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Lactancia materna y planificación familiar

Lactancia materna y planificación familiar

La planificación familiar es de gran importancia durante las etapas de la vida de la mujer, adquiriendo mayor relevancia cuando la mujer, se encuentra en el periodo postparto.

Se ha realizado una revisión bibliográfica en las bases de datos PubMed y Cuiden de los años 2013 a 2017, con el objetivo de determinar los métodos anticonceptivos adecuados en una mujer con lactancia materna sin interferir en la lactogénesis y galactopoyesis, ni en la salud del lactante.

AUTORES: Nieves Pina Fuertes (Matrona), Leyre Nagore González (Matrona), Lucia Monzón Muñoz (Matrona), Yaiza Nagore González (Enfermera), Patricia Marcos de Marco (Matrona).

RESUMEN

 

El presente estudio describe todos los anticonceptivos disponibles para mujeres que están amamantando a su hijo, haciendo especial hincapié en la importancia de captar a estas mujeres durante la atención posparto, donde los profesionales expertos en planificación familiar aportaran información y recomendaciones para evitar embarazos no planificados sin necesidad de abandonar la lactancia materna.

Palabras clave: lactancia materna, planificación familiar, posparto, anticoncepción.

INTRODUCCIÓN

La planificación familiar permite a las personas tener el número de hijos que desean y determinar el intervalo entre embarazos. Se logra mediante la aplicación de métodos anticonceptivos y el tratamiento de la esterilidad. Como hace referencia la OMS, la planificación familiar se reconoce como la intervención principal que salva vidas de madres e hijos. Atiende las necesidades de los que desean tener hijos en el futuro y de los que han alcanzado la composición familiar deseada, queriendo evitar nuevos embarazos.

Los embarazos separados por cortos periodos de tiempo son los que presentan más riesgo para la madre y el recién nacido, pudiéndose evitar más del 30% de la mortalidad materna y del 10% de la mortalidad infantil si el periodo intergenésico es mayor de 2 años.

El 95% de las mujeres que cursan el periodo de 0 a 12 meses posparto desean evitar el embarazo en los 24 meses siguientes, pero el 70% no utilizan métodos anticonceptivos.

La planificación familiar en el posparto es el proceso de ayudar a las mujeres a elegir un método anticonceptivo que desean usar y seguir utilizándolo durante dos años o más, cumpliendo con sus intenciones y las de la pareja en materia de reproducción. Es importante recibir la información por personal sanitario cualificado en planificación familiar.

Para la selección del método anticonceptivo más idóneo durante el periodo de lactancia de la mujer hay que prestar atención a los riesgos y beneficios que cada uno de los métodos pueda tener en la madre y el niño.

OBJETIVO

Determinar los métodos anticonceptivos adecuados en una mujer con lactancia materna exclusiva sin interferir en la lactogénesis y galactopoyesis, ni en la salud del lactante.

MATERIAL Y MÉTODOS

Se ha realizado una revisión bibliográfica del año 2013 al 2017 en las bases de datos PubMed y Cuiden.

La población a la que se hace referencia son mujeres que desean mantener un periodo intergenésico determinado entre parto y embarazo y están realizando lactancia materna exclusiva.

RESULTADOS

Se recomienda, durante el primer año posparto y posteriormente, los métodos sin hormonas, como el método de amenorrea de lactancia (MELA), el dispositivo intrauterino de cobre, la esterilización, los métodos barrera y los métodos hormonales con progestágenos.

El método de amenorrea de lactancia (MELA) se puede utilizar inmediatamente después del parto hasta los primeros seis meses. Tiene una eficacia del 98%. El efecto anticonceptivo de la lactancia natural se basa en la supresión de la ovulación por los cambios hormonales provocados por la succión del pezón, que estimula la producción de prolactina y oxitocina. Estas dos hormonas provocan la producción y salida de la leche materna y la inhibición de la ovulación al bajar los niveles de la hormona reguladora de gonadotrofina (GnRH).Este método solo es válido si la lactancia es exclusiva y la madre amamanta frecuentemente tanto de día como de noche, no excediendo las tomas de más de 4 horas durante el día y 6 horas durante la noche, y si no se han reiniciado sus periodos menstruales.

Los métodos barrera pueden empezar a utilizarse inmediatamente después del parto, como el preservativo masculino o femenino, excepto el diafragma que habría que esperar seis semanas. Estos métodos, son aquellos que actúan como un obstáculo físico al paso del espermatozoide a la cavidad uterina. Así mismo, por su facilidad de utilización e inocuidad, son de los que más suelen recomendarse durante el periodo puerperal y de la lactancia, ya que no tiene ningún efecto sobre la composición de la leche, ni afecta de manera adversa la salud del niño ni de la madre.

El Diafragma tanto durante el periodo de lactancia como en condiciones de normalidad, siempre debe de usarse asociado a cremas espermicidas. Su uso después del parto tiene algunas peculiaridades, debido a que la vagina sufre cambios atróficos y de dimensiones variables según la mujer, se deberá revisar la talla más apropiada y también tener en cuenta que los cambios locales puerperales pueden causar dificultad para la introducción del mismo.

El DIU, un dispositivo anticonceptivo intrauterino con cobre, puede colocársele inmediatamente o hasta transcurridas 48 horas después del parto o en cualquier momento después de transcurridas 4 semanas tras el parto.

Cuyo efecto se basa en prevenir la fecundación al crear un medio intrauterino hostil que resulta espermicida; por lo que no tiene ninguna repercusión general y, por lo tanto, lo hace un método anticonceptivo perfectamente utilizable durante el periodo de lactancia. La utilización de los DIU como anticonceptivo en el periodo puerperal tiene los mismos efectos secundarios que cuando se utiliza en condiciones habituales, pero, sin embargo debe tenerse precaución por la mayor tasa de expulsiones y mayor riesgo de perforaciones uterinas al insertarlos.

Los mismos efectos tiene el DIU con gestágenos (Mirena), sin embargo se debería esperar a insertarse seis semanas después del parto.

La esterilización femenina o el cierre de las trompas de Falopio pueden practicarse inmediatamente o hasta transcurridos 4 días después del parto o en cualquier momento después de transcurridas 6 semanas tras el parto.

Por considerarse métodos definitivos, no son de elección en planificación familiar, salvo situaciones especiales. Dichos métodos de contracepción permanente, requieren intervención quirúrgica en hombres o en mujeres y, por lo tanto, consentimiento informado escrito por parte del usuario. La intervención quirúrgica tubárica es una de las técnicas de esterilizaron femenina más efectiva. Provee contracepción permanente a las mujeres que no desean tener hijos definitivamente.

Los métodos hormonales son muy eficaces para prevenir el embarazo y también son seguros durante la lactancia. Se utilizan aquellos métodos hormonales sin estrógenos, ya que estos pueden disminuir la cantidad de leche materna, favorecer una mayor hipercoagulabilidad de la que ya posee la mujer puérpera y puede producir efectos adversos en el lactante, como ginecomastia e incluso alteraciones hematológicas y esqueléticas.

Las mujeres pueden comenzar a usar todos los métodos de progesterona sola (inyecciones, implantes y píldoras de progesterona) en la sexta semana después del parto, según los criterios médicos de elegibilidad de la OMS.

Mini píldoras o anticonceptivos solo de progesterona. No inhiben la ovulación. Su mecanismo de acción consiste en modificar el moco cervical haciéndolo denso y hostil a los espermatozoides, impidiendo así el ascenso de los mismos hacia la cavidad uterina. Tiene una eficacia del 99,5% los primeros seis meses del puerperio, y además no parecen afectar el volumen de la leche, composición, o causar efectos en el lactante. Para que la píldora sea efectiva, la mujer debe tomarse una pastilla diaria siempre a la misma hora, sin interrumpir la toma en ningún momento, es decir, se inicia una nueva caja inmediatamente de la anterior. Deben transcurrir catorce días de iniciada la toma para lograr la eficacia anticonceptiva. La mujer continuará en amenorrea durante todo el tratamiento. Si el niño deja de alimentarse exclusivamente de leche materna y comienza a espaciar las mamadas, la eficacia anticonceptiva disminuirá. Es habitual que en ese momento la usuaria vuelva a menstruar. Es frecuente que se presenten alteraciones del patrón de sangrado mensual o manchado irregular, sin que ello justifique suspender el tratamiento. En caso de olvido de toma se debe agregar el uso de otro método anticonceptivo de barrera por catorce días.

El implante son unos cilindros o capsulas pequeñas y flexibles que se colocan debajo de la piel del brazo y contienen únicamente progestágeno. Su actuación, es que el moco del conducto del cuello uterino se convierte en más espeso, lo que impide el encuentro de los espermatozoides con el ovulo. Debe ser insertado y extraído por personal sanitario, pudiendo usarse durante 3 a 5 años según el tipo.

El progestágeno inyectable, se inyecta vía intramuscular cada 2 o 3 meses según el producto. Su actuación es la misma que en el implante. Al cesar el uso, la fecundidad tarda en reaparecer, cerca de 1 a 4 meses de promedio.

La píldora poscoital podría utilizarse después de cuatro semanas posparto no considerándose un método anticonceptivo, sino de emergencia.

CONCLUSIÓN

La atención posparto constituye un momento oportuno para dar orientación a las mujeres. Es importante llegar a ellas antes de que estén en riesgo de un embarazo no planificado y transmitirles la información sobre el retorno a la fertilidad, dando opciones de espaciar o limitar embarazos futuros, así como los beneficios que conllevan para la salud materna y  del lactante. Por tanto se deberán analizar las opciones anticonceptivas, dando acceso a los mismos.

La lactancia no debe interrumpirse para iniciar la anticoncepción, ya que no debe interferir con la lactancia ni con el crecimiento o la salud del recién nacido. Los métodos no hormonales son de primera opción, así como el método de progestágeno después de la sexta semana posparto. La decisión libre e informada de las mujeres requiere orientación y apoyo por parte de los profesionales expertos en planificación familiar.

La integración de la planificación familiar en los programas y los servicios integrales de salud de la madre y el recién nacido contribuye a ampliar los servicios a las mujeres durante el primer año después del parto. Esto, además, puede disminuir considerablemente los embarazos de alto riesgo y  puede mejorar la salud de la familia.

BIBLIOGRAFIA

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