Inicio > Rehabilitación y Fisioterapia > Fisioterapia en artroplastia de rodilla

Fisioterapia en artroplastia de rodilla

Fisioterapia en artroplastia de rodilla

Resumen

La rodilla es una articulación que se une a los huesos de la extremidad superior e inferior (fémur, tibia y peroné), para permitir el movimiento. Anatómicamente tenemos una superficie articular, recubierta por cartílago, meniscos, ligamentos y la cápsula articular.

Autor: Lidia Pou Perez. Diplomada en Fisioterapia y Terapia Ocupacional

Las prótesis de rodilla son reproducciones exactas de la articulación, pueden ser de metal, cerámica o resina. Su colocación está indicada cuando existe mucho dolor, inflamación que no mejora con tratamiento farmacológico y no puede deambular, es decir, cuando sus actividades de la vida diaria se ven mermadas. La Fisioterapia es una parte importante de la recuperación de la movilidad tras la cirugía.

Palabras clave: prótesis, rehabilitación, fisioterapia

Introducción

En España la prevalencia de artrosis de rodilla en personas mayores de 20 años es de un 10,2%, llegando hasta un 30% en mayores de 60 años. En 2014 se implantaron unas 45.000 prótesis de rodilla, más de un 90% fueron para corregir los efectos de dicha enfermedad. La artrosis es degenerativa, producida por la alteración de las propiedades mecánicas del cartílago y acompañada de afectación de otras estructuras de la articulación. Se calcula que aproximadamente la mitad de la población adulta de más de 50 años muestra signos radiológicos de artrosis de rodilla, esta tasa aumenta en mujeres.

Según la Agencia para la Investigación y Calidad de la Atención Médica se realizan cada año en Estados Unidos más de 600.000 reemplazos de rodilla, el primero se realizó en el año 1968, desde entonces las técnicas y materiales empleados han mejorado (1, 2).

La exploración física y la historia clínica son importantes para el diagnóstico de un implante de prótesis de rodilla, diferenciando entre los problemas extraarticulares e intraarticulares. La primera prueba complementaría es la radiología simple que suele ser resolutiva ante el diagnóstico. La tomografía axial computarizada será útil para la valoración de áreas osteolíticas y la ecografía aporta el estudio de las partes blandas (3, 4, 5, 6, 7).

La sustitución de la articulación de la rodilla y colocación de una prótesis está indicada cuando el grado de dolor y deterioro de la articulación es incapacitante, e impide que el paciente camine. Las causas más frecuentes son las lesiones repetidas en la articulación y el daño   articular (osteoartritis, enfermedad reumática, degenerativa, entre otras), que produce deterioro progresivo de la superficie articular o inflamación. El roce continuo de las superficies articulares es muy doloroso y dificulta el movimiento. La prótesis de rodilla se compone de partes metálicas y plásticas, aunque también se emplean materiales como el metal y la cerámica. El motivo por el que se realiza dicho procedimiento es por el dolor que refiere el paciente y que no mejora ante el tratamiento farmacológico, además de que no le permite dormir, y las actividades de la vida diaria son anormales.

Tras la intervención se tendrá especial cuidado con la herida para evitar la infección, la sutura será con grapas o con puntos. Se observará que no se forme queloide, ya que enlentecería la rehabilitación. El equipo hospitalario de Enfermería se encargará de revisar diariamente la herida durante la estancia en el hospital, pasando a ser responsabilidad de Atención Primaria cuando el paciente recibe el alta. El paciente tendrá que volver al Especialista para la revisión (8,9,10).

La rehabilitación se iniciará con movilización de flexo-extensión pasiva, manual o con aparato (el artromotor es el aparato que mueve la rodilla sin hacer esfuerzo por parte del paciente), siempre despacio para evitar el dolor. Además de trabajar la extensión, respetando los grados de la articulación, también ejercitaremos los músculos adyacentes para fortalecerlos. Para conseguir la máxima movilidad se empezará con unos simples ejercicios en decúbito supino tumbado en la cama, las series serán en función de su dolor y siempre muy despacio:

  • Bombeo de tobillo: moverá el pie arriba y abajo contrayendo y elongando los gemelos. Intentará trabajar a su vez el músculo cuádriceps. El objetivo es una flexo-extensión de tobillo.
  • Para contraer cuádriceps, apretará el músculo intentando enderezar la rodilla. Manteniendo unos segundos y posteriormente relajar.
  • Con la rodilla en extensión, se colocará una toalla enrollada debajo del talón. Intentará extender la rodilla y a su vez apretará el muslo tocando la cama.
  • Con las piernas en extensión, intentando hacer fuerza con el cuádriceps, levantará unos centímetros la pierna y la bajará.
  • Doblará la rodilla deslizando el pie en la cama y cuando baje la pierna, su pie estará en flexo, el objetivo será realizar una flexión de rodilla arrastrando el talón por la cama.
  • Cuando finaliza la serie de ejercicios se aplicará frio local para evitar que la rodilla se inflame.

Tras la indicación de su especialista para levantarse de la cama, el paciente ampliará la batería de ejercicios:

  • Sentado en una silla alta pondrá un pie detrás del talón de la rodilla operada e intentará levantar la pierna. También en la misma posición podrá doblar la rodilla.
  • Para deambular lo hará con unas muletas o andador para evitar caídas, ajustará la longitud de su paso y velocidad al ritmo que ande. Al principio utilizará las dos muletas, cuando sólo utilice una, la llevará en el lado contrario a la rodilla lesionada. A medida que vaya avanzando subirá y bajará escaleras, apoyándose en la barandilla, subirá con la rodilla buena y bajará la escalera con la rodilla operada.
  • Trabajará la rodilla gradualmente con resistencia, y una vez haya desaparecido la hinchazón podrá pedalear en bicicleta.
  • Hay evidencia que la hidroterapia es efectiva para el tratamiento de la rodilla, desde las propiedades físicas del agua hasta las ventajas del medio acuático para conseguir la autonomía física.

De igual modo se podrá aplicar hielo tras la realización de estos ejercicios anteriormente mencionados, además de elevar el miembro siempre que sea posible (11, 12, 14, 15, 18).

Conclusión

Cuando la funcionalidad de una persona resulta incapacitante, la artroplastia, es decir, el reemplazo de rodilla por una prótesis, mejora la capacidad funcional y la calidad de vida. Y si además las actividades de la vida diaria (AVD) están mermadas, la artroplastia o el reemplazo de la rodilla por una prótesis podría ser la solución. Los resultados de duración en el tiempo suelen ser de 10 a 15 años, dependiendo de la edad, pluripatologías, actividad física que realice y la dieta.

El Fisioterapeuta aporta un programa de ejercicios activos y pasivos con la finalidad de recuperar el movimiento en la articulación, así como fortalecer la musculatura. Es muy importante que la rodilla tenga estabilidad, lo cual se conseguirá ejercitando cuádriceps e isquiotibiales. Para ello se trabajará en cadena abierta y en cadena cerrada. Se conseguirá una máxima funcionalidad de la rodilla trabajando diariamente con el fisioterapeuta. Desde el primer día se intentará la máxima flexo-extensión de rodilla, aumentando el rango de movilidad en la articulación. También se corregirán las distintas fases de la marcha, así como mantener el peso en la rodilla afectada en la fase de apoyo.

Bibliografía

  1. IV Congreso AEA-SEROD (2016)
  2. Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. Portal estadístico del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Datos del Conjunto Minimo Básico de Datos. http:// www.msssi.gob.es/estadEstudios/estadisticas/cmbd.htm.
  3. C. Moreno García y S. Bello Prats Unidad de Rodilla. Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital Universitario La Paz. Madrid. (SECOT, Madrid, septiembre 2007)
  4. elsevier.es/es-revista-revista-espanola-cirugia-ortopedica-traumatologia-129-pdf.
  5. Hendrix RW, Anderson TM. Arthrographic and radiologic evaluation of prosthetic joints. Radiol Clin North Am. 1981; 19:349-64.
  6. Mason JB, Fehring TK, Odum SM, Griffin WL, Nussman DS. The value of white blood cell counts before revision total knee arthroplasty. J Arthroplasty. 2003; 18:1038-43.
  7. Sofka CM, Potter HG, Figgie M, Laskin R. Magnetic resonance imaging of total knee arthroplasty. Clin Othop Res. 2003;406: 129-35
  8. Leopold SS. Minimally invasive total knee arthroplasty for osteoarthritis. N Engl J Med.2009;360(17):1749-1758. PMID: 19387017 ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19387017.
  9. American Academy of Orthopedic Surgeons (AAOS).Treatment of osteoarthritis of the knee: Evidence-based guideline 2nd edition (summary). Rosemont, IL. Updated May 18, 2013.
  10. Mihalko WM. Arthroplasty of the knee.In: Canale ST, Beaty JH, eds. Campbell’s Operative Orthopaedics. 12th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Mosby; 2013: chap 7.
  11. Ledouppe A., Dedee M. Manual Práctico de estiramientos musculares postisométricos. MASSON, S.A. 1996
  12. Insall John N., Scott W. Norman: Rodilla. MARBÁN. 2006
  13. Einsingbach Thomas: La recuperación muscular en la fisioterapia y en la rehabilitación. Medicina Deportiva. Editorial Paidotribo.
  14. Cirugía Ortopédica Bauer – Kerschbaumer – Poisel – MARBAN 2. 1999.
  15. Prentice, William E. Técnicas de Rehabilitación e la Medicina Deportiva. Editorial Paidotribo.
  16. Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons. Volumen 1, Número 1 Enero/Febrero 2002 pp 3.
  17. Brent Brotzman, M.D, Kevin E. Wilk, P.T Clinical Orthopaedic Rehabilitation. Second Edition. 2003. pp 297 (5).
  18. MaryBeth Pappas Gaines, “Actividades Acuáticas, ejercicios de tonificación, cardiovasculares y de rehabilitación”, Editorial Paidotribo, 1° edición.
  19. PAPPAS, M. “Actividades acuáticas. Ejercicios de tonificación, cardiovasculares y de rehabilitación” Ed. Paidotribo. 1998