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Evolución de la Enfermería a lo largo de la historia. El Hospital Nuestra Señora de Gracia

Evolución de la Enfermería a lo largo de la historia. El Hospital Nuestra Señora de Gracia

En el siguiente artículo se hace una revisión sobre la evolución de la Enfermería a lo largo de la historia y sobre el Hospital más emblemático de Zaragoza, el Hospital Nuestra Señora de Gracia.

Autora: Lourdes Nebra Rubio; Grado Enfermería (Universidad San Jorge). Master Urgencias, Emergencias y críticos en Enfermería (Universidad Europea de Madrid), Master Investigación en atención primaria (Universidad Miguel Hernández de Elche), Experto en cuidados de Enfermería (Universidad de León) Experto universitario en Enfermería en Emergencias Extrahospitalarias (Universidad Cardenal Herrera)

Periodo cristiano s. I-IV

La etapa vocacional comienza con el Cristianismo.

El cuidado a los más necesitados, inexistente entonces en otras épocas, se fomentó en esta etapa. Esto es debido a que los cuidados pasaron a ser considerados como algo humanitario y sagrado, convirtiéndose además en una forma de vida para muchos.

Así, la “caridad” se entiende como “ayuda”, por lo que “Los cuidados Enfermeros”, se consideran como un modo de salvación a la vida eterna. Este fue el motivo principal que llevó a muchas personas a impartir dichos cuidados, en un intento de salvar su alma y poder ascender al cielo en la otra vida.

Los cristianos consideraban la enfermedad una oportunidad de vida, pues tenían la obligación de asistir a los enfermos al igual que hizo Jesús en su práctica cotidiana.

La enfermedad dejó de interpretarse en sentido negativo, y pasó a entenderse como una gracia recibida de Dios. Además, la enfermedad es considerada por lo divino en función del pecado, y la oración, como el principal medio que poseen los mortales para hacer desaparecer sus dolencias.

En la fase Primitiva o Evangélica, que es como conocemos a este periodo, la necesidad de tratar a los enfermos se inculcó tal y como lo hizo Jesús en sus discípulos: “cualquier ciudad que entréis y os recibieren, curad a los enfermos que en ella hubiese”.

El Cristianismo obligaba a las personas a dejar de ser egoístas para que empezasen a ocuparse más de los demás. De esta forma nació la caridad, la misericordia y la dedicación desinteresada hacia a los más necesitados, en un intento de recuperar las acciones que hizo Jesucristo. Nació así el cuidado a los enfermos como un acto de misericordia.

La fomentación de las prácticas cristianas hizo que nacieran rápidamente congregaciones, hermandades y órdenes que se dedicaban al cuidado de los enfermos.

Para realizar los cuidados sobre el enfermo, se tomaron como referencia las prácticas de los hospitales militares del Imperio Romano, pero eso sí, con notables diferencias, ya que en los hospitales cristianos se realizaban cuidados mucho más prolongados, mientras que en los romanos se ofrecía tan sólo una primera asistencia y un periodo de convalecencia.

Hay que recalcar también que en esta época, no intentaban solamente curar a los enfermos de sus dolencias físicas, si no que también intentaban tratar el alma de sus pacientes.

Las primeras en realizar estos trabajos de cuidadoras, fueron sobre todo mujeres, siendo las más destacadas las diaconisas (del griego: servir o suministrar). Eran mujeres que provenían de buenas familias, que se dedicaban a suministrar ropa, dinero, alimentos y cuidados en los hogares que más lo necesitaban como ejercicio de caridad , y siempre desde la igualdad y el reconocimiento social que proporcionaba la filosofía cristiana, intensamente influida por la humildad que conlleva dicha profesión.

Las diaconisas más conocidas fueron Fede y Olimpia, siendo la primera considerada como la primera diaconisa y la primera enfermera de la historia, teniendo como principal objetivo, la salvación del alma.

Se debe nombrar también a las viudas, matronas y vírgenes, ya que fueron junto con las diaconisas, de las primeras mujeres en impartir estos cuidados.

Edad media

Abarca el periodo comprendido desde la caída del Imperio Romano en el año 476 d.C. hasta mediados del siglo XV d.C, cuando cae el Imperio Romano Oriental; es decir, cuando la ciudad de Constantinopla es conquistada por los turcos en el año 1453.

Alta Edad Media (500-1000 d. C.)

Conocida como la época oscura, representa el deterioro y destrucción social del imperio. Es en esta etapa cuando el cristianismo y La Iglesia poseen un poder indiscutible sobre la sociedad. La Iglesia aparece como una estructura organizada, fuerte y el Imperio se perpetuó a través de ésta; los obispos se vuelven líderes naturales de los pueblos. Cuando el emperador se traslada a Constantinopla, el Papa se convierte en el más poderoso entre los poderosos de Occidente.

La inundación de La Europa Occidental por el barbarismo en la última parte del siglo V, detuvo todo progreso científico en medicina.

En Occidente, los monasterios y las grandes propiedades feudales no pudieron extenderse inmediatamente hasta su organización final como entidades sociales. Mientras tanto, las medidas de higiene pública adoptadas por los romanos mediante las cloacas, los sistemas de agua y los baños fueron ignoradas, y tales servicios fueron destruidos o cayeron en el desuso. Se perdieron de vista las enseñanzas de Hipócrates y Galeno, y se restablecieron en el tratamiento de la enfermedad los talismanes, encantamientos, amuletos, la astrología y todos los medios primitivos de diferentes procedencias.

En los monasterios, los monjes y monjas, que se enfrentaban a la tarea de prestar atención médica a grandes números de enfermos fuera de sus recintos, tenían que encontrar alguna manera de hacerlo. Los manuscritos que se conseguían eran copiados, empleados en la enseñanza y guardados. Se compilaron libros de recetas, de plantas útiles a título de medicina y de los remedios de uso corriente en los hogares. Los fundamentos procurados por Hipócrates y Galeno se salvaron en parte, pero no se produjeron más progresos de carácter científico.

Y en la división oriental del antiguo Imperio Romano, el interés en la ciencia se veía poco afectado por los acontecimientos de Occidente. Los estudiantes judíos seguían llevando la medicina a diversas partes del mundo conocido.

Se hacía muy poca distinción entre la medicina y la Enfermería. El noviciado anticipaba el curso probatorio preclínico de las escuelas modernas de Enfermería. Las monjas atendían a las mujeres mientras que los monjes trataban a los hombres.

Las enfermedades de la piel, debidas a una dieta inadecuada, dominaron y se confundieron a menudo con la lepra.

A medida que una parte de la población se retiró en unidades protectoras aisladas, la diaconisa, enfermera de los días pasados, ya solo tenía oportunidad de realizar su labor de vez en cuando. Los peligros de la vida, una vez desaparecida la protección romana, idealizaron la seguridad del convento. La monja y el monje, ante todo, se convirtieron en los enfermeros de la sociedad occidental durante los primeros tiempos de la Edad Media. Con la aparición del feudalismo, la señora del castillo, ayudaba con las enseñanzas de Enfermería heredadas de su madre, prestaba el mismo servicio a los enfermos de la hacienda de su señor. Atendía o vigilaba la atención de los enfermos de su familia y entre los arrendatarios y los siervos.

En los gremios, fondos generales reunidos entre los miembros, proporcionaban asistencia en Enfermería a aquellos que la necesitaban y, con el tiempo, aquellos construyeron y sostuvieron hospitales. El aislamiento de éstos y de los grupos feudales impuso forzosamente a cada uno la tarea de atender a sus enfermos. La carga de la caridad pública y la atención de Enfermería de los pobres se fueron traspasando gradualmente a los monasterios, si bien se conocen tres hospitales famosos construidos fuera de los muros monásticos.

Fueron estos: Hôtel Dieu de Lyón en 542, el Hôtel Dieu de París de 650 y el Santo Apirito de Roma en 717 d.C. Una mancha de luz en medio de la oscuridad general que rodeaba la práctica medica, fue el nacimiento de la primera escuela de medicina en Salerno, Italia, en donde algunos individuos y algunas mujeres también ayudaron a inaugurar un retorno a la verdad.

Baja Edad Media (1000- 1500 d.C.)

Si miramos atrás al último periodo medieval como una fase de desarrollo de la Enfermería, encontramos cambios interesantes,  ya que la Enfermería tuvo que  ir adaptándose continuamente a los cambios de las necesidades sociales.

De la gran necesidad de enfermeras para cuidar de los enfermos y los heridos durante las Cruzadas surgieron aquellas unidades de los Caballeros Hospitalarios.

Sólo atendían a los enfermos durante los intervalos en que no estaban ocupados en la guerra. Grandes cantidades de hombres enfermaron, y el ideal militar de orden y disciplina se puso de manifiesto. Había también mujeres que se organizaban como unidades auxiliares de dichas órdenes, como por ejemplo las Hermanas del Hospital de Santa Maria Magdalena y las Hermanas de San Lázaro. Al terminar las Cruzadas, los monasterios de órdenes militares se extendían por el país desde Palestina a Inglaterra, librando sus hombres y mujeres, bajo la influencia en movimiento a favor de los leprosos, un nuevo tipo de guerra contra la enfermedad. Con la orden militar se introdujo en la Enfermería un elemento más rudo.

Los numerosos problemas por resolver de los tiempos cambiantes, y especialmente, la suerte de los expulsados de la sociedad como leprosos, iban causando críticas de las condiciones existentes y la conciencia de la necesidad de desarrollar entre la gente la fe sencilla y el servicio caritativo de los primeros seguidores de Jesucristo. Esta necesidad fue atendida por La Orden Franciscana Mendicante fundada por San Francisco de Asís.

La nueva necesidad social resultante de la redistribución de la población y el desarrollo urbano sacaron a la Enfermería del hospital y la llevo nuevamente al hogar, en donde la diaconisa empezó por encontrar que hacía falta.

Hacia fines de los siglos XII y XIII, al aparecer en escena el hospital municipal bajo dirección civil, acompañó la innovación una tendencia a crear grupos de Enfermería civiles en los hospitales.