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La tuberculosis como riesgo biológico para el profesional sanitario y sus medidas preventivas

La tuberculosis como riesgo biológico para el profesional sanitario y sus medidas preventivas

Resumen: La tuberculosis, como enfermedad reemergente desde hace varias décadas, en todas sus formas, supone un gran riesgo biológico para los profesionales de la salud en contacto con el bacilo causante. Las medidas de prevención, los protocolos de aislamiento, así como el diagnóstico y tratamiento precoz de los casos, son la principal estrategia a seguir por el colectivo sanitario para tener un correcto control y evitar la infección tuberculosa.

Autores:
1. Elena Pereira Jiménez DUE. Interclinik

  1. Irene Calviñon García Grado en Enfermería. Clinica los Naranjos (Huelva)
  2. Ana Hermosín Alcalde DUE. Centro de diálisis Diaverum (Cartaya)

Introducción: La tuberculosis ha acompañado al hombre desde sus orígenes y aún hoy sigue siendo la infección humana que mayor número de muertes produce a pesar de ser muy conocidos su diagnóstico y tratamiento.

Actualmente un tercio de la población mundial se encuentra infectada por el bacilo de Koch; de estas personas, una de cada diez contraerá tuberculosis activa en algún momento de su vida.

Consideramos la tuberculosis una enfermedad reemergente, ya que en el pasado constituyó un problema de salud pública importante, llegando por las campañas de detección precoz y quimioprofilaxis de los individuos infectados, a considerarse controlada, y a partir de 1980 su reaparición ha hecho que de nuevo su importancia crezca.

Entre las circunstancias que han hecho que sea una enfermedad reemergente se encuentran:

  • La disminución del interés por las enfermedades transmisibles en general desde las autoridades de Salud Pública, al tener una falsa seguridad en los tratamientos y avances tecnológicos, lo cual trajo como consecuencia una disminución en conjunto de los programas frente a las enfermedades transmisibles, un deterioro de la vigilancia epidemiológica y una disminución de la pericia técnica frente a las enfermedades infecciosas tradicionales.
  • La epidemia VIH/SIDA.
  • Las resistencias a fármacos antituberculosos.
  • El incumplimiento de los tratamientos.
  • El mantenimiento de la pobreza y desigualdades sociales, incluidas las bolsas de pobreza en países desarrollados.
  • Los movimientos migratorios.
  • La insuficiencia de los programas de control.
  • Debido a la gran repercusión que vuelve a tener esta enfermedad en el momento actual, deben llevarse a cabo una serie de medidas de control:
  • Diagnostico precoz de los casos.
  • Instauración precoz del tratamiento.
  • Correcto cumplimiento de los tratamientos.
  • Prevención de la transmisión.

Objetivo: informar y formar acerca de las medidas a seguir por el personal sanitario para evitar la infección, y su posible paso a enfermedad tuberculosa, como estrategia de prevención.

Metodología: Para la realización de este estudio se ha llevado a cabo una búsqueda bibliográfica en bases de datos tales como: Cochrane Plus, Global Health, Medline, PubMed, Google académico. Y diferentes guías de práctica clínica del Ministerio de Salud y Consumo.

Palabras clave: tuberculosis, medidas preventivas, vacunación, personal sanitario.

Resultados: La tuberculosis es una enfermedad infecciosa producida por distintas especies del género Mycobacterium (M. Tuberculosis y M. Bovis), que afecta mayoritariamente los pulmones.

El Bacilo de Koch, es el agente etiológico más habitual, ácido – alcohol resistente, sensible a la luz solar, al calor y a la luz ultravioleta. Tiene una lenta multiplicación y se caracteriza por poder permanecer de forma latente meses o años. Su alta capacidad de adaptarse a medios adversos y de mutación es el principal problema de la resistencia al tratamiento.

Se transmite mayoritariamente por el aire, de una persona con lesiones pulmonares activas, a otra mediante cualquier maniobra respiratoria efectuada en la que exista la eliminación de bacilos mediante microgotas.

Para controlar los casos de tuberculosis:

Se ha de realizar una reevaluación diagnostica de todas aquellas personas que acuden a consulta presentando tos/expectoración de más de dos semanas de duración.

Tener sospecha diagnostica de la enfermedad en los grupos poblacionales de riesgo.

Realizar búsqueda activa de tuberculosis entre las personas que hayan mantenido contacto directo  con los enfermos.

El inicio precoz del tratamiento es fundamental para la prevención de la transmisión de la infección.
Actualmente, los fármacos habitualmente empleados para su tratamiento son isioniacida, piracinamida, rifampicina, etambutol y estreptomicina, todos ellos bactericidas.

Medidas preventivas:

  • Diagnóstico precoz y tratamiento correcto de los pacientes con tuberculosis.
  • Búsqueda activa y pasiva de casos. Registro y notificación.
  • Aislamiento del enfermo de tuberculosis pulmonar en habitación individual, con filtración HEPA si el aire es reciclado, durante las dos primeras semanas del tratamiento.
  • Utilización de mascarillas tipo FFP3 con válvula de espiración por parte de los trabajadores que mantengan contacto con el paciente durante su aislamiento. Así mismo, se deben seguir las normas de higiene y lavado de manos habituales.
  • Realizar estudios de contactos, con sus respectivas medidas de quimioprofilaxis y/o tratamiento.

Quimioprofilaxis: Es el tratamiento que se da a aquellas personas predispuestas para evitar la infección tuberculosa o el paso de infección a enfermedad. Es de gran utilidad para impedir la transmisión de la tuberculosis, y está dirigido especialmente a las personas más expuestas (entre ellos el personal sanitario) y colectivos de riesgo en los cuales se diagnostica en nuestro país alrededor del 40% de los nuevos casos de tuberculosis

  • Primaria: tratamiento preventivo de las personas no infectadas que mantienen contacto con pacientes bacilíferos, que tiene por objetivo evitar la infección. El fármaco utilizado es la isoniacida.
  • Secundaria: se lleva a cabo cuando el paciente es positivo para la tuberculina y tiene factores de riesgo evidentes para desarrollar la enfermedad, para evitar el paso de infección a enfermedad tuberculosa. También se denomina tratamiento para la infección tuberculosa. Se realiza con isoniacida, al igual que en la profilaxis primaria. No debe realizarse nunca cuando haya sospecha de enfermedad tuberculosa.

Estudios de salud en el personal de riesgo: En el ámbito laboral, la tuberculosis se puede enfocar de tres formas diferentes:

  • No profesionales: las adquiere un trabajador en un ámbito de la sociedad diferente al laboral.
  • Profesionales con relación intrínseca directa pasiva de causalidad: aquellas que son contraídas por el personal con mayor susceptibilidad, debido a la aparición de patologías de base.
  • Profesionales con relación intrínseca activa de causalidad laboral: aquellas que se dan cuando en el entorno de trabajo se hallan los bacilos que dan lugar a la infección.

Estudios de contactos: El estudio de contactos se ha convertido en una estrategia fundamental para el control de esta enfermedad. En el personal sanitario es una herramienta de especial utilidad.

Los objetivos del estudio de contactos son:

  • Diagnosticar a los infectados y a los enfermos entre las personas relacionadas con un enfermo tuberculoso conocido.
  • Tratar precozmente a los infectados y a los enfermos que lo precisen.
  • Reconstruir la cadena de transmisión para identificar en la medida de lo posible, al caso inicial.

Desde Salud Pública las medidas preventivas deben dirigirse hacia aquellas personas expuestas que tienen mayor probabilidad de estar infectadas y de enfermar. De esta manera,  en el estudio de contactos para la búsqueda de infectados y enfermos hay que tener en cuenta:

  • La capacidad contagiante del caso.
  • La relación de los contactos con el caso.
  • Las condiciones ambientales del lugar donde se ha producido el caso.
  • La susceptibilidad de los contactos a la infección.

Vacunación BCG: La vacuna BCG es una vacuna de bacilos vivos atenuados elaborada a partir de una cepa madre de M. bovis.

La protección que da consiste en evitar las complicaciones graves que pueden seguir a la primoinfección tuberculosa, tales como la meningitis y la tuberculosis miliar.

La forma de administración es intradérmica, en dosis de  0.1 ml en la zona superior del brazo, en la cual aparece un nódulo a los 15-20 días que puede ulcerarse y persistir durante 2-3 meses. Posteriormente deja una cicatriz característica.

La eficacia y la efectividad de la vacuna, se ha evaluado mediante ensayos clínicos controlados y estudios de casos y controles con resultados altamente discordantes, con una eficacia máxima del 85% y mínima del 0%. Esta variabilidad en su eficacia se atribuye a diferencias en las preparaciones, a diferencias genéticas o nutricionales y a influencias ambientales.

Conclusión: Podemos concluir que la tuberculosis como enfermedad reemergente es un problema de salud pública de gran relevancia a nivel mundial, afectando a un tercio de la población y en nuestro país. Del mismo modo es uno de los riesgos profesionales biológicos con más incidencia en el ámbito sanitario y que más preocupación causa.

Para tener un correcto control de ella, es de vital importancia hacer un diagnóstico precoz de la enfermedad y llevar a cabo un correcto y precoz  tratamiento, hacer una búsqueda activa y pasiva de los casos y notificarlos a la autoridad sanitaria, seguir de forma correcta los protocolos de aislamiento de los enfermos de tuberculosis y, por supuesto, seguir correctamente todas las medidas preventivas, así como las medidas de quimioprofilaxis y los estudios de contactos pertinentes.

Como profesionales del ámbito de la salud, está en nuestra mano el seguir correctamente todas estas medidas para evitar que el número de casos aumente e impedir el paso de la infección tuberculosa a enfermedad.

Debemos velar por nuestra propia salud y no obviar y restar importancia al uso de las medidas preventivas de protección del personal, tal y como vemos que hoy día se sigue haciendo en nuestros hospitales y centros de salud. Así mismo, es nuestra obligación notificar a la autoridad sanitaria la aparición de nuevos casos.

Otras medidas, como la vacunación BCG, aunque no sea sistemática en nuestro país  y la realización de la prueba de la tuberculina con cierta periodicidad, son de gran utilidad para evitar riesgos biológicos como la tuberculosis.

Bibliografía:

  1. Ministerio de Sanidad y Consumo. (2008). Plan para la prevención y control de la tuberculosis en España. Ministerio de Sanidad y Consumo.
  2. Limia, A. et al. (2012). Situación del diagnóstico de la tuberculosis en España. Ministerio de Sanidad y Consumo
  3. Sánchez – Cambronero, L., Limia, A., Andradas, E. (2013). Indicadores de seguimiento. Plan para la prevención y el control de la tuberculosis en España. Ministerio de Sanidad y Consumo. Madrid.
  4. Centro Nacional de Epidemiología. (2003). Ampliación de la definición de caso de Tuberculosis en la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica. Madrid.
  5. (2005). Guidelines for preventing the transmision of Mycobacterium tuberculosis in health-care settings. MMWR, 54 (17):1-14.
  6. Organización Mundial de la Salud. (2005). Estrategia para el control de la tuberculosis 2005-2015.
  7. Guerrero, A., Escamilla, MA. (2007). La tuberculosis en el medio laboral. Área de Salud Laboral de Medycsa.
  8. Centro Cochrane Iberoamericano.(2009). Guía de práctica clínica sobre el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de la tuberculosis. Plan de Calidad para el Sistema  Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad. Política Social e Igualdad. Cataluña.