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Nutrición y salud en la enfermedad cardiovascular e hipertensión

Nutrición y salud en la enfermedad cardiovascular e hipertensión

La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte prematura en España y la responsable de numerosos casos de invalidez, por ello, hay que tomar medidas de prevención inminentes para evitar o retrasar su aparición.

Autoras

María del Rocío Ruiz Calzado, DUE. Hospital Reina Sofía, Córdoba.

Amparo Camacho Reyes, DUE, Oncología pediátrica. Hospital Universitario La Paz, Madrid.

Rosa María Zamorano Antonio. DUE. Master oficial en Cuidados críticos. Servicio de Dermatología. Hospital Universitario de Torrejón. Madrid.

Resumen

El objetivo fue analizar y describir las recomendaciones para prevenir o retrasar el aumento tensión arterial (TA) y con ello, como consecuencia, prevenir las enfermedades cardiovasculares entre otras que desencadenan cifras de tensión arterial altas e inestables.

El desarrollo progresivo de arteriosclerosis en el sistema vascular es la principal responsable. Numerosos estudios relacionan satisfactoriamente hábitos de vida saludables como la práctica de ejercicio físico y dietas saludables con la disminución de las cifras de tensión arterial y como consecuencia con mejor pronóstico de enfermedades cardiovasculares.

Palabras clave: alimentación, nutrición, ejercicio físico, recomendaciones nutricionales, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares.

Introducción

En mayo del 2004, durante la 57ª Asamblea Mundial de la Salud, se aprobó “La estrategia mundial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que aborda sobre el régimen alimentario, la actividad física y la salud” con la finalidad de disminuir la inactividad física, los malos hábitos de alimentación que de forma directa llevan al exceso de peso, y que están asociados al riesgo cardiovascular (RCV), a las enfermedades cardiovasculares, a la diabetes mellitus (DM) tipo 2 y a otras diferentes enfermedades degenerativas crónicas.

En el año 2005 nace la Estrategia NAOS lanzada por el Ministerio de Sanidad a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, que asume el enfrentamiento con el sobrepeso y la obesidad de la población en muy diversos ámbitos.

Las evidencias científicas que apoyan la prescripción del ejercicio físico en Atención primaria son innumerables. La actividad física favorece la prevención de enfermedades en personas sanas y actúa como coadyuvante en el tratamiento de ciertas patologías.

La “Guía Europea de Prevención Cardiovascular” hace énfasis en la prevención primaria y en el papel del médico y de la Enfermería de Atención Primaria en la promoción de un estilo cardiosaludable cuya finalidad es disminuir el riesgo cardiovascular global, basado en la actividad física, la incorporación de una alimentación saludable y el abandono del tabaco en fumadores. Con la “Guía Europea de Prevención Cardiovascular” se pretende:

– Proporcionar a médicos y Enfermería de Atención primaria, a los servicios médicos de empresas y mutualidad, así como fisioterapeutas, una serie de conocimientos actualizados, con bases científicas, sobre la importancia de la actividad física, que permita al médico de Atención Primaria dosificar el ejercicio de una forma personalizada a partir del estado de salud, la edad y la condición física inicial del paciente.

– Facilitar en la Atención Primaria los conocimientos necesarios a los profesionales de Enfermería para que puedan realizar acciones de educación, promoción, prevención, así como lograr un adecuado seguimiento de sus pacientes en los programas individualizados de actividad física.

– Proporcionar información a los profesionales de salud en la atención secundaria y terciaria conocimientos sobre la actividad física personalizada como parte del tratamiento médico en las patologías en las que se puedan prescribir.

El desarrollo progresivo de arteriosclerosis en el sistema vascular es la principal responsable. Sus principales manifestaciones clínicas son: enfermedad coronaria (EC) y otras patologías cardíacas, enfermedad cerebrovascular (ECV), enfermedad arterial y periférica, aneurisma aórtico y por último, enfermedad renal. La enfermedad cerebrovascular (ECV) se relaciona con los estilos de vida saludable y los factores de riesgo, que afortunadamente son potencialmente modificables. Los pacientes con enfermedad cerebrovascular (ECV) ya conocida o diabéticos o con un factor de riesgo muy aumentado son considerados de alto riesgo. (Ver tabla 1).

Recomendaciones

La hipertensión arterial (HTA) es considerada como un importante factor de riesgo para desarrollar la enfermedad cardiovascular. Su prevalencia en España varía entre 20-30% (por encima de 20 años), superando el 45% en edades avanzadas. A nivel mundial, debido a los altos valores que presenta, es considerada por la OMS como la primera causa de mortalidad. Hasta en un 95% de los casos son idiopáticos.

La ESH/ESC (Sociedad Europea de Hipertensión, Sociedad Europea de Cardiología respectivamente) definen  la hipertensión arterial (HTA) como PAS (presión arterial sistólica) ≥140mmHG o una PAD (presión arterial diastólica) ≥ 90mmHG. (Ver tabla 2).

Las recomendaciones generales de la dieta y estilo de vida según las guías ESH (Sociedad Europea de Hipertensión), ESC (Sociedad Europea de Cardiología) y AAH (Asociación Americana de Hipertensión), han demostrado de forma eficaz el retraso en la aparición de HTA en personas no hipertensas, aunque también pueden retrasar el inicio del tratamiento con fármacos en hipertensos grado 1, o en el resto de pacientes reducir las cifras de tensión arterial mejorando su control y reduciendo los fármacos necesarios para su tratamiento.

Las recomendaciones más significativas son:

Disminuir la ingesta de sal

El aumento o disminución de la sal en la dieta modifica las cifras de tensión arterial, además el consumir sal de forma excesiva puede contribuir a desarrollar hipertensión arterial (HTA) resistente. El mecanismo fisiopatológico se debe al aumento del volumen extracelular y un aumento de la resistencia vascular periférica que en sujetos predispuestos, junto con el aumento de la actividad de la angiotensina y del sistema simpático hace que su desarrollo hipertensión.

Un gramo de sal contiene 400mg de sodio (el 40% de sodio y 60% de cloro). Las recomendaciones del consumo diario de sal para la población sana oscilan entre 7.5-10g/día (3-4 g de sodio); mientras que para la población en riesgo son 5-6g/día (2.2-4g de sodio). La reducción del consumo a 5g/día disminuye la tensión arterial sistólica entre 1-2mmHg en personas normotensas y más evidente en hipertensos (4-5mmHg)

Moderar el consumo de alcohol

Reducir el consumo a un máximo diario de 20-30g de etanol en los varones y a 10-20g las mujeres.

Dietas saludables, aumentar consumo de frutas, verduras, alimentos bajo en grasas algunos tipos de dieta como:

– La dieta recomendada con mayor evidencia científica es la DASH (Dietary Approaches to stop Hypertension: alimentación saludable para evitar la hipertensión) que combina frutas, verduras, lácteos desnatados y pobre en carne roja; es decir, rico en proteínas, fósforo y pobre en grasas saturadas y colesterol.

– La dieta mediterránea es parecida a la DASH y ha demostrado que previene y reduce las cifras de tensión arterial en pacientes hipertensos junto con una disminución del riesgo cardiovascular.  Es rica en legumbres, verdura, fruta, lácteos y pescado, y pobre en carne roja. El aceite de oliva virgen proporciona antioxidantes, magnesio, potasio, fibra y ácidos grasos monoinsaturados.

– La dieta vegetaría, la más parecida a la mediterránea, incluye aceite de oliva virgen extra, derivados lácteos y huevos. Parece ser beneficiosa para la tensión arterial, pero la American Heart Association reconoce que este momento no hay evidencia suficiente.

Algún artículo que relaciona el aumento del consumo de proteínas de origen vegetal con la disminución de la tensión arterial aunque hasta el momento no hay evidencias científicas.

Otros estudios, hacer referencia a la relación inversa entre la ingesta de potasio y la tensión arterial. Los alimentos ricos en este electrolito son la fruta y la verdura. Debe limitarse su consumo en pacientes con alteración de la función renal y cuando su excreción renal está alterada por fármacos.

Respecto a los suplementos de magnesio para disminuir la tensión arterial, no está claro el beneficio, solo se recomienda en pacientes tratados con diuréticos, en los que presenten hipertensión arterial (HTA) secundaria o cuando tengan una deficiencia del mineral.

La cafeína produce un efecto rápido de aumento de las cifras de tensión arterial que dura 4 horas. Algunos estudio establecen como máximo tomar 5 tazas de café al día. Moderar el consumo de cafeína y evitarlo cuando la tensión arterial esté mal controlada.

Reducir y controlar el colesterol

Diferentes estudios relacionan el peso con la tensión arterial, y se estimó que perder 5 kg disminuye la tensión arterial sistólica 4.4 mmHg y diastólica 3.6 mmHg independientemente de que se haya disminuido la ingesta calórica o se haya aumentado el ejercicio físico. En pacientes con manifestaciones de enfermedad cardiovascular establecida y en los ancianos, los datos parecen indicar peor pronóstico tras la reducción de peso.

La relación entre obesidad y aumento de la tensión arterial se debe por un lado al aumento de la precarga y postcarga cardíaca relacionado con la activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona que presentan estas personas junto con un aumento de la resistencia vascular periférica y al estímulo del sistema nervioso simpático. Además, la presencia de grasa abdominal condiciona la resistencia periférica a la insulina e hiperinsulinismo.

La dieta ideal es aquella que consigue motivar al paciente y hacer que pierda peso. El ejercicio físico regular contribuye a mantener el peso corporal saludable (índice de masa corporal (IMC) próximo a 25) y una adecuada circunferencia para conseguir prevenir hipertensión arterial (HTA) o reducir cifras de tensión arterial en sujetos con hipertensión arterial (HTA) establecida.

Actividad física regular

La realización de actividad física aeróbica regular es beneficiosa ya que previene y ayuda al control de la tensión arterial junto con la disminución de la mortalidad de origen CV. Hay resultados en estudios con entrenamiento de resistencia aeróbica en hipertensos con disminución de PAS de 6.9-4.9 mmHg en reposo. La recomendación general es realizar 30 minutos de ejercicio aeróbico 5-7 días a la semana como caminar, correr, montar en bicicleta, nadar, etc.

La resistencia dinámica (desarrollar fuerza muscular con movimientos) parece que ayudan a disminuir tensión arterial y a mejorar parámetros metabólicos; lo conveniente es practicarlo 2-3 días a la semana. No se aconsejan los ejercicios de resistencia isométricos porque no hay bibliografía suficiente al respecto.

Abandonar hábitos tabáquicos

Dejar de fumar mejora el riesgo cardiovascular total; además, fumar tiene un efecto vasopresor agudo que puede aumentar la tensión arterial ambulatoria diurna.

Recomendaciones de estilo de vida para la prevención y el tratamiento de la hipertensión arterial (Ver tabla 3)

Anexos – Nutrición y salud en la enfermedad cardiovascular e hipertensión

Anexos – Nutrición y salud en la enfermedad cardiovascular e hipertensión