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Cuidados de Enfermería ante la transfusión de hemoderivados

Cuidados de Enfermería ante la transfusión de hemoderivados

Resumen

 La transfusión sanguínea es una técnica básicamente de Enfermería que requiere un conocimiento profundo de las bases fisiológicas y un manejo meticuloso de la atención al paciente y la aplicación correcta de un protocolo para evitar posibles complicaciones.

Autores

Mª Dolores Sánchez Torrico. Diplomada Universitaria en Enfermería.

Fátima Ortiz Clemente. Diplomada Universitaria en Enfermería.

Antonio Castellano Cecilia. Diplomado Universitario en Enfermería.

Palabras clave

Transfusión sanguínea. Hemoderivados. Cuidados de Enfermería. Protocolos.

Introducción

La transfusión de sangre y sus componentes sigue siendo el trasplante de tejido más común, y salva vidas cuando se producen hemorragias intraquirúrgicas, anemias severas crónicas y agudas, grandes traumas, cáncer, etc. En la actualidad se ha convertido en un tratamiento de uso común, que conlleva riesgos y potenciales complicaciones.

La sangre y derivados se utilizan para restaurar el volumen sanguíneo, mejorar la hemoglobina o corregir los niveles séricos de proteínas.

Administrar correctamente una transfusión sanguínea requiere dosis considerables de habilidad y conocimiento, lo que exige seguir estrictamente una serie de pasos correlativos para poder controlar, detectar y solucionar cualquier anomalía que pudiera producirse durante la transfusión.

Objetivos de una transfusión de hemoderivados

_Asegurar la administración de hemoderivados con seguridad para el paciente, detectando y evitando los posibles errores.

_Administrar el hemocomponente indicado, en tiempo y forma adecuados para cada caso, detectando en forma precoz cualquier reacción adversa.

Metodología

Primer paso: identificar al paciente e historia clínica

Identificar al paciente y número de historia clínica antes de realizar la extracción sanguínea. Si durante una urgencia, debe extraerse una muestra de sangre de un paciente no identificado, asegúrese de que la haya sido asignado un número de identificación temporal. Después se enviará la muestra a laboratorio (identificada) para determinar el grupo, Rh y pruebas cruzadas.

Segundo paso: identificar el producto

Confirmar el precinto de compatibilidad adherido a la bolsa de sangre y la información impresa para verificar que se corresponde.

Las reacciones adversas más peligrosas en las transfusiones suelen deberse a errores en la identificación del producto sanguíneo o del paciente.

Tercer paso: obtener la historia transfusional del paciente

Averiguando si ha sido sometido a transfusiones previas. Si la historia es positiva, pregúntele cómo se sintió antes y después del procedimiento, si tuvo alguna reacción adversa, etc.

Si es la primera vez que se le administra una transfusión, explicarle las características del procedimiento o síntomas subjetivos de la reacción adversa, cefaleas, escalofríos, etc…

Dado que es una técnica con un potencial de riesgo, es prioritario disponer del consentimiento informado, que además ayuda a reforzar la información aportada al paciente.

Cuarto paso: material

Seleccionar catéter o aguja de calibre grueso, con el fin de evitar fenómenos hemolíticos.

Optar por venas del antebrazo o de la mano. Para los adultos es aconsejable utilizar agujas o catéteres de calibre 18 o 19; para recién nacidos y niños, un calibre 22 o 23G.

Si la vía utilizada es una vía central y el paciente ha de recibir una transfusión de sangre o concentrado, es preciso utilizar un dispositivo calefactor, ya que el extremo del catéter se ubica en vena cava superior  o aurícula derecha y la administración de sangre fría directamente en corazón podría alterar la conducción cardiaca y provocar arritmias. La temperatura de la sangre no debe superar los 37 ºC ya que se produce una hemólisis.

Tenemos varios equipos de administración de sangre, que son:

-Equipo simple de administración de sangre (es el dispositivo más común para las transfusiones): el filtro está en el interior de la cámara de goteo y es antibacteriano y antiburbujas.

-Equipo con filtro para microagregados: se utilizará siempre que se quiera administrar grandes cantidades de sangre completa conservada o concentrado de hematíes, con el fin de evitar que los microagregados penetren y obturen el sistema circulatorio del paciente.

-Equipo en Y: se utilizará para los concentrados de hematíes, que a veces, debido a su viscosidad debe pasar junto con suero salino fisiológico para diluirlo.

-Equipo de jeringa o goteo para componentes en la transfusión de plaquetas: con el fin de no obstruir la vía intravenosa y poder administrarlas lo más rápidamente posible, evitando así que se aglutinen.

-Equipo de transfusión con bomba: cuando se necesita transfundir grandes cantidades de sangre de forma rápida.

Quinto paso: valoración  del paciente durante la transfusión

Para evaluar con exactitud la respuesta del paciente a la transfusión, es preciso establecer el valor basal de sus signos vitales antes de iniciada y posteriormente cada media hora.

Sexto paso: administración de  suero fisiológico

Tanto si se utiliza una vía intravenosa ya establecida como si se instaura una nueva para la transfusión.

Séptimo paso: iniciar  transfusión

A un máximo de 2 ml/minuto durante los primeros quince minutos, permaneciendo junto al paciente, de esta forma, si el paciente muestra signos o aqueja síntomas típicos de reacción adversa interrumpir de inmediato la transfusión (unas cuantas gotas de sangre incompatible pueden resultar fuertemente lesivas) y comunicarlo inmediatamente al facultativo.

Octavo paso: mantener  velocidad de transfusión

Si no hay problemas en los primeros quince minutos, se aumentará la velocidad a la deseada.

-una unidad de sangre total o concentrado de hematíes: dos horas (hasta un máximo de cuatro horas)

-unidad de plasma: treinta minutos

-unidad de plaquetas: entre cinco y quince minutos

Pasado este tiempo, aumenta la probabilidad de contaminación.

 Noveno paso: no añadir aditivos al producto sanguíneo

Intentando siempre que pase sólo y jamás perforar o inyectar aire a una bolsa o sistema, ya que podemos provocar contaminación bacteriana o una embolia gaseosa.

 Décimo paso: registrar

Anotar y describir las características de la transfusión practicada:

-producto sanguíneo administrado

-signos vitales, antes, durante y después de la transfusión

-volumen total transfundido

-tiempo de transfusión

-respuesta del paciente. (4)

Si la transfusión transcurre de manera normal, tanto la bolsa como el sistema y catéter se desecharán en contenedores apropiados, al ser material potencialmente biopeligroso.

Efectos adversos durante la administración de hemocomponentes

Si el paciente presenta alguno de los siguientes como escalofríos, hipotermia, hipotensión, cefalea, urticaria, diseña, dolor lumbar, dolor torácico, sensación de calor, náuseas, vómitos y/o taquicardia, debemos actuar de la siguiente manera:

1-       Suspender la transfusión y comenzar con goteo de solución salina para mantener permeable la vía venosa a fin de seguir teniendo acceso a la circulación

2-       Avisar al médico

3-       Vigilar signos vitales cada quince minutos o según lo indique el tipo y la gravedad de la reacción

4-       Administración de Oxígeno, adrenalina, etc, según prescripción médica

5-       Vigilar la ingestión y excreción de líquidos y recoger la primera muestra de orina después de la reacción

6-       Informar a banco de sangre

7-       Registrar todas las incidencias

Bibliografía

  1. Servicio de Hematología. Hospital General Vall D’Hebron. Guía sobre la utilización de sangre y componentes sanguíneos. Med. Cli. Barcelona, 1988; 91: 747-749
  2. Mosquera Ferreiro, E. Transfusión sanguínea. Trabajando con protocolos. Rev. Rol de Enfermería 1991; 158: 29-34
  3. Fernández Serrano, MB; Arriba Tomás, MC. Compatibilidad de las transfusiones sanguíneas. Rev. Rol de Enfermería 1991; 157: 41-44
  4. Kelton, JG; Heddle, NM; Blajchaman, M. Transfusión sanguínea. Bases teóricas y aplicación clínica. Ed. Doyma 1988; 91-132