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La deambulación durante la primera y segunda fase del trabajo de parto y su repercusión en la duración del mismo

La deambulación durante la primera y segunda fase del trabajo de parto y su repercusión en la duración del mismo

RESUMEN

El trabajo de parto está dividido en diferentes fases o etapas, siendo su duración variable en función de numerosos factores, entre los que cabe destacar el número de partos previos que tenga la gestante.

AUTORAS

Calvo Delgado, Isabel (1)

Pérez Vergara, Inmaculada (2)

Caballero Barrera, Verónica (3)

(1) Enfermera especialista en Obstetricia y Ginecología. Servicio Andaluz de Salud.

(2) Enfermera especialista en Obstetricia y Ginecología. Servicio Andaluz de Salud.

(3) Enfermera especialista en Obstetricia y Ginecología. Clínica Sagrado Corazón, Quirón.

Por regla general se puede establecer que la fase activa del parto tiene una duración máxima de 18 horas en nulíparas, mientras que en multíparas este tiempo se ha establecido en 12 horas.

El objetivo de esta revisión es conocer si la adopción de posturas que favorecen la verticalidad, centrándonos principalmente en la deambulación, contribuye a la disminución del tiempo del parto.

Para ello se ha realizado una revisión bibliográfica de las principales bases de datos de ciencias de la salud (PUBMED, Cochrane Library, Scielo y CUIDEN), así como protocolos nacionales e internacionales y guías de práctica clínica.

En cuanto a los resultados obtenidos, se evidencia una disminución de la duración de la fase activa del parto en nulíparas cuando durante esta misma fase deambulan durante al menos 120 minutos, haciendo que se reduzca en 1 hora y 27 minutos aproximadamente.

Por tanto, es papel fundamental de la matrona favorecer y animar a las gestantes a adoptar posturas verticales y facilitar la deambulación, haciendo además que mejore el confort y la sensación de participación de las gestantes en el proceso de su parto.

Palabras clave: «deambulación», «tiempo», «nulípara», «parto», «parto natural».

INTRODUCCIÓN

En la actualidad, cada vez más entidades abogan por una asistencia al parto normal más humano, menos intervencionista, poniendo en tela de juicio algunas prácticas que actualmente se realizan sin justificación y por mera rutina.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) junto con numerosos estudios concluyen que las evidencias muestran que muchas de las prácticas que se realizan en nuestro país en torno al proceso del parto no están justificadas, por lo que hace que se replantee su utilización en partos de bajo riesgo. Esto unido a la gran jerarquización que existe en la sanidad española hace que los avances sean mucho más lentos de lo esperado.

La asistencia debe estar centrada en la usuaria, priorizando su papel activo y respetando su derecho a decidir en cuanto a cómo quieren que sea su asistencia, haciéndola así partícipe de su propio parto.

Según las guías de práctica clínica actuales, la duración de la segunda fase del parto en nulíparas no suele sobrepasar las 18 horas, mientras que en multíparas se han establecido 12 horas de duración máxima de esta fase, en ausencia de algún tipo de intervención.

Esta revisión se centra en los beneficios que presenta adoptar la posición vertical en la fase activa del parto y su repercusión de una disminución del tiempo de la misma, combinándola con el movimiento.

Reducir la fase activa del parto genera confort en las gestantes, principalmente en nulíparas, ya que en este grupo de mujeres esta fase se suele alargar más en el tiempo. Además reduce la aparición de complicaciones derivadas de un trabajo de parto elevado en el tiempo.

Está más que demostrado que la posición horizontal de las gestantes en esta fase tiene más perjuicios que beneficios. Para el feto supone alteraciones en el patrón de bienestar fetal debido a los efectos negativos que la posición supina tiene sobre la vena cava. Para la gestante y la evolución del parto supone una ralentización del mismo, ya que esta posición no favorece la presión de la cabeza fetal sobre el canal del parto, lo que trae como consecuencia malposiciones fetales, alteraciones en la dinámica uterina y un aumento de la tasa de cesáreas y partos instrumentales.

OBJETIVOS

Establecer la relación entre la deambulación y la disminución de la duración de la fase activa del parto en nulíparas.

METODOLOGÍA

Revisión Bibliográfica en diferentes bases de datos (PUBMED, Cochrane Library, Scielo y CUIDEN), Guía de Práctica Clínica del Ministerio de Sanidad y Política Social, Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología (SEGO), Organización Mundial de la Salud e Instituto Nacional de Estadística. Se utilizaron las siguientes palabras clave: «Ambulation», «time», «nulliparous», «childbirth», «natural childbirth» y sus homólogos en español: «deambulación», «tiempo», «nulípara», «parto», «parto natural».

Se limita la búsqueda entre los años 2000-2016, empleando la combinación de las palabras claves y los operadores booleanos AND y OR.

RESULTADOS

La guía NICE determina que la duración del trabajo de parto varía de una mujer a otra y está determinada por el número de partos previos que tenga. Además el progreso de la dilatación no tiene por qué ser lineal.

No es posible establecer una duración de la fase latente del parto. Se puede considerar que la gestante nulípara alcanza la segunda etapa del parto tras 18 horas, mientras que la multípara en las primeras 12 horas sin intervenciones.

La fase activa del parto en primigestas tiene una media de duración de 8 horas, no superando por regla general las 18 horas. En multíparas tiene una media de duración de 5 horas, sin llegar a sobrepasar las 12 horas.

De los artículos encontrados para la realización de esta revisión cabe destacar los siguientes:

En 2010, Regaya L et al evaluó la eficacia de la deambulación en 200 gestantes separadas en nulíparas con libre deambulación y nulíparas que durante la fase activa del parto usaron la posición supina o decúbito lateral en la cama. El resultado demostró que la deambulación reduce significativamente la fase activa del parto.

En 2012, Mathew a. et all investigó el efecto de la deambulación y la realización de pilates en los resultados tanto maternos como fetales. De una muestra de 60 gestantes, 20 deambularon, 20 practicaron pilates y 20 fueron el grupo control. El 75% de las mujeres que deambularon tuvieron mejores resultados obstétricos, con una disminución de la fase activa del parto de 3.8 horas.

Un estudio realizado en India en este mismo año con primigestas con embarazos de bajo riesgo se evidenció que la deambulación reduce significativamente la primera etapa del parto.

Otro estudio realizado en 2006 se incluyó 369 gestantes en trabajo de parto normal. 145 de ellas adoptaron la posición sentada, de pie o caminando durante la primera etapa del parto, mientras que el resto se mantuvieron acostadas sobre la cama. Se demostró que adoptar una posición vertical en la primera fase del parto hizo que el 25% de las gestantes acortaran aproximadamente 1 hora la fase activa del parto, siendo el 34% de ellas nulíparas.

Otro estudio realizado en 2013 evidenció que la deambulación favorecía el mantenimiento de las contracciones, haciendo así que la duración media de la fase activa del parto fuera de 3:55 horas, ya que se observó una mejora del descenso de la cabeza fetal.

Por tanto se evidenció que la deambulación era una opción segura y bien tolerada y aceptada por las gestantes en todas las etapas del parto, pero que para que se observe

una disminución de la segunda etapa del parto se debe conseguir que al menos las gestantes deambulen durante un periodo de 2 horas.

Lawrence A. y colaboradores en su estudio señalaron que favorecer la movilidad y la adopción de una posición vertical durante la primera etapa del parto hacen que se reduzca esta fase aproximadamente en una hora y trece minutos en nulíparas, en comparación con posiciones supinas. Cuando la mujer se levanta de la cama, aumenta la actividad uterina, tanto en intensidad como en frecuencia, por lo que el periodo de dilatación se acorta, disminuyendo a su vez la fase activa del parto. En este estudio el tiempo medio de deambulación fue de 120 minutos.

La evidencia muestra que los estudios basados en mantener posiciones verticales y la deambulación en la primera etapa del parto aumenta las contracciones uterinas y disminuye la duración de la fase activa.

DISCUSIÓN/CONCLUSIÓN

La deambulación puede influir en el progreso y en el tipo de parto, sobre todo si se realiza en la fase activa del mismo, ya que se ha demostrado que reduce significativamente la duración en nulíparas.

Seis de cada diez mujeres en trabajo de parto se muestran receptivas a la deambulación durante la fase activa, teniendo una deambulación promedio de 123 minutos. La fase activa en nulíparas que utilizan la deambulación, tiene una duración promedio de 6 horas y 27 minutos.

Por consiguiente, toma especial importancia por parte de los profesionales sanitarios encargados de este proceso, obstetras y matronas, alentar el uso de éste método que además mejora el confort y la satisfacción de las gestantes.

Cuando a la mujer se le permite levantarse de la cama y movilizarse, aumenta la actividad uterina, por lo que el periodo de dilatación se acorta y, por consiguiente disminuye la duración total del trabajo de parto.

Para que se pueda llevar a cabo es necesario gestionar un espacio adecuado, enfocado exclusivamente a la deambulación en los centros hospitalarios, promoviendo la investigación para abarcar también a multíparas y otros casos especiales y enfocando nuestro trabajo a disminuir la fase activa del parto.

En nuestro país llevamos mucho «retraso» respecto a otras zonas como Inglaterra, Holanda o Noruega.

En los embarazos y partos de bajo riesgo resulta fundamental plantearse numerosas prácticas sistemáticas que cada día se realizan y que interfieren negativamente en el proceso del parto.

El papel de la matrona cobra vital importancia en este aspecto, reclamando el protagonismo que las mujeres y sus bebés merecen.

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