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Combatiendo las actitudes hacia la muerte

Combatiendo las actitudes hacia la muerte

INTRODUCCIÓN

El concepto de duelo, según la Real Academia Española, tiene varios significados:

  • Dolor, lástima, aflicción o sentimiento.
  • Demostraciones que se hacen para manifestar el sentimiento que se tiene por la muerte de alguien.
  • Reunión de parientes, amigos o invitados que asisten a la casa mortuoria, a la conducción del cadáver al cementerio o a los funerales.

AUTORAS:

Amparo Camacho Reyes, DUE, Oncología pediátrica. Hospital Universitario La Paz, Madrid.

María del Rocío Ruiz Calzado, DUE. Hospital Reina Sofía, Córdoba.

María Jesús Carrasco Monterde, DUE, Unidad de cuidados neonatales, Complejo hospitalario de Huelva.

El duelo, lo podemos definir como un proceso de tipo psicológico y social, que una persona sufre como consecuencia de una pérdida de una persona vinculada psicosocialmente. Es una reacción normal, pero a veces ese duelo pasa a ser de tipo patológico, que es cuando recomendamos terapia psicológica.

PALABRAS CLAVE: duelo, actitudes hacia la muerte, Enfermería, tratamiento.

OBJETIVOS TERAPÉUTICOS

El objetivo no es intentar olvidar a la persona que fallece, sino recordarlo sin que ello conlleve a un daño psicológico constante. Se intenta reducir la tristeza, y la ansiedad que la situación supone, intentando fomentar la socialización, y mejorar la calidad de vida de la persona que está sufriendo el duelo, previniendo la cronicidad del mismo.

RESUMEN

El duelo es una experiencia que todas las personas sienten, pero no todos tienen la misma forma de afrontamiento al mismo, algunas personas tienen necesidades psicológicas mayores que otros, ni disponen de los mismos recursos personales y sociales para combatirlo.

La muerte es un factor estresante, pero cuando una persona manifiesta una pena de carácter mórbido, que va acompañado de emociones como tristeza. ira, y culpa, la muerte pasa a ser un factor que interfiere muy negativamente a su vida día a día, y ahí debemos tratar el duelo para evitar la cronicidad de los síntomas.

El primer paso para la superación es el reconocimiento del problema que tenemos, y que queremos buscar la solución al mismo; la mente de una forma natural, volverá a un equilibrio y nuestras heridas psíquicas cicatrizarán. No debemos de perder la confianza en nosotros mismos.

Usaremos técnicas de afrontamiento positivas, tales como:

  • Lo principal es la aceptación del hecho y resignación ante la muerte.
  • Conversaciones donde se comparta su dolor y su pena.
  • Reorganización de la vida familiar y de su día a día.
  • Estableceremos nuevas metas y búsqueda de nuevas relaciones sociales.
  • Asesoramiento en la participación en grupos de autoayuda, no debemos de tener miedo a pedir ayuda.

Señalaremos las técnicas de afrontamiento negativas, para así poder ayudar a la persona a evitarlas:

  • Seguir día a día, dando vueltas a los recuerdos y plantearnos preguntas sin encontrar respuesta.
  • Tener sentimientos de culpa continuados.
  • Tener emociones ira y odio.
  • Abandono de su cuidado personal, y de la salud.
  • Tomar una actitud de aislamiento social.
  • Consumo de alcohol y drogas.
  • Abuso de medicinas con el fin de dejar de pensar en el suceso.

Durante el asesoramiento, tendremos en cuenta en la valoración del paciente si necesita la ayuda de un profesional; si se cumplen estos ítem, necesitará esa ayuda.

  • Las reacciones psicológicas como pensamientos, sentimientos y conductas llegan a perdurar más de 6 semanas.
  • La reacción ante un problema en la familia o trabajo.
  • Si la persona se siente angustiada con sus pensamientos, sentimientos o conductas, y se siente sin salida ante ellos.

¿Cómo podemos ayudar a hacer frente al dolor?

Lo más importante es mostrar interés en el sentimiento, preguntar qué siente la persona que está pasando ese dolor en este momento, llamarla e intentar hablar con ella, y que se sienta escuchada, arropada, atendida. Es más necesario escuchar a la persona, que nos transmita el dolor que siente y cómo lo siente, que nosotros hablarle; debemos ofrecerle ayudas concretas, no querer ayudar en todos los ámbitos. Podemos hablarle sobre nuestras pérdidas, y cómo hemos podido sobrellevarlo hasta llegar a la superación de la misma. Es importante el contacto físico, los abrazos, caricias…para que la persona se sienta cómoda con nosotros.

TÉCNICAS ÚTILES ANTE EL DOLOR

  • Usar un lenguaje de tipo evocador, usando palabras duras que hagan que evoquen sentimientos de la persona.
  • Usar fotos del fallecido para hablar de él, que fluyan los sentimientos y las vivencias que le causan ese dolor,
  • Hacer dibujos, en los muestre el reflejo de los sentimientos.
  • Escribir cartas al fallecido, para mostrar los asuntos pendientes con el fallecido.
  • Elaborar un libro de recuerdos: fotos, cartas, vídeos, que le hagan reconfortarse de los momentos vividos y compartidos.

ETAPAS DEL DUELO

Nos centraremos en las etapas del duelo de Kübler-Ross, que afecta a familiares o personas allegadas al fallecido. No todas las personas pasan por las etapas del duelo en un orden específico, podemos estar pasando de una etapa a otra, debemos conocer las etapas, pero como una guía en el proceso del duelo, para poder llegar a su superación. Cada persona experimenta el duelo de una forma muy distinta, algunas exteriorizan sus emociones, y otras no les resulta tan fácil hacerlo.

  • Negación: se basa en negar la pérdida, la realidad en ese determinado momento. Sacamos nuestro mecanismo de defensa para evitar el impacto que la pérdida nos hace sentir, racionalizando las emociones del momento. La negación es una respuesta en ese espacio de tiempo que nos deja paralizados, e intentamos huir de los hechos.

En ese momento no somos capaces de ver la vida sin la existencia de esa persona, ni continuar solos; debemos intentar no pasar mucho tiempo en esta etapa ya que sería muy perjudicial, al no aceptar la pérdida y no ver salida en seguir adelante en el día a día.

  • Ira: Cuando van desapareciendo los síntomas de negación, se comienza a ser consciente de la realidad, el dolor, al no estar preparados mostramos nuestros sentimientos en forma de ira. Mostramos malas maneras tanto a familiares, como amigos, como a desconocidos, aunque sepamos que ellos no son los culpables, e ira hacia la persona fallecida por sentirnos abandonado por ella.

Buscamos constantemente el “por qué”. Si somos capaces de comprender la ira, y poder expresarla, comprenderemos la etapa, y avanzaremos en el proceso de la curación del duelo.

  • Negociación: en esta etapa, tenemos la esperanza de que el dolor pueda desaparecer, buscamos la solución para acabar con él. Es la reacción normal de los sentimientos, aparecen la vulnerabilidad y la impotencia, luchamos por la recuperación del control de nuestra vida. Debemos dejar a un lado el remordimiento y la culpa que sentimos, ya que interfieren en la curación del dolor; nos hemos quedado en el pasado, con la persona fallecida aún con vida, queriendo que ésta vuelva.
  • Depresión: empezamos a entender la realidad de la muerte, y nos aislamos socialmente. Nos encontramos dos tipos de depresión dentro del proceso del duelo: uno de los tipos se basa en que nos centrarnos en las implicaciones que conlleva la pérdida, como el entierro, los costos…predomina la tristeza, pensar el tiempo que no hemos aprovechado con la persona fallecida, este tipo de depresión puede ser aliviado por sentirse querido y acompañado y comprendido por los demás; el otro tipo es la preparación personal que llevamos a cabo para enfrentarnos a la pérdida y a la despedida de nuestro ser perdido.

Nos sentimos tristes, tenemos miedo e incertidumbre de lo que nos depare el futuro sin esa persona…agotados física y mentalmente, dormimos durante horas, nos sentimos irritables e impotentes. Nos enfrentamos a la irreversibilidad de la muerte.

Señalar que la depresión sólo es una etapa del duelo, no significa que tengamos problemas mentales, es una respuesta normal por la pérdida, y utilizar las emociones que nos hace tener para ayudarnos a sanar. Si sentimos la depresión, saldremos de ella.

  • Aceptación: llegamos al sentimiento de tranquilidad, de relax; no es un período de felicidad, pero si llegamos a un período de paz, después de haber pasado por sentimientos que hemos sufrido. Nos damos la oportunidad de continuar nuestra vida, de poder hacer un día a día nuevo, a pesar de no tener al lado a esa persona querida.

La pérdida siempre estará presente en nuestra vida, pero el duelo nos ha hecho tener claro lo que queremos en nuestra vida. Intentamos aceptar que debemos vivir sin esa persona, teniéndola presente en nuestro día a día, pero de una forma menos dolorosa. Vivimos sin ese sentimiento de culpa que nos ha acompañado durante todo el duelo.

CONCLUSIONES

El dolor por la muerte es de tipo transitorio, y forma parte de la vida, aprender a combatir el duelo que produce la muerte, y todos podemos afrontarla y salir airosos de ella. Si la muerte es imprevista, mayor es el impacto emocional, y más nos costará superar el duelo, pero se superará. Si el duelo se convierte en patológico, debemos pedir ayuda profesional, psicológica y médica.

Cada persona necesita su tiempo, y cada uno sobrelleva el duelo de una forma diferente, pero el apoyo de los seres queridos, la actividad social, y reanudación de la vida diaria, nos hacen superar el dolor que sentimos.

El duelo finaliza, cuando no tenemos presente a la persona fallecida de forma exagerada, recuperamos el sentido de la vida, y somos capaces de disfrutar de nuevo de ella.