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La importancia del lavado de manos

La importancia del lavado de manos

Resumen:

El lavado de manos es la medida más importante para prevenir y reducir las infecciones que se producen en el ámbito hospitalario. Dicho conocimiento, data de 1847, siendo Semmelweis el verdadero precursor de la antisepsia, descubriendo la relación existente entre la sepsis puerperal y la falta de lavado de manos. Autores: Leire Bravo Santo Tomás; Maitane Picabea Fernández, Alexia Guillermo Sala: Diplomadas en Enfermería.

Palabras clave: lavado de manos, Enfermería, higiene, infección hospitalaria y nosocomia

Podemos definir infección hospitalaria como una enfermedad transmisible, aparecida por cualquier mecanismo que afecte tanto al paciente como personal sanitario. Sigue constituyendo un problema sanitario y social de enorme transcendencia. Es por ello, que realizamos una revisión de 31 artículos en relación a dicho tema, para destacar la importancia de dicha actividad para la reducción de infecciones nosocomiales,

INTRODUCCIÓN

Hoy en día, el lavado de manos es la medida más importante para prevenir y reducir las infecciones que se producen en el ámbito hospitalario.

El agua es un bien preciado y es la sustancia básica e imprescindible para las actividades de la vida diaria de la persona. Una de estas finalidades es el empleo en la higiene. Como profesionales sanitarios su valor se ve incrementado de manera importante dentro del ámbito profesional.

Una especial relevancia tiene la pronta deducción de que las manos se consideraban transmisoras de infecciones, aun cuando todavía se desconocía el agente infeccioso. El conocimiento de la necesidad de lavado de manos, antes de atender a un paciente, data de hace más de 150 años, cuando en 1847 Semmelweis fue el verdadero precursor de la antisepsia, descubriendo la relación existente entre la sepsis puerperal y la falta de lavado de manos. Observó que la mortalidad por sepsis puerperal era mayor en el Hospital General de Viena que en la clínica de comadronas. Hizo entonces que se lavaran con agua de cloro al entrar en la maternidad y al cabo de un mes, la mortalidad por fiebres puerperales había descendido de un 27% a un 0,2%.

Las infecciones hospitalarias han sido investigadas desde muy diversos ángulos, ya que constituyen un serio riesgo para todos aquellos enfermos que ingresan en un centro y a nivel epidemiológico, los gérmenes cada vez se muestran más resistentes a los distintos tratamientos. En relación al coste sanitario, también hay un incremento importante del mismo.

Podemos definir infección hospitalaria como una enfermedad transmisible, aparecida dentro de un centro hospitalario, aparecida por cualquier mecanismo que afecte tanto al paciente como personal sanitario. Sigue constituyendo un problema sanitario y social de enorme transcendencia. A pesar de los recursos empleados para controlarlas, sigue provocando morbilidad, secuelas, y mortalidad elevada, prolongando los días de hospitalización y generando costes extras.

Los sujetos más susceptibles de infección son los recién nacidos, las personas inmunodeprimidas y pacientes que presenten heridas abiertas.

Existe una técnica sencilla, económica y eficaz que ofrece resultados satisfactorios: el lavado de manos. Esta técnica es básica para prevenir y controlar la transmisión de agentes patógenos, fundamentalmente ante la disminución de las infecciones cruzadas, de paciente a paciente o a través de las manos del personal sanitario.

En la literatura hay muchas evidencias de que el lavado de manos reduce la tasa de infecciones hospitalarias y la mortalidad. Es por ello, que este procedimiento es considerado la medida más importante para prevenir y reducir las infecciones relacionadas con a la atención sanitaria. Las manos de los sanitarios que están al cuidado de las personas, sirven como vectores para la transmisión de organismos de un enfermo a otro, del trabajador sanitario al enfermo y viceversa. Con frecuencia, son un depósito importante para los patógenos con resistencia antimicrobiana, constituyendo uno de los principales eslabones en la cadena epidemiológica de transmisión de enfermedades.

En cada hospital de España, existe una comisión de infecciones y un servicio de medicina preventiva con competencias sobre la epidemiologia de la infección hospitalaria, higiene del hospital y programas preventivos.

En un intento por mejorar y actualizar nuestra práctica diaria como profesionales sanitarios, realizamos una revisión acerca de la importancia del lavado de manos, presentando y discutiendo los aspectos más relevantes y las nuevas recomendaciones.

METODOLOGÍA

El presente trabajo se centra principalmente en las variaciones con respecto a conceptos clásicos o innovaciones desprendidas de las últimas investigaciones. En un intento de actualizar nuestra práctica diaria y unificarla, realizaremos esta revisión de treinta y un artículos sobre la técnica del lavado de manos y otros aspectos a tener en cuenta, recogiendo las variaciones que se derivan de las recomendaciones más actuales y con mayor nivel de evidencia científica.

Para elaborar este documento se han consultado las bases de datos sanitarios, MEDLINE, COCHRANE, CUIDEN y ENFISPO, sobre el tema de lavado de manos y en español. La estrategia de búsqueda se ha basado principalmente en las palabras clave: en inglés (handwasing, nurse and infections, nosocomial) y en español (lavado de manos, Enfermería, higiene e infección hospitalaria y nosocomial)

Los estudios seleccionados según las citadas bases de datos se han distribuido de la distinta manera: doce artículos de MEDLINE, quince de CUIDEN, dos de la COCHRANE y dos de ENFISPO.

La búsqueda se ha completado consultando manualmente las referencias bibliográficas de los artículos.

RESULTADOS

Se ha observado que un caso de infección hospitalaria supone un gran gasto sanitario, cuatro veces más de lo esperado que en pacientes con la misma enfermedad pero sin infección, aparte de un promedio más de cuatro días de cama extra. La mayoría de estas infecciones son causadas por bacilos Gram negativo y una de las principales vías de trasmisión de estos microorganismos son las manos contaminadas del personal sanitario. Estas ocurren con una tasa de 5 a 10 por cada 100 pacientes, un 8,7% según la OMS y se les atribuye una muerte directa del 3%.

La higiene de manos está considerada como la medida de mayor importancia, tanto por su eficacia demostrada como por su reducido coste, para la prevención de las infecciones hospitalarias y de la diseminación de patógenos resistentes a los antimicrobianos. Sin embargo, la falta de cumplimiento por parte de los trabajadores sanitarios de los procedimientos recomendados en las Guías de práctica clínica permanece en unos valores claramente inaceptables, ya que la frecuencia de cumplimiento generalmente no supera el 50% de las oportunidades en las que esta práctica está considerada como prioritaria.

Los resultados obtenidos muestran un bajo cumplimiento en la higiene de manos, al mismo tiempo se observa que esta actividad se realiza con fines de protección propia, más que para protección del paciente, llegando a ser algo banal y rutinario para las enfermeras, ya que lo hacen pero incorrectamente, rápido y sin tener conciencia de porque lo hacen, aunque cuando son ellas las que tienen riesgo de contaminarse, el lavado lo realizan a conciencia.

Los factores que han contribuido al escaso cumplimiento de la higiene de manos por parte del personal sanitario son variados, incluyendo la ausencia del conocimiento de su importancia para prevenir las infecciones hospitalarias y de los mecanismos de contaminación de las manos, la falta de comprensión de la técnica adecuada para su realización, la escasez de personal y la sobre ocupación de las instituciones sanitarias, el acceso difícil a los puntos destinados tradicionalmente a la higiene convencional de las manos, la aparición de dermatitis de contacto asociadas con la frecuente exposición al agua y jabón y, por último, la ausencia de un compromiso institucional para mejorar de forma global la higiene de manos.

El objetivo de la higiene de manos es la reducción de la colonización de las manos por la flora transitoria.

Se distinguen dos tipos de lavados de manos:

  • Lavado de manos higiénico, está indicado al iniciar o terminar cualquier procedimiento enfermero, después de tocar cualquier equipo o material empleado por el usuario, tras tocar el material contaminado, antes y después de tocar al paciente y al finalizar y comenzar un turno de trabajo. También se hace necesario para aislamientos tanto inverso, estricto, de contacto como respiratorio.
  • Lavado de manos quirúrgico, es necesario para intervenciones, partos y técnicas que requieran máxima esterilidad.

Para emplear la técnica correcta, hay que mojarse completamente las manos, incluyendo antebrazo, usar jabón en abundancia, mantener las manos debajo del chorro de agua corriente mientras se aplica jabón, frotarse las manos con movimiento rotatorio y secarlas bien, preferentemente con una toalla de papel desechable, y no volver a toca el grifo con las manos después de lavadas. Además, debemos evitar llevar anillos, retirar joyas, relojes y pulseras antes del lavado, no tocar al pila de lavado y evitar utilizar el agua caliente (abre los poros y tiende a eliminar los aceites que recubren la piel). Si se lleva reloj de pulsera, se debe deslizar hacia el codo.