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Influencia del nivel socioeconómico ante el estado nutricional de la población de Cádiz

Influencia del nivel socioeconómico ante el estado nutricional de la población de Cádiz

La alimentación adecuada es aquella que cumple con las necesidades específicas del comensal de acuerdo a su edad, promueve el crecimiento y desarrollo adecuado en el niño y en los adolescentes, y en los adultos y ancianos permite conservar o alcanzar el peso esperado para la talla.

  1. AUTORES

María Victoria Infante Peña. Diplomada en Enfermería

Arantza Mojica Blanco. Diplomada en Enfermería.

  1. INTRODUCCIÓN

El seguimiento de la misma previene el desarrollo de enfermedades que se presentan por deficiencia o por exceso de nutrientes. La alimentación correcta permite a las personas gozar de un pleno bienestar biológico, psicológico y social.

La relación entre el nivel socioeconómico y el estado nutricional se pone de manifiesto en múltiples trabajos, sin embargo, esta relación varía en función del nivel de desarrollo de la población considerada [1].

La obesidad tiene una asociación directa con los bajos niveles socioeconómicos en los países desarrollados [2, 3, 4]. El menor nivel educativo, el desempleo, los bajos ingresos,  y el sedentarismo son factores desencadenantes de sobrepeso y obesidad en esta clase social [4, 5, 6].

Como consecuencia de ello, la alimentación parece verse afectada por aspectos del estatus cultural, social y económico de las familias  [5, 7, 8, 9]. Los cereales integrales, carnes magras, pescados, productos lácteos bajos en grasas, vegetales frescos y frutas se consumen en su mayoría por los grupos  de altos ingresos, mientras que las harinas refinadas, las grasas saturadas y el menor consumo de proteínas se asocian con un bajo nivel socioeconómico [5,10, 11].

La relación costo-precio podría explicar la elección de los alimentos. Los sujetos con altos ingresos y mayor nivel educativo tienden a tener más acceso y recursos a unos hábitos alimenticios sanos. De forma contraria la restricción de alimentos o elección de alimentos más baratos se establece en  los grupos de baja posición económica. [11]

Los factores demográficos también influyen en el estado nutricional de la población, de manera que vivir en una zona rural puede suponer un mayor riesgo de sobrepeso u obesidad desencadenada por las desventajas socioeconómicas y peor acceso a los alimentos saludables [4].

Esto no ocurre en los países en vías de desarrollo, donde la obesidad está presente mayoritariamente en los hogares con mayor nivel socioeconómico [12,13]. Por ejemplo en una muestra representativa en sujetos indígenas, que incluían grupos rurales y urbanos, la tasa de obesidad fue mayor en las mujeres más ricas [13].

Las desigualdades socioeconómicas constituyen un problema fundamental en salud pública. Se estudia la relación de temprana mortalidad con personas de menor nivel socioeconómico. En los individuos de mejor NSE la relación es inversa,  así como la prevalencia de discapacidades o enfermedades en ambos estatus [14]. En muchos casos las asociaciones entre los resultados de NSE y salud adoptan una forma gradiente – cuanto mayor sea el NSE mayor es la salud-.

Bajo peso o Desnutrición

La baja posición económica, menor nivel educativo, y situación de desempleo también desencadenan situaciones de bajo peso. El término de bajo peso se refiere a un humano cuyo peso se encuentra por debajo de un nivel saludable. Un IMC inferior a 18,5 es por lo general identificado como peso bajo. La causa más común de que una persona tenga un bajo peso es básicamente la desnutrición, causada principalmente por una dieta inapropiada, hipocalórica o hipoprotéica, o de forma secundaria por efecto de alguna enfermedad.

De otra manera una dieta desequilibrada en la cual hay nutrientes que faltan o de los cuales hay un exceso o cuya ingesta se da en la proporción errónea provoca casos de malnutrición. [Organización Mundial de la Salud].

Se puede detectar un estado de bajo peso midiendo la talla y peso y comparando con tablas de crecimiento (en niños), verificando si hay un desvío de los valores normales de talla y peso para la edad.

Las consecuencias en el estado de salud por una situación de bajo peso, pueden ser:

  • Disminución de la energía
  • Funcionamiento dañado del cerebro
  • Retraso en el crecimiento en niños
  • Disminución del sistema inmune
  • Aparición de enfermedades infecciosas
  • Anemia y pérdida del cabello
  • Amenorrea
  • Complicaciones durante el embarazo

Sobrepeso y Obesidad

La obesidad es una enfermedad crónica de origen multifactorial, la cual produce un mayor riesgo de padecer enfermedades tales como: enfermedades cardiovasculares, DM tipo II,

Osteoartritis, apnea del sueño, hipertensión arterial, síndrome metabólico, hipercolesterolemia y ciertos tipos de cáncer [12]

Además de otras patologías características de la edad de los individuos y relacionadas con la obesidad como son: el retraso del crecimiento debido a la obesidad en niños [12], la inflamación desencadenada  por ejemplo por la elevación de la proteína C reactiva (identificado como biomeasure) o el aumento del marcador inflamatorio interleucina-VI que suponen riesgo de enfermedad cardiovascular en adultos [15, 16].

La prevalencia de sobrepeso y obesidad y las tasas de mortalidad de las mismas han ido aumentado en los últimos años. Además el alto índice de masa corporal (IMC)  se asocia con la pérdida de la salud en cuanto a calidad de vida [11]. Los últimos datos en 2013 recogidos en España de la Encuesta Nacional de Salud del Instituto Nacional de Estadísticas nos informan que más de la mitad de los españoles son obesos, lo refleja con unas cifras del 53,7%. Este porcentaje se ha obtenido tras entrevistar a una amplia muestra (n= 26.502) en individuos mayores de 18 años. También se confirma que la obesidad infantil está creciendo en nuestro país en concreto el sobrepeso y obesidad han aumentado en 3 puntos porcentuales en la última década [17].

En la valoración de la obesidad en cuanto a educación  se han obtenido datos que demuestran que las mujeres españolas con un nivel educativo bajo tienen una probabilidad de obtener sobrepeso 3,5 veces mayor que las mujeres con nivel educativo alto [17]. Esta diferencia es solo superada por Corea entre los países de la OCDE analizados.

De esta manera se afirma que la epidemia de la obesidad se ha instalado en nuestra sociedad con sus múltiples consecuencias. Las regiones con más casos representativos de adiposidad en España son Extremadura, Andalucía, Galicia, Castilla y la Mancha, Murcia y Canarias. Y  entre ellas se sitúan encabezando el ranking Andalucía, Canarias y Galicia con los mayores porcentajes de población obesa.

Se estima que actualmente en Andalucía el  58,2% de la población presenta sobrepeso u obesidad (62,9% hombres y 53,7% mujeres). La prevalencia de obesidad en hombres y mujeres andaluces es de 17,9% y 20,4% respectivamente.

Los casos de obesidad y sobrepeso ligados a depresión, ansiedad y estrés a causa de la crisis económica han aumentado un 32 % en los últimos años.

El paro y las dificultades económicas que viven muchas familias españolas generan en sus miembros “un proceso angustiante” que les lleva a alteraciones del comportamiento como pueden ser “agresividad, pereza, desorganización con la alimentación o incumplimiento de las responsabilidades” [18].

La dureza de la crisis ha provocado que el número de personas que piden ayuda para alimentarse haya aumentado hasta 1,3 millones, recurriendo  a los bancos de alimentos, los cuales proporcionan productos como leche, garbanzos, azúcar, galletas, tomates fritos, pastas, lentejas, harina… En Andalucía más de 500.000 personas necesitan abastecerse de estas ayudas para alimentarse. [19].

También ha provocado un fuerte incremento en Cádiz de personas que tienen en la vía pública sus “precarias viviendas”. Son lugares propicios los bancos de parques, cajeros automáticos, soportales, donde estas personas sin techo encuentran un lugar para resguardarse durante la noche.

Teniendo en cuenta la depresión económica que se inició en España en 2008 y que sigue actualmente presente en el país, cuyos efectos son totalmente desfavorables para la sociedad, nos ha llevado a profundizar en este estudio.

Los altos porcentajes de desempleo y el cambio en los modelos de vida afecta  especialmente a la ciudad de Cádiz, con una tasa de paro del 41,6% que se sitúa en los porcentajes más altos de desempleo de toda España [datos recogidos por el instituto nacional de estadísticas 2013].

Por lo tanto es interesante determinar cuál es el estado nutricional de esta población que está sufriendo fuertemente los cambios sociales, políticos y económicos.

  1. OBJETIVOS

El objetivo general de este estudio es determinar la influencia del nivel socioeconómico sobre el estado nutricional (sobrepeso, obesidad y bajo peso) de la población de Cádiz.

Como objetivos específicos del estudio:

  • Determinar la prevalencia de sobrepeso y obesidad en la ciudad de Cádiz.
  • Determinar la prevalencia de bajo peso en la ciudad de Cádiz.
  • Valorar la influencia del nivel educativo en el estado nutricional de la población de Cádiz (sobrepeso, obesidad, bajo peso).
  • Establecer la relación entre el status socioeconómico y el estado nutricional de la población de Cádiz.
  1. METODOLOGÍA

Se realizará un estudio descriptivo transversal sobre la población de Cádiz capital durante el año 2017.

Para la obtención de la muestra hemos tenido en cuenta el total de población de Cádiz según el padrón municipal referido al 1 de enero del año 2009 ascendiendo esta a un total de 126.766 personas .Como las variables que se van a interrelacionar son  el nivel socioeconómico y el estado nutricional (sobrepeso, obesidad, bajo peso), para el cálculo muestral hemos considerado el nivel socioeconómico ( medido este a través de un indicador simple elaborado por el grupo de Salud Pública de la Universidad de Cádiz y que recoge el nivel educativo, la situación profesional y la situación de actividad o no actividad del padre y la madre). Dentro de este indicador  al permanecer estables el nivel educativo y profesional de la persona hemos considerado la prevalencia del nivel de actividad de la población, es decir la situación de paro o trabajo;  teniendo la población de Cádiz según las últimas cifras registradas en abril de 2013 una prevalencia de paro de un 41,6% (indicador de deterioro de nivel socioeconómico con posibles implicaciones nutricionales) y  en base a la población de Cádiz  con un nivel de confianza del 95% y un error de ±  2,5%  el tamaño muestral mínimo necesario para el estudio es de 1476 personas ± 15%  por posible no respuesta.

Las variables utilizadas para obtener el índice de nivel socioeconómico familiar used (FSEL) han sido las siguientes (Ver tabla 1).

Se realiza un estudio polietátipo por conglomerados con estratificación previa por distritos municipales (la ciudad de Cádiz consta de 10 distritos municipales). La unidad de primera etapa es la sección censal, la segunda etapa el domicilio y la tercera etapa las personas residentes en cada hogar.

El tamaño calculado para cada estrato será proporcional al número de habitantes de cada distrito (Ver tabla 2).

Conociendo el número de habitantes a entrevistar en cada distrito se procederá a realizar las entrevistas tal y como hemos comentado a partir de las secciones censales en los distintos domicilios.

Dichas entrevistas serán realizadas por entrevistadores adiestrados previamente para evitar cualquier sesgo a la hora de recoger la información.

En cada domicilio se recogerá la información de todos los miembros de la familia tras obtener el consentimiento informado de los mismos (Anexo 1)  en el cuestionario que se adjunta (Anexo 2) que recoge información sobre  aspectos sociodemográficos (edad, sexo, nivel educativo, ocupación, empleo), antecedentes personales y familiares de sobrepeso, obesidad, bajo peso, y patologías que pudieran tener relación con estos procesos como diabetes, síndrome metabólico o estados carenciales , estilos de vida (consumo de alcohol, tabaco, actividad física, actividad sedentaria), hábitos dietéticos y encuesta de consumo de alimentos de 24 horas

Una vez finalizada la entrevista se procederá a realizar las mediciones de peso y talla, cintura y cadera utilizando para las mediciones el mismo aparataje. Para la tipificación ponderal se ha utilizado el Índice de Masa Corporal o IMC (peso en Kg/talla en m2) según la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria [20]. En cuanto a la medición cintura-cadera, se consideran valores normales ≥ 1 en el hombre y ≥ 0,85 en la mujer.

Finalizada la recogida de la muestra se procederá a la informatización de los datos y a su estudio estadístico.

El estudio estadístico se realizará con el programa SPSS v15. Se han obtendrán  las medidas de tendencia central y de dispersión, y los valores de prevalencia con sus intervalos de confianza 95%. Como pruebas estadísticas se emplearán  Chi–cuadrado y Fisher para comparación de proporciones, así como t –Student, y Anova para comparación de medias. Cuando no sean  asumibles la normalidad de los datos o igualdad de varianzas se emplearan test no paramétrico.