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Estimulación temprana y el desarrollo psicomotriz en menores de 3 años

Estimulación temprana y el desarrollo psicomotriz en menores de 3 años

RESUMEN

Los primeros años de vida constituyen un momento crucial en el desarrollo del ser humano, en ellos se desarrollan características que se sientan las bases del desarrollo físico, psicológico y emocional posterior adquiriendo las habilidades personales y sociales que van a determinar el futuro de cada persona. La estimulación temprana, es el conjunto de técnicas psicopedagógicas que aplicadas en los niños de forma sistemática permiten mantener, acelerar y optimizar el desarrollo de los infantes. Son las acciones que proporcionan las experiencias que éste necesita desde su nacimiento para alcanzar el máximo de su potencial psicológico.

AUTORES:

Gina Rosa Alonso Muñiz*,  Virginia Esmeralda Pincay Pin**, Mercedes Tania Alcázar Pichucho**, Solange Karina Quijije Segovia***,

*      Mágister en Emergencia Médica.

**    Mágister en Gerencia de Salud para el Desarrollo Local

***   Magister en Gerencia y Administración de Salud

UNIVERSIDAD ESTATAL DEL SUR DE MANABÍ

El objetivo de la investigación fue determinar el nivel de conocimiento de los padres sobre desarrollo psicomotriz de los menores en comunidades rurales, con el propósito de mejorar la educación de la familia sobre el empleo de las técnicas adecuadas. Las encuestas aplicadas a familias de un programa gubernamental y las entrevistas a expertos en la temática resultaron en que un número significativo de padres que integran este programa de atención infantil no tienen el conocimiento necesario de las técnicas que deben aplicar con esta finalidad, acrecentado por un muy bajo nivel de instrucción y maneras o costumbres radicales típicas de zonas.

Palabras clave: estimulación temprana, desarrollo psicomotriz, técnicas psicopedagógicas.

INTRODUCCIÓN

Los primeros años de vida constituyen un momento crucial en el desarrollo del ser humano, en ellos se desarrollan características y posibilidades que no tienen comparación con ninguna otra etapa del ciclo vital. Durante este período se sientan las bases del desarrollo físico, psicológico y emocional posterior adquiriéndose las habilidades personales y sociales que van a determinar el futuro de cada persona.

La estimulación temprana, es el conjunto de técnicas psicopedagógicas que aplicadas en los niños de forma sistemática permiten mantener, acelerar y optimizar el desarrollo del infante durante los primeros años. Para su realización se prefieren lugares lúdicos y sin presión, siendo muy importante, hacerles disfrutar del momento a la vez que van incorporando el propio aprendizaje. “Son las acciones que proporcionan al niño las experiencias que éste necesita desde su nacimiento, para alcanzar el máximo de su potencial psicológico.” (1). Este período se sitúa entre 0 y 3 años, constituyendo este límite de edad el ideal por cuanto en este lapso de tiempo, la maduración cerebral favorecerá el desarrollo intelectual.

Las tareas de estimulación ya son realizadas de manera empírica y precoz en los niños pequeños, llevadas a cabo generalmente por la familia. Debe tenerse en cuenta que el hogar es el ambiente idóneo donde los infantes desarrollan sus capacidades intelectuales desde los primeros momentos de su vida, lo cual se logra mediante el aporte adecuado de información y el desarrollo de prácticas que estimulen al pequeño en las esferas psicológicas y motoras, haciendo también partícipe de forma interactiva a la sociedad y la comunidad para que los niños se puedan desenvolver con criterios formados (2).

En la actualidad se utiliza el término intervención o atención temprana como sustituto de estimulación precoz ya que el segundo parece evocar un deseo de aceleración en el proceso normal del desarrollo del individuo, cuando en realidad lo que se pretende es potenciar al máximo las posibilidades físicas e intelectuales del niño, mediante una estimulación regulada y continua, llevada a cabo en todas las áreas sensoriales, pero sin forzar en ningún sentido el curso lógico de la maduración del Sistema Nervioso Central (3).

De existir características y necesidades diferentes a las de la edad en este período, se puede intervenir de forma en que se observen cambios relevantes o esperados, precisamente mediante técnicas de estimulación específicas que favorezcan el intelecto del menor. Estas acciones deben ser aprendidas por las madres en la etapa prenatal y constituyen una herramienta que requieren dominar y utilizar para tener un estrecho vínculo con su hijo en la medida que este se adapta a los cambios biológicos y psicológicos que le van sucediendo. (4).

De ser necesario, es extensible hasta los 6 años, como respuesta a necesidades transitorias o permanentes que puedan presentar el infante con trastornos en su desarrollo neurológico, psíquico o motor. En estos casos se planificará un conjunto de intervenciones dirigidas tanto al niño, como a la familia y su entorno cercano, que deben ser siempre conducidas por un equipo interdisciplinario de profesionales de orientación. (5).

La “Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2005 refirió que, en Latinoamérica, el 60% de los niños menores de seis años no se encontraban en programas de estimulación temprana, ocasionando un retraso en las áreas de desarrollo, refiriendo además que la falta de estimulación se da en áreas rurales debido al bajo nivel educacional de los padres” (6); señalando además que el nivel socioeconómico del entorno también influye de diferentes maneras en el avance del aprendizaje.

A nivel local el programa “Creciendo con nuestros hijos” (CNH), impulsado por el (MIES), Ministerio de Inclusión Económica y Social, garantiza una adecuada atención a los infantes en las diferentes etapas del desarrollo motriz y permite potenciar todas las cualidades de los infantes que son atendidos por las educadoras en compromiso con los padres de familia. Sus objetivos de trabajo incluyen instruir a los progenitores sobre el cuidado, la alimentación adecuada y la estimulación temprana para sus hijos, con la finalidad de prevenir en ellos dificultades que impidan el desarrollo psicomotor y maduración psicológica.

En el Ecuador existen pocos estudios de prevalencia de los retrasos del desarrollo. La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) indica que en el país hay 989 instituciones que trabajan con niños y adolescentes con capacidades especiales, pero no se sabe cuántos existen realmente en el país. Fuentes generadoras de información como el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) y el Sistema de Información para la Infancia (SIPI) tampoco disponen de registros suficientes o actualizados de datos de niños con retrasos del desarrollo psicomotor, aunque se estima que las causas más frecuentes que se registran son el Síndrome de Down, Parálisis Cerebral Infantil, déficit intelectual e hipoacusia (7).

Durante mucho tiempo se concibió la educación preescolar fundamentalmente comenzando a partir de los cuatro años, y en muchos países, entre los que se cuenta Ecuador, sólo a partir de esa edad es que concibieron sistemas de influencias educativas dirigidos a alcanzar determinados logros en el desarrollo en los niños. Sin embargo el acelerado desarrollo de la psicología, los avances en el campo biológico y neurológico, fueron demostrando que los primeros años de la vida eran fundamentales para el desarrollo humano, y que empezar a los cuatro años era ya muy tarde (8).

El objetivo de la investigación fue determinar el nivel de conocimiento de los padres sobre desarrollo psicomotriz de los menores de tres años en comunidades rurales, con el propósito de mejorar la educación de la familia sobre las técnicas adecuadas que deben utilizar para lograr una buena estimulación en sus hijos desde el nacimiento, y de esta manera se desarrollen sanos, sin presentar problemas o dificultades en su proceso de crecimiento, además también se busca fortalecer el vínculo familiar.

MÉTODO

Para alcanzar los objetivos planteados se realizó un estudio descriptivo transversal que permitió conocer el desarrollo psicomotriz de los niños menores de tres años y enfatizar la aplicación de técnicas y acciones que deben utilizar los padres o cuidadores. Se trabajó con una población de 110 padres de familia integrados a los programas del Ministerio de Inclusión Económica y Social / Programa Creciendo con nuestros hijos del barrio 10 de Agosto, de la ciudad de Jipijapa, Manabí; resumiéndose en una muestra de 55 una vez aplicados criterios de exclusión: padres que no tienen niños menores a tres años, y los que no presentaron disposición para participar en el estudio. Se emplearon como instrumentos de recolección de datos la encuesta a los padres y entrevistas a profesionales especialistas para enriquecer los criterios a propósito de la investigación. Los datos fueron procesados en sistema SPSS con una confiabilidad del 95% y un margen de error de 0,03. Los resultados se expresaron en tablas con su respectivo análisis e interpretación.

RESULTADOS

Las encuestas aplicadas a los padres de familia del MIES/CNH barrio 10 de agosto y las entrevistas realizadas a expertos en la temática resultaron en que un número significativo de padres de los niños que integran este programa de atención infantil no tienen el conocimiento necesario de las técnicas que deben aplicar con esta finalidad, acrecentado por un muy bajo nivel de instrucción y maneras o costumbres radicales típicas de zonas rurales sustentadas económicamente por la actividad agrícola y pecuaria.

Tomando en cuenta que en la etapa de la infancia es donde se debe introducir mayor información al niño, ya que su estructura cerebral está diseñada para su utilización extrema y de ello depende su absoluta maduración, la estimulación precoz debe de darse a todo infante sin ningún tipo de excepción ya sea sano o con alguna patología, implicando la participación de la familia y el entorno de tal manera, que el niño pueda sentirse seguro y capaz de poder interactuar con fluidez en su medio familiar, escolar o con los amigos.

Las técnicas aplicadas deberán ir de acuerdo a la edad del niño, exponiendo a las madres y padres de familia, el por qué y para qué sirven cada una de ellas. Se debe apelar a la utilización de materiales que sean fáciles de adquirir o que la institución sea capaz de proveer, garantizando así que no sea un impedimento para las familias de bajos recursos..

La falta de información no solo depende de la autopreparación al convertirse en madres, se hace notar que existe desinterés en las unidades de salud por fomentar o promover esta temática desde la propia gestación y después del nacimiento en las consultas de pediatría.

Como indica la tabla No.1, el 62% de los padres mencionó que no conocen nada de la temática. Más de la mitad de la muestra encuestada desconoce las técnicas aplicadas a niños en esta edad. Mientras que sólo 8 padres para un 14.54%, están preparados y poseen conocimientos sobre la estimulación temprana a sus hijos, lo que demuestra lo expresado anteriormente sobre la escasa atención que en este sentido se les ha prestado independientemente a su desinterés, sea por desconocimiento o formación cultural.

En cuanto a las actividades que se realizan en el hogar se pudo observar que el 92.7% de las personas realizan algunas, en función de su experiencia personal o familiar, lo que no implica un reconocimiento de su importancia, lamentablemente este indicador solo constituye el reflejo de un comportamiento heredado y tradicional. Se consideró además, como un resultado negativo que aun existan padres que no les confieran a estos temas la relevancia futura que tienen, siendo este un aspecto que debe modificarse. Con relación a la frecuencia con que lo realizan, el 51% mencionaron una vez por semana, el 24% indicaron dos veces por semana y el 18% respondieron que diariamente. 7% restante nunca lo hacen (tabla No.2).

La actividad más frecuentemente utilizada con la finalidad de estimular al niño es el juego, la cual además constituye una característica inherente a su naturaleza biológica y psicológica (54.5%), otro grupo, representado por el 18% se apoya en las rutinas de ejercicio, en tanto que la lectura de cuentos, 15% y el canto 5.45%, también se incluyen como acciones para potenciar la maduración cerebral. Es significativo que el 7% de madres que no realiza ninguna actividad lúdica en el hogar a pesar de existir programas (MIES) de estimulación temprana que se llevan a cabo en las diferentes comunidades. (tabla No.3)