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Prevalencia de exceso de peso y obesidad en la zona rural de Benaoján, análisis de la situación actual

Prevalencia de exceso de peso y obesidad en la zona rural de Benaoján, análisis de la situación actual

OBJETIVO: determinar prevalencia de exceso de peso zona rural, ofrecer lineamientos para fortalecer prevención, diagnóstico y tratamiento, evitar complicaciones, gastos sanitarios, deterioro calidad de vida y mortalidad.

López Robles F. 1; Gamarro Rueda S. 2; Carrillo Badillo E. 3

1 Médico de Familia, Zona Básica de Benaoján

2 Diplomada en Enfermería, Directora Zona Básica de Benaoján

3 Trabajadora Social, Zona Básica de Benaoján

Área Sanitaria Serranía de Málaga

Trabajo de calidad, situación actual de exceso de peso en una zona rural

RESUMEN

MATERIAL Y MÉTODO: Estudio descriptivo transversal. Determinar prevalencia sobrepeso-obesidad, hábitos saludables población estudio (mediante encuesta hábitos tóxicos, estado civil, adherencia dieta mediterránea, actividad física (I.P.A.Q), cálculo riesgo cardio-vascular (RCV) según perímetro abdominal, test motivacional (Prochaska y Diclemente), finalidad implantar programa intervención sobre educación para salud, evaluar resultados al año de intervención.

RESULTADOS: 156 usuarios adultos (110 mujeres, 59 hombres), edades 18-65 años, zona rural (1. 491 pacientes), edad media 49 años, predominio femenino. Mayoría en pareja o casados, nivel de estudios bajo-medio. Más 50% bebedores, 1/3 adicción tabaco.

Ambos sexos exceso de peso, tendencia a aumentar con edad, también índice adiposidad, incremento de riesgo cardiovascular del  30%. Mayor incremento de peso en casados o pareja y nivel estudios bajo. Tendencia normo-peso en fumadores.

Relación inversa, incremento de peso, actividad física.

50%, buena adherencia a dieta mediterránea, descenso al aumentar peso, mayoría no practican deporte, actividad que realizan es laboral o tareas diarias. La mayoría reconoce necesitar cambio, y dispuestos a hacerlo.

CONCLUSIONES: Elevada prevalencia de obesidad y factores de riesgo cardiovascular más modificables, sugiere que el implemento de programas educativos puede ser útil en prevención de futuras complicaciones que resultan de estilo de vida poco saludable que en este estudio se han identificado. Programas a la población en riesgo y a toda la población.

PALABRAS CLAVE: exceso de peso, estilos de vida, complicaciones.

INTRODUCCIÓN

En los últimos años, se ha evidenciado en la población la adopción de unos malos hábitos alimentarios y un estilo de vida (EV) sedentario, originando en consecuencia un exceso de peso corporal (sobrepeso y obesidad), un rápido incremento de la prevalencia de ambos, con efecto negativo sobre la salud de quienes la padecen, y un importante problema de Salud Pública, el exceso de peso produce un incremento significativo del riesgo de padecer enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), la mortalidad prematura y el costo social de la salud, además de reducir la calidad de vida 1.

La obesidad es un enfermedad crónica, que se caracteriza por un exceso de grasa corporal, multifactorial, resultante de la interacción de factores genéticos, metabólicos, psicológicos, conductuales y culturales, que están alcanzando proporciones de epidemia mundial 2, 5. Es una enfermedad crónica y curable que precisa un enfoque multidisciplinar.

El método más utilizado en el adulto para definir y clasificar la obesidad es el Índice de Masa Corporal (IMC): peso (Kg)/ talla (metros2). Este parámetro mantiene una buena correlación con la cantidad de grasa total del organismo en adultos. Se acepta como punto de corte para la obesidad un valor de índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 30 Kg/m2. 2

La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica la obesidad según el índice de masa corporal (IMC).

Ver Tabla nº 1: Clasificación de obesidad según índice de masa corporal (IMC) 2 (al final de artículo)

El sobrepeso y la obesidad se relaciona fisiopatológicamente con el incremento en la incidencia y/o desarrollo de, enfermedades crónicas no trasmisibles (ECNT) 3.

Ver Tabla nº2: Factores de Riesgo asociados a la obesidad 3 (al final del artículo)

En la obesidad, además del exceso de grasa corporal, es muy importante su distribución, que constituye un predictor independiente de riesgo y morbilidad. La localización central o abdominal se relaciona con mayor riesgo, su medida más práctica y fiable es perímetro abdominal (PA), que está validado en la actualidad. Los límites superiores que se aceptan como normales son: 102 cm para el varón y 88 cm para la mujer (WHO, 2000)4.

La etiología de la obesidad incluye factores genéticos y medioambientales, siendo la causa más común es el exceso de aporte energético en relación al consumo (AACE/ACE, 1998). En las últimas décadas existe además un mayor consumo de alimentos hipercalóricos (con alto contenido de grasas y azúcares) y una menor actividad física, tanto laboral como social o del tiempo de ocio.

La obesidad raramente puede ser secundaria a otros procesos: Obesidad neuroendocrinológica (hipotalámica, alteraciones del comportamiento alimentario y psicosis, ovárica, con hiperinsulinismo, síndrome de Cushing, hipotiroidismo), síndromes genéticos malformativos, discapacidad física o intelectual, lipomatosis o lipodistrofias, obesidad inducida por fármacos (glucocorticoides, contraceptivos orales, insulina, antidiabéticos orales como, sulfonilureas, tiazolidindionas y metiglinidas, antipsicóticos tipo fenotiacina, olanzapina, risperidona o quetiapina, anticomiciales (valproato, carbamazepina, gabapentina, difenilhidantoína), antidepresivos tricíclicos (IMAO, mirtazapina, litio, ciproheptadina), isoniacida, betabloqueadores, suspensión del uso de nicotina (cesación del hábito tabáquico), antihistamínicos 4.

Respecto a su magnitud, según datos de la Asociación Internacional de Estudios de la Obesidad se estima que en la actualidad aproximadamente mil millones de adultos tienen sobrepeso y otros 475 millones son obesos 2. La prevalencia de la obesidad en adultos (> 30 kg/m2) afecta a casi un tercio de la población total (30% de los varones y 36% de las mujeres), presentando sobrepeso (> 25 kg/m2) un 40% de los varones y 28% de las mujeres 8. La mayor cifra de prevalencia de sobrepeso y obesidad se registró en la región de las Américas (sobrepeso: 62% en ambos sexos; obesidad: 26%) y las más bajas, en la región de Asia Sudoriental (sobrepeso: 14% en ambos sexos; obesidad: 3%) 2, 7. De acuerdo con proyecciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se estima que más de dos terceras partes de la población mundial tendrán sobrepeso u obesidad en el año 20206.

En España, la prevalencia de obesidad ha seguido una línea ascendente en ambos sexos, más marcada en hombres que en mujeres. Datos de la primera Encuesta Nacional de Salud en 1987, indican que el 7,4% de la población tenía un índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 30 Kg/m2, mientras que según la Encuesta Nacional de Salud 2013, la obesidad afecta al 17,0% de la población adulta (18,0% de los varones y 16,0% de las mujeres). Esa tendencia ascendente, especialmente entre la población infantil y futura población de adultos obesos, hace de la obesidad y sobrepeso un problema de salud con una importante carga económica 1, 2.

A nivel infantil, la prevalencia de sobrepeso y obesidad a nivel mundial ha aumentado de 4,2% en 1990 a 6,7% en 2010 y se espera que esta tendencia alcance 9,1% en 2020, lo que equivaldrían a 60 millones de niños 10. En España, la prevalencia de la obesidad y el sobrepeso también ha aumentado en las últimas décadas; según el estudio ALADINO («Alimentación, actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad») 2013, la prevalencia de sobrepeso es de 24,6% (24,2% en niños y 24,9% en niñas), y la de obesidad de 18,4% (21,4% en niños y 15,5% en niñas) 11.

En el año 2011, el 59,7% de la población andaluza mayor de 16 años tenía un peso superior al normal (sobrepeso u obesidad), mayor en los hombres (65%) que en las mujeres (54,4%). En los últimos años se ha incrementado el porcentaje de la población andaluza mayores de 16 años con un peso superior al normal y se mantiene un gradiente social, en la medida en que al aumentar el nivel de estudios, ingresos y clase social, disminuye el porcentaje de personas con sobrepeso u obesidad 12.

La obesidad nos predispone a un mayor riesgo de enfermedades asociadas con un elevado coste sanitario y para la sociedad, la pérdida de tiempo de trabajo y productividad económica 1.

También es responsable del incremento de mortalidad, actualmente, la obesidad mata cada año a 2,6 millones de personas en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud 2.

La mayor parte de los estudios epidemiológicos poblacionales observan que la mortalidad empieza a aumentar cuando el índice de masa corporal (IMC) supera los 25 kg/m2. Las personas con un índice de masa corporal (IMC) superior o igual a 30 kg/m2 presentan un incremento de aproximadamente entre el 50 y el 100% tanto de la mortalidad total como de la debida a enfermedades cardiovasculares respecto a la población con un índice de masa corporal (IMC) de 20 a 25 kg/m2. El aumento de la mortalidad es modesto cuando el índice de masa corporal (IMC) se sitúa 16 entre 25 y 30 kg/m2.

Respecto a su magnitud, se calcula que cada año mueren 2.6 millones de personas a causa de la obesidad o el sobrepeso 17.

Desde el punto de vista sanitario, lo más adecuado para afrontar este problema es la prevención primaria, y una vez instaurado el problema su control. Para ello es necesario planear y establecer estrategias y líneas de acción costo efectivas, dirigidas a la prevención y control del exceso de peso. Una de las dificultades que su abordaje es, que los pacientes que la padecen no incorporan fácilmente un procedimiento de autocuidado, por ello es necesario promover un abordaje terapéutico multidisciplinario, eficiente, centrado en el paciente, donde se le insista asumir una actitud consciente y proactiva, permitiendo potenciar los factores de protección hacia la salud, particularmente para modificar el comportamiento individual, familiar y comunitario 18.

La modificación de la conducta alimentaria, el estímulo de la actividad física y el soporte emocional son los pilares angulares sobre los que sigue descansando el tratamiento de la obesidad, siendo el pilar fundamental, la dieta 13, 15.

La OMS promueve la dieta mediterránea como un modelo sostenible de alimentación, limitar la ingesta procedente de la cantidad de grasa total y azúcares, aumentar en consumo de frutas y verduras, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos.