Inicio > Enfermería > Protocolo canalización de vía periférica en Enfermería

Protocolo canalización de vía periférica en Enfermería

Protocolo canalización de vía periférica en Enfermería

Resumen

El uso de la vía venosa periférica con catéter se ha generalizado en la asistencia sanitaria hospitalaria hasta el punto de que casi la totalidad de pacientes son portadores de uno o más catéteres venosos. La seguridad del paciente como prioridad en los procesos, es la base de la atención sanitaria, sin olvidar la seguridad de los profesionales sanitarios.

Autores

Mª Dolores Sánchez Torrico. Diplomado Universitario en Enfermería

Fátima Ortiz Clemente. Diplomado Universitario en Enfermería

Antonio Castellano Cecilia. Diplomado Universitario en Enfermería

Palabras Clave

Catéter, vena, perfusión

Introducción

La canalización venosa periférica consiste en la inserción de un catéter de corta longitud en una vena superficial para la perfusión de líquidos no agresivos y de cantidad y duración determinada.

Catéter venoso periférico

El catéter es una sonda o un tubo plástico corto y pequeño,  que se coloca a través de la piel dentro de una vena.

Es un dispositivo compuesto por un catéter de teflón que en su interior tiene una aguja con la punta biselada para la perforación pared de la vena a través de la piel.

En la parte posterior del catéter  se encuentra un cono plástico donde se conectará la perfusión para la administración de los líquidos.

En la zona posterior de la aguja se encuentra una cámara transparente que indicara si hemos canalizado la vena por reflujo, además está estructurado de manera que no se vierta la sangre una vez esté llena dicha cámara transparente. (Ver imagen nº1)

Tamaños de catéteres

Los calibres suelen medirse en Gauges (G) cuyo valor es inversamente equivalente al grosor de la aguja y a su longitud, es decir, cuanto más grande es el número, más pequeño es el tamaño del catéter.

Los tamaños van del 14 G al  26 G. (Ver imagen nº2)

Venas frecuentes para la canalización

*En antebrazo:

Vena cefálica

Vena basílica

Vena radial

Vena cubital

Vena mediana lateral

Vena mediana medial (Ver imagen nº3)

*En brazo:

Vena cefálica accesoria

Vena media

Vena mediana antebraquial (Ver imagen nº4)

*En mano:

Vena Radial

Vena cubital

Red venosa doral de la mano (Ver imagen nº5)

Técnica y procedimiento de la canalización

Lo primero que haremos es informar al paciente de lo que vamos hacer, y para ello necesitamos:

-Compresor (lazo de goma)

-Antiséptico.

-Guantes no estériles.

-Algodón o gasa.

-Apósito, preferiblemente transparente.

-Catéter venoso de calibre adecuado.

-Llave de tres vías.

-Jeringa con suero fisiológico.

Nos ponemos los guantes y colocamos el compresor en el brazo del paciente. En función del servicio en que nos encontremos y necesidad de obtener una vía periférica, se recomienda empezar a valorar las venas más distales como las del dorso de la mano o el antebrazo o bien en la flexura del codo o incluso en el brazo si nos urgiera.

Desecharemos venas rotas, encalladas por su uso frecuente o de la que no estemos seguros en canalizar. Una vez elegida la más recomendadle para la persona que va a realizar la técnica, se decantara por el calibre del catéter. En adultos los números más utilizados son el 22, el 20 y el 18 y en niños usaremos del 22 al 26.

En el momento que pinchemos, con el bisel de la aguja hacia arriba, y veamos que ya refluye sangre de la vena, aguantaremos la aguja con una mano y con la otra iremos empujando el catéter de plástico hasta su total introducción.

Retiraremos el compresor del brazo del paciente, pegaremos con una  tira de tela adhesiva para sujetar la vía, retiraremos la aguja y conectaremos la llave de tres vías  previamente purgada con la solución que vayamos a infundir.

El uso de apósito transparente sirve para valorar el estado de punto de punción y evitar posibles complicaciones futuras como infección del punto de punción y/o flebitis.

Comprobaremos el funcionamiento de las vías cada 48 horas mediante la colocación del compresor al paciente unos centímetros por encima de donde se sitúa la vía, retiraremos el compresor e introduciremos suero para limpiar los restos de sangre y dejarla salinizada.

La cura consistirá en limpiar la zona de punción con antiséptico y la colocación de un apósito limpio.

Si nos encontramos en un servicio de Urgencias o, si además de canalizar una vía a un paciente, tenemos que extraerle sangre, aprovecharemos la canalización de la vena para extraer los tubos de sangre que correspondan. Así evitaremos un pinchazo más.

Si al introducir el catéter por la vena vemos que nos muestra obstrucción, iremos introduciendo suero fisiológico a través de una jeringa, muy lentamente, mientras a la vez empujamos el catéter hasta su total introducción. Con la entrada de suero, conseguiremos una expansión de las paredes de la vena, facilitando que entre el catéter.

Evitaremos pinchar en miembros inferiores para evitar problemas cardiovasculares.

Una vez que la vía está canalizada y permanece salinizada, a la hora de administrar medicación IV, si nos muestra obstrucción, le realizaremos un lavado con suero fisiológico, introduciendo lentamente de 2 a 4 cc de suero mediante una jeringa.

Anexos 

Anexos – Protocolo canalización de vía periférica en Enfermería. Anexos

Anexos – Protocolo canalización de vía periférica en Enfermería. Anexos

 Fuente

http://enfermeriapractica.com/procedimientos/canalizacion-de-via-venosa-periferica

http://www.chospab.es/enfermeria/protocolos/originales/via_periferica.pdf

http://www.osakidetza.euskadi.eus/v19hgal0004/es/contenidos/informacion/hgal_guias_manuales/es_hgal/adjuntos/manual_de_terapia_intravenosa.pdf

http://www.eccpn.aibarra.org/temario/seccion3/capitulo43/capitulo43.htm