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Hipertermia en la tercera edad

Hipertermia en la tercera edad

Resumen: El objeto de este estudio es recopilar información para la identificación, detección precoz, actuación adecuada y eficaz. Debido a las altas temperaturas que sufrimos y a la fragilidad de las personas de la tercera edad, así como su incidencia anual, es de capital importancia extender el conocimiento sobre este mal, saber cuáles son sus síntomas y  las recomendaciones para identificarlo y por consiguiente evitarlo.

Autores:

  1. Ana Hermosín Alcalde DUE. Centro de diálisis Diaverum (Cartaya)
  2. Elena Pereira Jiménez DUE. Interclinik
  3. Mª Dolores Loro Padilla DUE. Servicio Andaluz de Salud (SAS)

Palabras clave: hipertermia, golpe de calor, tercera edad, mayores.

Introducción:

Se define la hipertermia como la elevación de la temperatura corporal por encima de los límites normales. La fiebre es causada por un desequilibrio de la termorregulación que proviene de una alteración del hipotálamo. Las anomalías cerebrales, las sustancias tóxicas pirógenas (bacterias, drogas) y una temperatura ambiente elevada son la causa de esta alteración.

Frente a la invasión microbiana, la fiebre es un mecanismo de defensa, ya que hace aumentar la producción de anticuerpos por un aumento del metabolismo.

En el anciano también puede ser debido a un hiperfuncionamiento hormonal, excesivo calor ambiental, utilización de vestidos inadecuados, ingestión o hidratación excesiva y exposición prolongada al calor.

La temperatura corporal normal es el equilibrio entre la producción y la pérdida de calor a través del organismo. El funcionamiento de este equilibrio está asegurado gracias al funcionamiento de centros termorreguladores situados en el hipotálamo.

El calor y el frío captados o percibidos por receptores cutáneos transmiten los impulsos al hipotálamo, que actúa regularizando la temperatura corporal.

Cuando ésta se eleva los centros anteriores del hipotálamo inhiben la producción de calor y aumentan la pérdida de calor provocando una vasodilatación de los vasos cutáneos, una relajación muscular, una estimulación de las glándulas sudoríparas (sudoración) y aumento de la respiración.

Cuando la temperatura corporal desciende los centros posteriores del hipotálamo aumentan la producción de calor y conservan el calor del cuerpo provocando una vasoconstricción de los vasos cutáneos, contracciones musculares (escalofríos) y una inhibición de las glándulas sudoríparas.

Este sistema regulador de la temperatura corporal durante el proceso de envejecimiento se vuelve menos eficaz, lo que causa un descenso de la temperatura en condiciones normales. La sensación o percepción del calor o frío en el anciano es distinta que en el adulto que sumado a la lentitud en la transmisión de impulsos al hipotálamo, menor ingestión de calorías en las comidas y la disminución de la actividad física hace que al anciano le resulte difícil mantener el equilibrio de la homeostasia corporal.

Por tanto el mantenimiento de la constancia térmica es función de dos mecanismos opuestos:

Termogénesis: Producción de calor.

Temólisis: Eliminación de calor

La pérdida de calor corporal se realiza por diferentes procedimientos físicos como:

Evaporación

Radiación

Conducción

Convección

Desarrollo:

Existen dos situaciones caracterizadas por aumento de temperatura corporal, que conviene diferenciar:

  • Fiebre: el aumento de temperatura se debe a una regulación transitoria por parte del centro regulador hipotalámico, que funciona adecuadamente. No se considera una reacción negativa ya que forma parte de la respuesta orgánica a la infección.
  • Hipertermia: el incremento de la temperatura corporal, no encuentra adecuada respuesta en el hipotálamo, o bien, la respuesta de éste es inadecuada a la situación concreta, por lo que se considera patológica en todo caso. Este ascenso de temperatura no regulado puede provocar síndromes denominados menores o leves y cuadros clínicos mayores que pueden comprometer la vida del sujeto.

1) Formas clínicas de presentación:

  1. a) Activa o por ejercicio:

Ocurre en sujetos jóvenes, no aclimatados, sometidos a ejercicios físicos de gran intensidad en días de calor y con alta humedad relativa. Inicialmente, aparecen síntomas de alteración del nivel de conciencia, alteraciones del comportamiento y convulsiones. Cursa con piel seca y caliente, con ausencia de sudoración. La deshidratación asociada provoca con frecuencia fallo renal, aunque en éste puede influir la lesión tubular directa secundaria a la mioglobinuria e incluso aparición de coagulación intravascular diseminada. El daño muscular, está presente en la totalidad de los casos.

  1. b) Pasiva o clásica:

Ocurre en sujetos con alteración basal de los mecanismos de regulación, fundamentalmente en personas mayores o con patología previa, así como en los que reciben la medicación mencionada. Inicialmente, en las primeras horas, ocurre un cuadro de letargo, debilidad, nauseas, vómitos, hipertermia y agravamiento de la patología basal. A partir de las 48 horas se encuentran síntomas generales, comunes a los descritos en la forma activa. En las dos formas de presentación la mortalidad es elevada alcanzando un 70%. Cualquiera que sea la forma de presentación, se va a producir repercusión multiorgánica

2) Tratamiento:

Dada la gravedad del cuadro, con una mortalidad elevada, en torno a un 80%, el diagnóstico y la instauración del tratamiento correcto debe realizarse precozmente, puesto que se relaciona directamente con la supervivencia.

El tratamiento constará de dos fases:

  1. a) Tratamiento primario.
  2. b) Tratamiento de las complicaciones.
  3. a) Tratamiento primario de la hipertermia:

En el lugar del suceso, se debe trasladar al paciente a un lugar fresco, retirarle la ropa y aplicarle agua fría o hielo en la superficie corporal. Si el paciente está consciente, se debe iniciar la hidratación oral, si no es posible, se debe iniciar la hidratación venosa inmediatamente. Debe ser evacuado con prontitud a un centro sanitario para su tratamiento completo.

Existen diferentes métodos de enfriamiento:

  • Enfriamiento por evaporización: Consiste en alojar al paciente en una habitación fría y humedecer la piel con agua a 15º C, provocando evaporización con el uso de ventiladores con aire caliente a unos 45º C. La ventilación se ajusta para mantener la temperatura de la piel en torno a los 30º C, con un descenso de la temperatura de 1º C cada 10-12 minutos. La mortalidad de este procedimiento es de un 11%.
  • Enfriamiento externo directo: Consiste en sumergir al paciente en agua helada o envolverlo en hielo. Este método requiere masaje continuo para evitar la vasoconstricción que produce el frío en la piel. El enfriamiento directo externo es muy efectivo, pero requiere monitorización y vigilancia extrema. Por ello, se considera poco seguro en pacientes con riesgos de shock cardiovascular, en los cuales se elige enfriamiento evaporativo.
  • Otros: En los casos en los que no se consigue enfriamiento por los métodos anteriores, puede ser necesario el lavado peritoneal con suero salino enfriado a 10-20ºC, lavado gástrico, hemodiálisis o by-pass cardiopulmonar con enfriamiento externo de la sangre. En cualquier caso, la temperatura debe ser monitorizada constantemente y se debe detener el enfriamiento a los 39º C.
  • Tratamiento de las complicaciones:

Las complicaciones iniciales de la hipertermia son fundamentalmente las arritmias, la acidosis metabólica y el fallo cardíaco. Las arritmias (fundamentalmente taquiarritmias supraventriculares) no requieren tratamiento específico, ya que ceden al disminuir la temperatura. El fallo cardíaco debe tratarse como habitualmente, salvo que debe evitarse la digital por la posibilidad de hiperpotasemia asociada. La hipotensión debe tratarse con reposición de fluidos empleando suero salino. Para ello, será de ayuda la monitorización de la presión arterial con catéter de Swan-Ganz.

Con frecuencia los pacientes presentan bajas resistencias periféricas, bajas volemias por deshidratación y disfunción ventricular izquierda, por lo que tienen riesgo de insuficiencia cardíaca congestiva y fallo renal. Están contraindicados los dextranos, como expansores por efecto anticoagulante. Igualmente, se deben evitar los agonistas alfa y dopaminérgicos por provocar vasoconstricción periférica. La acidosis metabólica, así como la hipoxia, se controlan al disminuir la temperatura, aunque se administrará a todos oxigenoterapia al 100% y si es necesario se puede administrar bicarbonato. En caso de situación comatosa, debe ventilarse al paciente mediante intubación orotraqueal.

El control de la diuresis debe ser estrecho mediante sonda vesical. Se administrará 1-2 mg./kg de Manitol cada 15-20 minutos para aumentar la diuresis y disminuir el edema cerebral. A su vez, se pueden añadir dosis intermitentes de Furosemida. En caso de insuficiencia renal establecida, es necesario recurrir a métodos de hemofiltración. El aporte de potasio dependerá de los niveles en sangre del ión, así como de la función renal a fin de evitar la hiperpotasemia.

3) Papel de la Enfermería en la Prevención de la hipertermia.

– Valoración de Enfermería:

La valoración de Enfermería se centra en la identificación de la temperatura corporal basal de cada persona, de los factores de riesgo para la alteración de la termorregulación y de los síntomas precoces de hipotermia o de hipertermia. Para ello se recopilará información acerca del paciente y su entorno y se medirá la temperatura corporal.

– Historia y Entrevista

Preguntas importantes para elaborar la historia clínica del paciente:

Reacción ante el clima frío o caluroso.

Temperatura en su domicilio.

Condiciones del entorno y modo de vida.

Grado de actividad física.

Formas de protegerse del frío y del calor.

Si tiene prescrito algún tratamiento médico para la exposición al frío o al calor.

Antecedentes de enfermedad.

– Factores de riesgo

Debemos considerar que toda persona mayor de 75 años presenta riesgo de padecer una alteración de la termorregulación.

Otros factores de riesgo son:

Deshidratación.

Temperaturas ambientales extremas.

Enfermedades sistémicas.

Inactividad e inmovilidad.

Medicamentos.

Consumo de alcohol.

Desequilibrios electrolíticos.

Consejos para evitar el golpe de calor

  • Evita la exposición al sol en las horas centrales del día (de 12 a 17 horas) y, en general, evita exposiciones prolongadas o dormirte al sol.
  • Si notas cansancio o mareo, retírate a un lugar fresco o ventilado y aflójate la ropa.
  • Pasa tiempo en locales con aire acondicionado. Si dispones de él en casa, acuérdate de bajar la temperatura por la noche, porque el cuerpo se enfría durante el sueño.
  • Cúbrete adecuadamente la piel, la cabeza y los ojos con ropa, sombreros o gorros y gafas de sol. Esto te ayudará a prevenir tanto los golpes de calor como las quemaduras.
  • Consume abundantemente agua, líquidos y bebidas isotónicas. Evita las comidas pesadas de difícil digestión que hacen aumentar la temperatura interna.
  • Lleva ropa ligera que permita la transpiración, el principal mecanismo de refrigeración de nuestro cuerpo.
Algoritmo de actuación.
Algoritmo de actuación

Conclusiones:

El golpe de calor es el cuadro de mayor gravedad, con repercusión multiorgánica y, lo fundamental, en el tratamiento es el enfriamiento, normalmente con medidas físicas. El traslado rápido es primordial en los casos más graves ya que compromete la vida de la persona afectada.

La mejor forma de tratarlo es tomando medidas preventivas como los consejos sanitarios que exponemos en este artículo.

Bibliografía:

  1. LUIS, M.T. “DIAGNÓSTICOS ENFERMEROS” 3ª Ed. Barcelona 1.998, Harcourt Brace.
  2. GARCIA, M. “ENFERMERÍA GERIÁTRICA” Barcelona 1.995, Masson-Salvat.
  3. GARCIA, M. et al. “CURSO A DISTANCIA DE ENFERMERÍA GERONTO-GERIÁTRICA EN ATENCIÓN PRIMARIA” Barcelona, Sociedad Española de Enfermería Geronto-Geriátrica.
  4. HOGSTEL et al. “ENFERMERÍA GERIÁTRICA, CUIDADO DE PERSONAS ANCIANAS”Madrid 1.998, Paraninfo.
  5. RIOPELLE, L. et al. “CUIDADOS DE ENFERMERÍA” 1ª Ed. Barcelona 1.997, MacGraw-Hill Internacional.