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Fiebre Tifoidea y cuidados de Enfermería

Fiebre Tifoidea y cuidados de Enfermería

La fiebre tifoidea es una enfermedad de carácter infeccioso que afecta al sistema digestivo. Es causada por bacterias del género salmonella. La infección se produce por consumir alimentos o líquidos contaminados. El tratamiento consta de antibióticos, hidratación y dieta blanda.

Autores:

  1. Ana Hermosín Alcalde DUE. Centro de diálisis Diaverum (Cartaya).
  2. Elena Pereira Jiménez DUE. Interclinik
  3. Irene Calviño García. Grado de Enfermería. Clínica los naranjos Huelva

Resumen

En cuanto a los cuidados de Enfermería, consistirán principalmente en la vigilancia del paciente a través de hidratación, higiene y observación de cualquier síntoma que conlleve alguna complicación. También se hará imprescindible informar al paciente con el objetivo de evitar contagios y futuras recaídas.

Palabras clave: infección, contagio, intestino, sangre, bacteria, salmonella.

Introducción

La fiebre tifoidea o fiebre entérica es una enfermedad infecciosa producida por Salmonella enterica subgrupo entérica serotipo Typhi (bacilo de Eberth) o S. enterica sub. enterica serotipos Paratyphi A, B o C, bacterias del género Salmonella. Su reservorio es el humano, y el mecanismo de contagio es fecal oral, a través de agua y de alimentos contaminados con deyecciones. No confundir con tifus que se produce por varias especies del género Rickettsia, transmitidas por parásitos externos (piojos).

La bacteria ingresa por vía digestiva y llega al intestino y pasa a la sangre, lo que causa una fase de bacteriemia hacia la primera semana de la enfermedad; posteriormente, se localiza en diversos órganos y produce fenómenos inflamatorios y necróticos, debidos a la liberación de endotoxinas. Finalmente, las salmonelas se eliminan al exterior por las heces.

En el período de incubación, que dura de 10 a 15 días, se aprecian trastornos del estado general, una fase de bacteriemia con fiebre que aumenta progresivamente hasta alcanzar 39-40 °C, en cuyo momento se mantiene, cefalea, estupor, roséola en el vientre, tumefacción de la mucosa nasal, lengua tostada, úlceras en el paladar y, a veces, hepatoesplenomegalia y diarrea.

La enfermedad puede evolucionar a la curación en 2 semanas o prolongarse con localizaciones focales a partir de la quinta semana. Si no se somete a un tratamiento adecuado pueden presentarse complicaciones graves, como hemorragia y perforación intestinal, choque séptico. Se produce un cierto grado de inmunidad que, aunque no protege frente a las reinfecciones, cuando éstas se producen son más benignas. El estado de portador puede ser transitorio o crónico.

Causas

La bacteria que causa la fiebre tifoidea, Salmonella typhi, se propaga a través de alimentos, agua o bebidas contaminadas. Si usted come o bebe algo que esté contaminado, las bacterias ingresan al cuerpo. Viajan hacia el intestino y luego hacia el torrente sanguíneo. En la sangre, viajan a los nódulos linfáticos, la vesícula, el hígado, el bazo y otras partes del cuerpo.

Algunas personas pueden convertirse en portadores de la bacteria Salmonella typhi y continuar expulsando la bacteria en sus heces por años, diseminando la enfermedad.

La fiebre tifoidea es común en países en desarrollo, pero menos de 400 casos se notifican en los Estados Unidos cada año. La mayoría de los casos en los Estados Unidos proviene de otros países en donde la fiebre tifoidea es común.

Síntomas

Los síntomas de la fiebre tifoidea pueden oscilar desde manifestaciones leves hasta síntomas muy graves que, incluso pueden causar la muerte. “Inicialmente hay un periodo de incubación de entre una y seis semanas, normalmente 1 ó 2 semanas, tiempo que varía en función de las personas y la cantidad de bacterias ingeridas”, explica el microbiólogo José María Marimón.

El especialista indica que los síntomas se caracterizan fundamentalmente por una fiebre elevada y sostenida (39ºC-40ºC). Además, las personas afectadas por esta patología pueden presentar debilidad, dolor abdominal, dolor de cabeza y pérdida de apetito. “También es frecuente la hepatoesplenomegalia (aumento del tamaño del hígado y del bazo)”, matiza Marimón. “En algunos casos también aparece una erupción cutánea de manchas planas de color rosa. La diarrea, típica de la infecciones por el resto de serotipos de Salmonella (las conocidas salmonelosis) es poco frecuente en la fiebre tifoidea».

Diagnóstico

Se sospechará de fiebre tifoidea basándose en los síntomas y también el historial médico y de viaje del paciente. No obstante, el diagnóstico se confirma a través de la identificación de S. typhi en la sangre o bien otro fluido anatómico o tejido.

Para el cultivo, una pequeña muestra de sangre, heces, orina, o bien de médula ósea se pone en un medio singular que estimula el desarrollo de bacterias. En 48 a 72 horas, el cultivo se examina al microscopio para detectar la presencia de bacterias de fiebre tifoidea. Un cultivo de la médula ósea es de forma frecuente la prueba más sensible para S. typhi.

Aunque la prueba de cultivo es el método primordial para el diagnóstico, en ciertos casos se pueden emplear otras pruebas para confirmar una sospecha de infección, como una prueba de detección de anticuerpos a la bacteria de la fiebre tifoidea en la sangre o una  prueba de verificación de ADN de la fiebre tifoidea en la sangre.

Prevención

La mejor manera de prevenir la fiebre tifoidea es contar con un suministro de agua potable limpia y sistemas eficaces de eliminación de aguas residuales, los que no siempre se tienen disponibles en muchos países. Existe también una vacuna que previene la enfermedad en un setenta por ciento de los casos.

Los que viajan a países donde es frecuente la fiebre tifoidea, deben beber exclusivamente agua hervida o de botella. Procurarán también comer sólo alimentos suficientemente cocinados o frutas que ellos mismos hayan pelado y que no han sido lavadas con agua del grifo.

Tratamiento

Comúnmente se han utilizado antibióticos como la ampicilina, el cloranfenicol, el trimetoprim-sulfametoxazol, conocido también como cotrimoxazol, y la ciprofloxacina para tratar la fiebre tifoidea en los países desarrollados, y así se ha reducido la tasa de mortalidad al 1 por ciento de los casos. Debido a la resistencia que está desarrollando la Salmonella typhi a estos medicamentos, se está considerando el uso de otros antibióticos, como la fleroxacina.

A causa del riesgo de deshidratación causado por las diarreas, también es recomendable reponer los electrolitos por vía intravenosa. 18 También se recomienda suministrar a los enfermos dieta blanda.

Es básica la detección precoz para realizar el aislamiento entérico, que consiste en lavar aparte la ropa y los útiles de vajilla utilizados por el enfermo, sumergiéndolos en una solución con 200 mililitros de lejía por cada cinco litros de agua o, si se dispone de lavadora y lavavajillas, utilizar un programa de lavado con temperaturas superiores a 80ºC. El tratamiento debe hacerse siempre bajo supervisión médica. El antibiótico más utilizado es el cloranfenicol. Dada su toxicidad en España, se utiliza más frecuentemente el cotrimoxazol o la ampicilina. La amoxicilina se reserva para las mujeres embarazadas.

La convalecencia puede durar varios meses, pero los antibióticos disminuyen la gravedad y las complicaciones de la fiebre tifoidea, así como la duración de los síntomas.

También es necesario que la persona se alimente con frecuencia, debido a las hemorragias intestinales u otras alteraciones del tracto digestivo. En ciertos casos debe administrarse alimentación por vía intravenosa hasta que se puedan digerir los alimentos.

Cuidados  de Enfermería

– Los objetivos de la atención de Enfermería son brindar cuidados de sostén y vigilancia en busca de complicaciones:

– Si hay somnolencia y delirios

– Uso de barandillas.

– Mantener la cama en posición baja.

– En presencia de fiebre.

– Medicamentos de acuerdo a la indicación médica.

– Baños de esponja con agua tibia.

– Hidratación.

– Vigilar aparición de distensión vesical y abdominal.

– Vigilar la presencia de hemorragia intestinal.

– Enseñanza al paciente: informar al paciente sobre la recuperación lenta; Control posterior ya que el 3% se vuelve portador crónico y alojan el microorganismo y lo excretan en heces y orina.

Conclusión.

Los cuidados de Enfermería en pacientes con fiebre tifoidea tendrán su base en la vigilancia constante para reaccionar rápida y eficazmente ante cualquier complicación. Se prestará especial atención a la aparición de fiebre, a la hidratación y a cualquier complicación de carácter intestinal. Al tratarse de una enfermedad contagiosa, será de suma importancia marcar las pautas que eviten el contagio y/o una nueva recaída.

Bibliografía

1.- Harris JB, Ryan ET. Enteric fever and other causes of fever and abdominal symptoms. In: Bennett JE, Dolin R, Blaser MJ, eds. Mandell, Douglas, and Bennett’s Principles and Practice of Infectious Diseases. 8th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Saunders; 2015:chap 102

2.- Wain J, Hendriksen RS, Mikoleit ML, Keddy KH, Ochiai RL. Typhoid fever. Lancet. 2015;385;1136-45. PMID: 25458731 www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25458731.