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Humanización en los cuidados de Enfermería

Humanización en los cuidados de Enfermería

INTRODUCCIÓN

Según el Diccionario de la Real Academia Española:

-Humanizar. Hacer humano, familiar y afable a alguien o algo.

-Humano. Comprensivo, sensible a los infortunios ajenos.

-Humanización. Acción y efecto de humanizar o humanizarse.

Autores

-Estrella Alba García Gavilán (DUE en Servicio Andaluz de Salud)

-Miguel Ángel Gavilán López (DUE en HU Reina Sofía de Córdoba)

-Ángela Gavilán López (DUE en Servicio Andaluz de Salud)

Resulta paradójico que se hable de “Humanizar los servicios de salud” cuando la esencia de éstos precisamente es el ser humano y el origen de las instituciones de salud se gestó en la necesidad de que alguien atendiera al enfermo. Pero la tecnificación creciente del servicio de salud, la prioridad por la eficiencia y el control del costo médico han hecho que el personal de salud sobreponga aspectos administrativos, financieros y procedimentales a la prestación de un verdadero servicio orientado al ser humano.

Con este escrito pretendo incitar a la reflexión acerca de crear conciencia y hacer visible la necesidad de humanizar la atención de la salud. Solo así se puede lograr una atención de alta calidad

RESUMEN

Cada día parece más difícil mantener los valores humanitarios en el acto de cuidar en las instituciones públicas de salud, en donde parecen invisibilizarse los cuidados de Enfermería por las labores biomédicas, y como consecuencia la persona como sujeto de derecho es cada vez más invisible.

Las instituciones hospitalarias como subsistemas sociales, cumplen la función de socializar a los individuos con pautas, normas establecidas, adaptándolos e integrándolos al sistema, de esta forma el cuidado holístico se ve dificultado por las múltiples tareas delegadas de tipo biomédico, quedando relegado acciones más humanas.

Por lo anterior, el objetivo de este artículo es realizar un abordaje reflexivo sobre la imperiosa necesidad que tienen los profesionales en salud de brindar una atención más humanizada, responder a las aspiraciones del usuario y a su condición como persona, que podría lograrse si como seres humanos somos capaces de situarnos desde su perspectiva.

La humanización es un tema de importancia para las personas que trabajan en el área de la salud, en especial al equipo de Enfermería por su cercanía diaria con los pacientes aunque se debe integrar al resto del equipo de salud. Porque el objeto principal es el ser humano con todas sus necesidades como son: ayuda para lograr la adaptación, compañía, explicaciones acerca de su situación de salud, incertidumbre por el futuro. Por tanto nosotros debemos brindarle una atención integral de calidad, tanto en lo físico, emocional y espiritual tratando al paciente con respeto y dignamente como persona no como un número o patología que tiene derechos como el de ser escuchado, saber acerca del tratamiento y procedimientos que se le vayan a realizar, como también mantener la confidencialidad, respetar sus creencias y costumbres, así como las opiniones personales que tenga de la enfermedad que padece.

El paciente se siente solo, independiente de si está grave o no, tratar en lo posible de que tenga la compañía de sus familiares para que sea más llevadera su situación con el apoyo de sus seres queridos.

El objetivo como profesionales de la salud es humanizar los cuidados, fundamentados en el reconocimiento de la dignidad intrínseca del paciente, de tal manera que él sienta que es el centro de la atención, valorado como persona con todos sus derechos.

En resumen, cuidados más humanizados, cuyo objetivo es un bien tan apreciado como la salud.

METODOLOGÍA

Se ha llevado a cabo una búsqueda y revisión bibliográfica acerca de la “humanización en los cuidados de Enfermería”, en las principales bases de datos y en los siguientes metabuscadores: Google académico y The Cochrane Library.

PALABRAS CLAVE: humanización, Enfermería, cuidado integral, ser humano.

INTRODUCCIÓN

Ha sido una búsqueda incansable el definir cuál es la misión de la Enfermería. La abundante bibliografía al respecto nos presenta variadas acepciones de la misión de cuidado: cuidado como trato humano («un modo humano de ser») al que se le incorporan conocimientos y habilidades para llegar a profesionalizarse, cuidado como imperativo moral (compromiso personal de mantener la dignidad e integralidad de las personas), cuidado como afecto (implicación emocional, empatía, intimidad), cuidado como atención biológica (búsqueda de resultados fisiológicos como indicadores de cuidados) y por último, cuidado como acción terapéutica en la que el paciente percibe sus necesidades y demanda el tipo de cuidado que precisa y la enfermera ofrece acciones encaminadas a satisfacer dichas necesidades.

DEFINICIONES

En todo lo anterior, es importante la definición de salud según la OMS, que la define como el estado de bienestar físico, psíquico y social y no sólo la ausencia de enfermedad; hay que tener en cuenta esta definición para brindar cuidados de calidad.

Según Virginia Henderson, “Cuidar es ayudar a la persona a satisfacer sus necesidades tal como ella haría por sí misma, si tuviera la fuerza, la voluntad o los conocimientos necesarios. Por ello, cuidar debe hacerse contemplando la totalidad de la persona, sus relaciones con el entorno, sus posibilidades, creencias, valores y formas de vida. “El cuidado es un acto de respeto por la vida de quien lo necesita”

Florence Nightingale, reconocida como la primera enfermera profesional, reseñó un elenco de virtudes que deben caracterizar a una buena enfermera: «Una enfermera debe ser una persona de la que se pueda uno fiar, en otras palabras, capaz de ser enfermera de confianza… No puede ser chismosa, ni ligera charlatana; nunca debe contestar preguntas sobre su enfermo… debe ser estrictamente moderada y honesta, pero, más que esto, debe ser una mujer religiosa y devota, ha de respetar su propia vocación, porque con frecuencia se coloca en sus manos el precioso don de la vida, debe ser una minuciosa, fiel y rápida observadora, y ha de ser una mujer de buenos y delicados sentimientos.

El cuidado debe ir de la mano de la humanización, la cual es orientar el trabajo en salud hacia el servicio del enfermo, considerando a este en su totalidad personal y tratando de ofrecerle una asistencia integral que satisfaga las dimensiones psicológica, biológica, social y espiritual del individuo.

COMO LOGRAR MAYOR HUMANIZACIÓN

– Seguridad en el paciente, no podemos hablar de servicios humanizados si estos no garantizan la seguridad en todo momento tanto para el paciente como para su familia y el personal de salud. Es por esto que la institución debe trabajar un programa de seguridad que incluya el manejo sistemático y responsable de los riesgos desde su identificación, clasificación, priorización y administración, hasta la generación de barreras de seguridad para disminuir su impacto, y el seguimiento y monitorización del riesgo para la toma de decisiones por parte de la alta dirección.

– No sería posible humanizar los servicios de salud si no existiese una política, estrategia o programa de manejo del dolor. Se requiere una oportuna detección y manejo interdisciplinario de los casos que requieren intervención aguda del dolor, independientemente del tipo de atención o servicio que requiera el paciente. Es necesario optimizar los recursos humanos y técnicos disponibles, en busca de una experiencia sanadora y humanizada.

– Calidez, el respeto y la cordialidad, además de las calidades profundas que serían la empatía, la contención emocional y la asertividad. Los cuidados enfermeros deben comportar una práctica vinculada a la asunción de valores como respeto, prudencia, preocupación por la persona, sensibilidad hacia su vulnerabilidad y comprensión del sufrimiento. Dar Calor humano genuino, generar empatía, tener una actitud diligente y optimista y propiciar un ambiente cálido y agradable. Lo que hace la diferencia entre dar atención de Enfermería y el cuidado humanizado.

– Comunicación asertiva. Transmitir a la persona que le estamos dedicando nuestra atención. Capacidad de comunicación y escucha. Se logra cuando se genera confianza y se establecen canales de comunicación eficaces que permitan escuchar las necesidades, sentimientos, deseos y opiniones del paciente y permitan transmitirle de una manera clara y cálida la información que se requiere de acuerdo a la condición de cada ser humano, ya que sólo así podremos tener un conocimiento completo de la otra persona, ganándonos su confianza y respeto, y consiguiendo que colabore y se sienta implicado en el cuidado.

– Información, que se brinda al paciente y su familia, la cual debe ser clara, completa y suficiente para que les permita tomar las decisiones más apropiadas para su manejo y cuidado en salud. Eliminar el empleo de términos ininteligibles por parte del receptor, ya que nuestra función no consiste en impresionar con nuestra verborrea técnica a los demás. Lo que realmente nos interesa es llegar a la persona que estamos atendiendo, nuestros esfuerzos deberían ir encaminados a hacernos entender, y esto lo conseguiremos acercándonos a la realidad del otro, poniendo en común y encontrando la manera de vincularnos, ya que en definitiva, eso es la comunicación.

– Otro punto a destacar en el ámbito de la investigación es la ética, la que solamente se mencionará pero que es necesaria tenerla presente. No se debe perder el respeto por las personas por lograr algo, nuevamente la formación profesional aquí es fundamental, educar sobre normas internacionales, consentimiento informado, protección al usuario.

CONCLUSIONES

Ante el riesgo de deshumanización en el cuidado del paciente, a causa de la gran reestructuración administrativa de la mayoría de los sistemas del cuidado de la salud en el mundo, se hace necesaria el rescate del aspecto humano, espiritual y transpersonal, en la práctica clínica, administrativa, educativa y de investigación por parte de los profesionales de Enfermería.

El profesional de la salud debe ser el mediador, el vínculo entre las tecnologías y las necesidades humanas, efectuando así la humanización.

Cuidando lo cotidiano y lo cercano, favoreciendo la escucha, el intercambio, estando atento a las emociones, ayudando a la persona a movilizar las capacidades y a mantener las relaciones significativas, podemos ayudarla a seguir viviendo incluso en el proceso de muerte. Es ahí donde podemos encontrar el valor del cuidado y donde la enfermera aporta un valor cualitativo inestimable al proceso de atención.

Dar prioridad a la persona antes que a las rutinas de la organización del trabajo, si es necesario modifica el entorno para asegurar un cuidado de calidad y libre de riesgos. Una enfermera que conoce bien a la persona y su contexto de vida puede facilitar las interacciones y decisiones conjuntas con los otros profesionales de la salud y de los servicios con que se cuenta.

La humanización del cuidado requiere tiempo, recursos, buena relación intergrupal y compromiso explícito de la institución.

Finalmente, queda la sensación de que la Enfermería aún tiene mucho por hacer y mejorar, que el compromiso seguirá siendo arduo y trabajoso, pero la Enfermería no ha sido fácil y todos los profesionales que forman esta disciplina tienen la fuerza suficiente para hacer de su quehacer algo importante.

“La HUMANIZACIÓN DE LOS SERVICIOS DE SALUD es un compromiso de todos”.

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