos y sistemas.

Estimo que es un tema que se puede abordar desde distintas ciencias como la fisiología, la anatomía o la sociología debido a su multidisciplinariedad.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Cabello F. Manual de sexología y terapia sexual. Madrid: Síntesis; 2010.
  2. Despopoulos A, Silbernagl S. Quinta edición. Atlas de bolsillo de Fisiología. Madrid: Harcourt; 2001.
  3. Guyton AC, Hall JE. Decimoprimera edición. Tratado de Fisiología médica. Barcelona: Elsevier; 2009.
  4. Reynolds Grabowsky S, Tortora GJ. Novena edición. Principios de Anatomía y Fisiología. México: Oxford; 2003.
  5. Grebenc MA. Anatomía y Fisiología en la sexualidad humana. [página Web]. Versión PDF.
  6. Hoyle CH.V, Stone RW, Robson T, Whitley K, Burnstock G. Innervation of vasculature and microvasculature of the human vagina by NOS and neuropeptid containing nerves. J Anat, 188 (1996), pp. 633-44
  7. Toesca A, Stolff VM, Cocchia D. Immunohistochemical study of the corpora cavernosa of the human clitoris. J Anat, 188 (1996), pp. 513-20
  8. Bases fisiológicas de la sexualidad (I). Respuesta sexual. En: Castelo-Branco C, editor. Sexualidad humana: una aproximación integral. Buenos Aires: Médica Panamericana; 2005. p. 21-31.
  9. Mas M, Gutiérrez P. Correlatos cerebrales de la respuesta sexual humana. Actualidad Andrológica, 8 (2000), pp. 48-58