Inicio > Enfermería > Plan de cuidados de Enfermería en el paciente con epilepsia

Plan de cuidados de Enfermería en el paciente con epilepsia

Plan de cuidados de Enfermería en el paciente con epilepsia

La epilepsia es un trastorno del cerebro caracterizado por una predisposición duradera a generar crisis epilépticas y por las consecuencias neurobiológicas, cognitivas, psicológicas y sociales de esta condición. Una crisis epiléptica se define como una alteración brusca y transitoria causada por una actividad anormal de las neuronas que puede causar sensaciones, emociones y comportamientos extraños, espasmos musculares y pérdida del conocimiento.

Autores

Javier Luis Zamora Landa – Graduado en Enfermería.

Francisco Berni Mohedano – Graduado en Enfermería.

Roberto Fuentes Viñuales – Graduado en Enfermería.

Alberto Monterrubio Alejandre – Graduado en Enfermería. Máster universitario en tratamiento de soporte y cuidados paliativos en el enfermo oncológico.

Su origen es multifactorial y existen diferentes tipos, pudiendo clasificarse en función de su etiología o según el área de afectación cerebral. Afecta a unas 400.000 personas en nuestro país, de las que aproximadamente un tercio son resistentes a la medicación y deben ser tratadas mediante cirugía y/u otras terapias alternativas. Esta patología no respeta geografía, raza, sexo o condición social y ocasiona gran estigma y discriminación, repercutiendo enormemente sobre los costes sanitarios y la calidad de vida de estas personas. Así pues, el papel del personal de Enfermería en el cuidado del paciente con epilepsia es vital, especialmente en el ámbito de la educación sanitaria.

Objetivo

El objetivo de dicho trabajo es elaborar una guía que oriente a los profesionales de Enfermería sobre las mejores decisiones en el cuidado del paciente con epilepsia.

Metodología

Se ha realizado la estrategia de búsqueda bibliográfica utilizando un vocabulario DeCS (Descriptores de Ciencias de la salud), enfocando dicha búsqueda con la ayuda de operadores booleanos tal y como se muestra a continuación:

  • Epilepsia
  • Convulsiones
  • Epilepsia [AND] Enfermería
  • Convulsiones [AND] Enfermería

Habiéndose consultado para la búsqueda diversas bases de datos, seleccionando como criterio de inclusión: artículos publicados entre los años 2011 y 2016. Elaborando un plan de cuidados estandarizado apoyado en la taxonomía NANDA-NOC-NIC.

Conclusión

La realización de un plan de cuidados estandarizado con la taxonomía NANDA-NOC-NIC constituye un buen método para proporcionar unos cuidados de calidad al paciente con epilepsia, disminuyendo la variabilidad en la práctica clínica enfermera.

Palabras clave: epilepsia, convulsiones, plan de cuidados, cuidados de Enfermería.

  1. Introducción

La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica caracterizada por convulsiones recurrentes, debidas a descargas eléctricas excesivas de grupos de células cerebrales. Según la definición de la Liga Contra la Epilepsia (ILAE) (2005), esta patología es un trastorno del cerebro caracterizado por una predisposición duradera a generar crisis epilépticas y por las consecuencias neurobiológicas, cognitivas, psicológicas y sociales de esta condición.

Estas descargas neuronales se pueden generar en una región limitada de la corteza, denominándose crisis parciales, o a afectar simultáneamente a toda la corteza cerebral, las conocidas como crisis generalizadas.  Los episodios pueden ser desde muy breves, de ausencia o de contracciones musculares, hasta convulsiones prolongadas y graves que a veces se acompañan de pérdida de consciencia y del control de esfínteres.  En cuanto a la clasificación etiológica, la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE) propuso una nueva clasificación en 2010, donde se dividen en tres grupos:

  • Epilepsias genéticas, producidas a causa de un defecto genético.
  • Epilepsia de causa estructural/metabólica cuando existe evidencia de un trastorno estructural o metabólico definido.
  • Epilepsia de causa desconocida, cuando se ignora su etiología.

Se calcula que hay aproximadamente 50 millones de personas que sufren epilepsia en todo el mundo, representando la segunda enfermedad neurológica más frecuente después de las cefaleas. En los países desarrollados, los nuevos casos aparecidos en la población general oscilan entre el 40 y 70 por 100.000. En los países en desarrollo, la cifra suele acercarse al doble debido al mayor riesgo de sufrir afecciones que pueden producir daño cerebral permanente.

En España, se calcula que hay unos 400.000 pacientes epilépticos. La incidencia anual es de 31 a 57/100.000 (entre 12.400 y 22.000 casos nuevos cada año en España), siendo esta incidencia superior en niños entre 6 y 14 años (incidencia de 3,7/1.000 habitantes), adolescentes y ancianos (en las edades por encima de 60 años la incidencia se sitúa 134/100.000 habitantes).

Esta patología no respeta geografía, raza, sexo o condición social y ocasiona gran estigma y discriminación, repercutiendo enormemente sobre los costes sanitarios y la calidad de vida de estas personas. Cuantificándose los ingresos hospitalarios en 35 pacientes de cada 100.000 altas, con un coste medio de 6.935 euros por paciente con epilepsia refractaria, es decir, que no responden de manera adecuada a los fármacos antiepilépticos.

Clásicamente las crisis epilépticas se dividen en generalizadas (en que la descarga neuronal se desarrolla simultáneamente en toda la corteza cerebral) y las crisis parciales (en las que la descarga neuronal se genera en una región limitada de la corteza). Cabe mencionar que la crisis parcial puede generalizarse secundariamente en caso de difusión masiva de la descarga. Actualmente se sigue utilizando la clasificación de las crisis epilépticas que se aprobó en el año 1981, ya que la del 2010 no cuenta con un amplio respaldo de los expertos internacionales sobre la epilepsia. Por ello, a continuación se expone la clasificación de las crisis epilépticas de 1981, que define esencialmente 10 tipos de crisis.

Crisis parciales

  1. Crisis parciales simples (CPS): Sin alteración de la conciencia y afectación hemisférica unilateral. Se incluyen las auras, que es una sensación o emoción anormal, y sólo se da cuenta la persona que la presenta. Puede ser una sensación de hormigueo intenso en una parte del cuerpo (suele ser en el estómago), o alucinaciones visuales, o un pensamiento extraño, o auditivas, o sensitivas (olfato), de aparición brusca y de corta duración.
  2. Crisis parciales complejas (CPC): Asociadas a alteración o pérdida de la conciencia y afectación hemisférica bilateral. Pueden ser la continuación de las crisis parciales simples.
  3. Crisis parcial secundariamente generalizada: Es una crisis tónico-clónica generalizada que deriva directamente o de una CPS o de una CPC.

Crisis generalizadas

  1. Ausencias (petit mal): Detención brusca de la actividad motora e interrupción de la conciencia y, en ocasiones, automatismos orales o mioclonías, como relamerse los labios o arreglarse la ropa. La persona se queda inmóvil, con pérdida de conocimiento y con la mirada fija durante unos segundos.
  2. Crisis tónico-clónicas (gran mal): Es el prototipo de todas las crisis epilépticas. Se produce pérdida de conciencia brusca, rigidez y movimientos rítmicos de todo el cuerpo (convulsiones) y después de la crisis la persona se va recuperando progresivamente, pudiendo presentar confusión, cefalea, cansancio y desorientación.
  3. Crisis mioclónicas: Son sacudidas musculares bruscas, breves y recurrentes.
  4. Crisis clónicas: Se caracterizan por movimientos clónicos de las cuatro extremidades a intervalos, a menudo, asimétricos e irregulares.
  5. Crisis tónicas: Sacudidas rítmica de las extremidades, con una frecuencia y duración variables, de segundos a minutos, con afectación de la conciencia tanto mayor cuanto más se prolonga la crisis.
  6. Crisis atónicas: Pérdida de conciencia y del tono muscular. La persona cae bruscamente y se recupera en unos pocos segundos. Son invalidantes, por el riesgo que conllevan de traumatismos en el cráneo o en la cara.
  7. Crisis de espasmo: Se producen en niños pequeños y consiste en una flexión o extensión brusca del cuerpo durante unos segundos.

Plan de cuidados de Enfermería

La elaboración del plan de cuidados se ha fundamentado en el modelo de Virginia Henderson

2.1 Valoración

El contacto del paciente afecto de epilepsia con los centros sanitarios suele producirse como debut para un diagnóstico diferencial (cefaleas, síncopes, enfermedades metabólicas, seudocrisis, etc.) o bien como refractario al tratamiento (20-30%) en busca de una posibilidad quirúrgica, siendo este el caso de las unidades de epilepsia o vídeo-EEG.

Debe realizarse una valoración exhaustiva y detallada del paciente. No se incluye dentro de esta valoración el paciente en estatus convulsivo, por considerarse a este como un paciente crítico. Es importante que en la primera visita el paciente con epilepsia acuda acompañado de alguien que haya visualizado alguna de sus crisis y que nos pueda proporcionar información relevante acerca de éstas.

Habrá que ofrecer al paciente que acude por primera vez a consultar una posible epilepsia un ambiente distendido que permita establecer una relación de confianza y obtener la máxima información posible. La valoración inicial del paciente debe comprender una completa recogida de datos que reúna los siguientes aspectos:

  • Edad actual del paciente: Nos permitirá valorar las posibles repercusiones de la enfermedad a nivel social así como las actividades de suplencia que puedan requerir.
  • Edad de inicio de las crisis: Nos informará de la experiencia personal respecto a la enfermedad, así como del nivel de conocimientos y el grado de aceptación.
  • Tipo de epilepsia: Si la epilepsia ya diagnosticada es secundaria a otra patología (por ejemplo, está asociada a una malformación arteriovenosa [MAV] o a un tumor cerebral que produce una irritación neuronal focal) requerirá otro tratamiento que si es una epilepsia idiopática.
  • Tipo de crisis y número aproximado de las mismas: Nos permitirá clasificar los 3 tipos principales de crisis epilépticas: crisis parciales simples o auras (no pérdida de la conciencia), crisis parciales complejas y crisis generalizadas; estas 2 últimas con pérdida del nivel de conciencia. La identificación de las crisis hará posible adecuar los cuidados necesarios y la prevención de complicaciones secundarias. Será de gran ayuda la presencia de un acompañante que nos pueda relatar la clínica de las crisis y el número de las mismas.

La siguiente guía de valoración focalizada orienta sobre la obtención de todos los datos necesarios para realizar una correcta historia clínica del paciente con epilepsia