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Cuidados de Enfermería en el manejo de catéteres venosos centrales en Hemodiálisis

Cuidados de Enfermería en el manejo de catéteres venosos centrales en Hemodiálisis

Resumen: El objetivo de nuestro estudio es hacer mención a la importancia del mantenimiento a largo plazo del hacer buen uso del acceso vascular de los pacientes de hemodiálisis. Para ello es importante concienciar al paciente sobre la importancia del acceso como medio de vida; definir prácticas de conexión del catéter que minimicen las posibles incidencias que se puedan registrar así como realizar recomendaciones para el manejo del mismo para evitar complicaciones futuras.

Autores:

  1. Ana Hermosín Alcalde DUE. Centro de diálisis Diaverum (Cartaya)
  2. Elena Pereira Jiménez DUE. Interclinik
  3. Irene Calviño García Grado en Enfermería. Clínica los Naranjos Huelva

Palabras clave: Enfermería, insuficiencia renal, hemodiálisis, catéter venoso central.

Introducción:

El acceso vascular  (AV) en los pacientes con enfermedad renal crónica en hemodiálisis supone una parte fundamental del proceso asociado al tratamiento sustitutivo renal. En primer lugar, de él depende la adecuada eficacia y calidad de la diálisis y en segundo lugar se asocia con gran parte de las complicaciones y morbilidad y mortalidad de estos pacientes.

Si los vasos sanguíneos de un paciente están dañados o son muy frágiles, no se puede crear una fístula. Además, dado que el acceso el tan rápido, los catéteres venosos centrales (CVC) también se utilizan para los tratamientos de urgencia. En el caso de que el catéter venoso central sea la mejor elección para su tratamiento de hemodiálisis, un médico o cirujano se lo insertará en una vena central: una vena yugular (cuello), una vena subclavia (pecho) o una vena femoral (ingle).

Los catéteres venosos centrales permiten acceder de forma inmediata al sistema circulatorio. Es posible que los pacientes con catéteres venosos centrales (CVC) noten que pueden mover los brazos y las manos con libertad durante la diálisis y que puedan evitar los pinchazos con agujas. No obstante, la complicación de los catéteres a largo plazo – sobre todo de aquellos colocados en la vena subclavia – consiste en que, a menudo, se produce un estrechamiento anormal (estenosis) del vaso sanguíneo. El catéter venoso central (CVC) también representa un mayor riesgo de infección y los pacientes deben ser muy cuidadosos con su higiene diaria o en el caso de que practiquen actividades de ocio como la natación o el baño. En ocasiones, el catéter venoso central (CVC) dificulta la obtención de una gran circulación sanguínea, lo cual puede afectar a la eficacia del proceso de eliminación de toxinas.

Tipos de catéteres

Temporales o de corta duración:

– Vena Femoral-(SHALDON)- Es el catéter provisional que más se usa en pacientes que precisan hemodiálisis urgente.

– Vena Yugular interna: uso en pacientes con dificultad de canalizar vena femoral.  No precisa ingreso. Se intenta evitar su uso si existe fístula en brazo ipsilateral.

– Vena Subclavia: mayor riesgo de complicaciones mecánicas (estenosis, trombosis, etc.). Se intenta evitar para preservar venas para futuras fístulas. No precisa ingreso

Permanentes tunelizados  de larga duración:

Son catéteres centrales externos insertados mediante técnica  tunelizada  percutánea. Parte del catéter se sitúa entre la vena canalizada y la salida subcutánea. El resto del catéter es visible sobre el punto de inserción. Llevan un  “cuff”o brazalete de dacrón en su parte extra vascular, que tiene como objeto provocar fibrosis para impedir el paso de agentes infecciosos y actuar como anclaje.

Aunque puede ser usado inmediatamente parece prudente esperar de 24 a 48 horas

– No debe utilizarse para ningún otro propósito.

– Los catéteres venosos centrales (CVC) tunelizados han de ser colocados en una sala con control de imagen e implantados por personal facultativo especializado.

– La primera elección  en la localización de un catéter venoso central (CVC) tunelizado es la vena yugular interna derecha.

Indicaciones

– Fracaso renal agudo o crónico que precise acceso vascular para hemodiálisis de urgencias. (CATÉTER TEMPORAL)

– Necesidad de hemodiálisis en pacientes con complicaciones en fístula arterio- venosa o en fase de maduración de la misma (CATÉTER PERMANENTE O TEMPORAL).

– Pacientes de diálisis peritoneal en espera de resolver alguna complicación que impida esta técnica (peritonitis, etc.) (CATÉTER TEMPORAL O PERMANENTE)

– Imposibilidad de fístula arteriovenosa (FAV) – mal lecho arterial del paciente, dificultad en acceso venoso, etc. (CATÉTER PERMANENTE)

– Pacientes con circunstancias especiales como son estado cardiovascular que contraindiquen realización de fístula arteriovenosa (FAV), deseo expreso del paciente, esperanza de vida inferior a un año, etc. (CATÉTER PERMANENTE

Cuidados de Enfermería:

Es el personal de Enfermería el que suele encargarse de los cuidados del catéter venoso central (CVC). El orificio de salida del catéter debe limpiarse durante cada tratamiento de diálisis. Para ello, el personal de Enfermería debe utilizar equipamiento de protección personal. El paciente debe ponerse una mascarilla mientras se le cambian los apósitos y durante el tiempo en que el catéter se encuentre abierto, como, por ejemplo, durante los procedimientos de conexión y desconexión del catéter. Las suturas de los catéteres no tunelizados deben permanecer colocadas durante el tiempo en que el catéter se encuentre insertado. Si, en cambio, se tiene un catéter tunelizado, las suturas deben retirarse cuando el manguito del catéter se haya curado en el sitio.

Procedimiento de conexión a hemodiálisis:

Procederemos a informar al paciente sobre la técnica que vamos a realizar. Colocamos al paciente en decúbito supino y en ligero Trendelemburg. Nos colocamos mascarilla y al paciente.. Hacemos un lavado aséptico de manos, para con posterioridad colocarnos los guantes de un solo uso. Descubrimos el catéter de esparadrapos y gasas, y lo depositamos sobre campo estéril. Inspeccionamos la zona de inserción del catéter, evaluando si presenta enrojecimiento, exudado, maceración, o por el contrario está limpia. Si lo consideramos necesario, éste es el momento de tomar una muestra para cultivo. Procedemos a la cura del punto de inserción con clorhexidina jabonosa, suero fisiológico, clorhexidina y tapamos el punto con apósito trasparente para así poder observar la evolución del orificio.

Envolvemos las dos luces del catéter en una compresa empapada con el desinfectante apropiado y dejamos actuar durante el tiempo necesario. Desechamos los guantes, procedemos nuevamente a lavado aséptico de manos, o bien lavarnos con desinfectante alcohólico y calzarnos nuevos guantes. Preparamos otra compresa o gasa empapada en desinfectante para limpiar las luces, procurando que estas queden el menor tiempo posible expuestas al exterior.

Retiramos los tapones e inmediatamente conectamos una jeringa de 5cc en cada luz para extraer el sello de heparina que se encuentra en el interior de ambas luces, aspiramos unos 5 cc para extraer el posible coagulo que se haya podido formar y los restos de Heparina que queden en la luz del catéter, con ello comprobamos la permeabilidad del mismo.

Cambiamos la jeringa del apartado anterior por una de las de 20 cc con 10 cc de suero fisiológico e introducimos su contenido en las luces del catéter con rapidez. Las conexiones del catéter a las líneas tanto arterial como venosa del circuito de hemodiálisis, las haremos extremando las medidas de asepsia y procurando que la exposición del catéter al exterior sea lo más breve posible. Finalizada la conexión a las líneas, cubriremos el catéter y las conexiones con un paño estéril, fijando el sistema para evitar movimientos que se puedan transmitir a la inserción del catéter.

Procedimiento de desconexión de hemodiálisis:

Preparamos 2 jeringas de 5 cc con suero fisiológico, medicación si está prescrita. Realizamos idénticas maniobras de asepsia y colocación de mascarilla. Cerramos la pinza del catéter, desconectamos la línea arterial e introducimos 5cc de suero fisiológico, procedemos de igual manera con el ramal venoso del catéter una vez finalizado el retorno de la sangre al paciente.

Retiramos la jeringa de 5cc e introducimos la solución deseada para heparinizar,( en nuestro caso utilizamos citraflow: son unas jeringas pre-llenadas de citrato de sodio, y a su vez es seguro para los pacientes donde se sospecha una trombocitopenia).

Para el sellado, introducimos la cantidad del compuesto según el volumen indicado en el catéter(normalmente nos viene indicado en las ramas del mismo), este paso deberemos hacerlo siempre cerrando el clamp contra presión. Retiramos la jeringa y tapamos con un tapón estéril, maniobra igual para las 2 vías. Lo cubrimos con saco estéril adecuando su posición a la comodidad del paciente y lo fijamos. Registramos las actividades realizadas, así como las recomendaciones que consideremos necesarias.

Conclusiones:

Los cuidados enfermeros son imprescindibles en la vida de los accesos vasculares de los pacientes sometidos a terapia dialítica. Para llevar a cabo una correcta actuación debemos centrar los cuidados en tres pilares fundamentales para prevenir el uso de complicaciones de los accesos siendo el primero de estos llevar a cabo una monitorización periódica de todos los acceso registrando presiones arteriales y venosas, realizando estudios de recirculación en casos de sospecha; llevar a cabo un registro de todas las incidencias que presente el catéter es otro pilar importante para identificar posibles complicaciones; y por último realizar una correcta educación sanitaria al paciente sobre el cuidado y manejo de su acceso.

Bibliografía:

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  2. Esteban Guajardo Cruz, Rubio Montuenga María José, Forcén Casado María Jesús, Aranda Fernández María Pilar et al. Protocolo de asepsia y utilización adecuada de recursos en hemodiálisis. Revista de la Soc Esp. de Enfermería Nefrológica enero-marzo 2008;11 (1).
  3. Fernández Martínez AV, Vilar Torres MV, Verene Romero W, Ortega Gómez T; et al. Efecto de la aplicación de una guía de higiene en un centro de hemodiálisis sobre las infecciones del acceso vascular. Análisis de dos años. Centro de hemodiálisis Hocasa. Cartagena. Murcia
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2016

  1. Joan Andres, Carmen Fortuny: CUIDADOS DE ENFERMERÍA EN LA INSUFICIENCIA RENAL. Editorial Libro del año. Madrid. 1994