Inicio > Nefrología > Manejo y recomendaciones nutricionales de pacientes con IRC

Manejo y recomendaciones nutricionales de pacientes con IRC

Manejo y recomendaciones nutricionales de pacientes con IRC

RESUMEN:

Los pacientes con IRC necesitan obtener la mayor información nutricional posible ya que su enfermedad está directamente relacionada con la NO INGESTA de determinados nutrientes. El manejo nutricional forma parte del manejo de su enfermedad.

AUTORES:

  1. Ana Hermosín Alcalde DUE. Centro de diálisis Diaverum (Cartaya)
  2. Elena Pereira Jiménez DUE. Interclinik
  3. Irene Calviño García Grado en Enfermería. Clínica los Naranjos Huelva

La Enfermería debe intervenir en las recomendaciones dietéticas a los pacientes a través de la educación sanitaria, para contribuir a mejorar el estado nutricional de estos pacientes y con ello su calidad de vida.

PALABRAS CLAVES: IRC, nutrición, sodio, potasio, fósforo, recomendaciones nutricionales IRC.

INTRODUCCIÓN:

Durante los estadios iniciales de la IRC, la dieta saludable incluye gran variedad de cereales, sobre todo cereales integrales, fruta y verdura frescas. Debemos recordar que nuestro organismo necesita energía suficiente para funcionar correctamente.

La parte principal del suministro de energía debería provenir de los hidratos de carbono y las grasas; sin embargo, también deberá asegurarse de reducir la proporción de grasas saturadas y colesterol; en su lugar, debe elegir grasas no saturadas y aceites (por ejemplo, aceite de oliva y pescado).

Un cambio fundamental en su dieta podría ser la limitación de la ingesta de proteínas. De este modo, podrá preservar la función renal y reducir la cantidad de sustancias indeseadas que pasan al torrente sanguíneo. Los alimentos que tienen un alto contenido proteico son, sobre todo, productos como la carne, el pescado, los huevos y los productos lácteos.

Mientras la producción de orina sea normal, no tendrá que limitar la ingesta de líquidos. Sin embargo, deberá restringir la ingesta de sodio. Dado que la sal se une al agua, su cuerpo necesitará ingerir más líquido. El sodio se encuentra fundamentalmente en la sal de mesa y los alimentos ya preparados; sin embargo, la sal también está presente, por ejemplo, en el pan, el queso y el jamón. Debe tratar de sustituir la sal de mesa por hierbas aromáticas y especias, así como cocinar productos frescos siempre que sea posible.

A medida que se desarrolle la IRC, es posible que tenga que seguir adaptando la dieta: los estadios más avanzados de la enfermedad requieren una reducción más estricta de la ingesta de proteínas y deberá pasar de una dieta baja en proteínas a una muy baja en proteínas. Por último, tomar complementos de aminoácidos y cetoácidos podría resultarle útil, ya que la ingesta de proteínas no será lo suficientemente alta como para satisfacer las necesidades del organismo.

Desde que observe una disminución en la producción de orina o la hinchazón de los tobillos y los pies, será el momento de reducir también la ingesta de líquidos. Su nefrólogo o nutricionista le ayudarán a calcular la cantidad adecuada de líquido que debe tomar a diario. Recuerde: los alimentos salados le provocan sed.

Dado que el potasio ahora se acumula con mayor rapidez en el organismo, debe reducir la ingesta de esta sustancia para evitar niveles elevados de potasio, que pueden provocar arritmias cardíacas.

REDUCCIÓN DEL CONTENIDO DE LA DIETA EN POTASIO:

  • Poner a remojo (8h) y/o cambiar el agua de cocción de los alimentos como hortalizas, patatas y legumbres.
  • Al poner en remojo las patatas y las legumbres, perderán un 75% del contenido en potasio y a su vez no perderá sabor el alimento.
  • Cortar los alimentos en trozos pequeños, ya que así se aumenta la superficie de contacto con el agua y los minerales solubles como el potasio pasan a ésta con mayor rapidez.
  • Se deberán hervir las legumbres y a media cocción cambiar el agua, pero no se aprovechará, ni se tomará caldo vegetal.
  • Limitar la fruta y productos integrales. Los productos integrales no están permitidos por su alto contenido en fósforo.
  • Fruta preferiblemente en almíbar sin tomar éste y compotas sin tomar el agua de cocción.

REDUCCIÓN DEL CONTENIDO EN SODIO:

  • No añadir sal a los alimentos o al menos reducir su cantidad, para ello podremos utilizar otros condimentos como el limón, ajos, especias (tomillo, orégano, laurel, etc.) para condimentar los guisos.
  • Evitaremos productos ricos en sal como: conservas, embutidos, vísceras animales, salazones, ahumados, quesos con sal, caldos, cubitos de avecrem, alimentos congelados precocinados.

LIMITAR LA INGESTA DE LÍQUIDOS:

  • Tomar las comidas secas, para ello se les aconseja que los guisos se los sirvan con una espumadera.
  • Tomar la medicación con el mínimo posible de agua o incluso en el desayuno o merienda con café o infusiones.
  • Contabilizar en envase independiente el agua ingerida. Para ello se les recomienda una botella de 1,5 litros, de uso exclusivo para el paciente ya que es la cantidad que van a poder ingerir durante los dos días de no diálisis; si se beben un vaso de café, infusiones, etc., recomendarles que le vacíen a la botella esa misma cantidad.

La cantidad total de líquidos ingerida, debe ser un total de 750 cc + de la diuresis residual. Ej. El paciente tiene una diuresis residual de 500 cc/24 h, la cantidad ingerida diaria debe ser 500 + 750 = 1250 cc/24 h

RECOMENDACIONES DIETÉTICAS

Se recomienda una dieta SANA, VARIADA Y EQUILIBRADA. Como reglas generales podemos proponer:

  • Distribuir la comida en 4 ó 5 tomas al día (desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena)
  • Comer despacio, sentándose a la mesa y tomándose el tiempo necesario.

Crear un ambiente adecuado, fundamentalmente familiar. Se intentarán adecuar las comidas al resto de la familia, no siendo necesaria la preparación de un menú diferente

TRUCOS QUE PODEMOS UTILIZAR:

  • Recomendar los alimentos preferidos o más sabrosos.
  • Tomas menos abundantes pero sin perder ninguna.
  • A los pacientes con hipoproteinemia, se les aconsejará añadir carne picada o clara de huevo a los primeros platos, para aumentar la ingesta de proteínas y llegar a las dosis recomendadas.
  • Añadir triturados o purés a pacientes con problemas de masticación o en pacientes añosos que es en definitiva lo que tenemos actualmente y cada vez más en las unidades de diálisis.
  • Añadir yogures a la dieta, mejor que flanes que tienen más contenido de fósforo.
  • Se les recomienda una dieta fundamentalmente basada en hidratos de carbono complejos como el arroz, las pastas, el pan blanco, legumbres, patatas, verduras y frutas.
  • Se les recomendará restringir los alimentos ricos en calcio y fósforo, ya que la mayoría de nuestros pacientes tienen el problema ya referido anteriormente de la paratohormona, como quesos curados, mantequilla salada, mariscos (excepto el mejillón y la almeja), pescados azules, etc.
  • Las carnes que se recomiendan son el cerdo, el pollo, el pavo y la ternera; esta última, con el tipo de alimentación actual del ganado, tiene más grasa que la carne de cerdo.

CONCLUSIÓN:

Los términos alimentación y nutrición no son sinónimos, aunque a menudo se confunden. La alimentación es el acto de proporcionar alimentos al cuerpo e ingerirlos. Se trata de un proceso consciente y voluntario, es decir, escogemos lo que comemos, cuando lo comemos y como lo comemos, y por lo tanto se puede modificar.

La nutrición, en cambio, es el conjunto de procesos fisiológicos mediante los cuales el organismo recibe, transforma y utiliza las sustancias químicas, los llamados nutrientes, que están presentes en los alimentos. Es un proceso involuntario e inconsciente, por lo tanto muy difícil de modificar, y depende de procesos corporales como la digestión, la absorción y el transporte de dichos nutrientes hasta los tejidos, donde serán utilizados.

La Enfermería debe intervenir en las recomendaciones dietéticas a los pacientes con IRC a través de la educación sanitaria, para contribuir a mejorar el estado nutricional de estos pacientes, su calidad de vida, y un correcto manejo de la enfermedad  ya que es sumamente importante para su día a día.

BIBLIOGRAFÍA:

  1. Noriega, C.: “La Alimentación en Diálisis”. Gráficas. Seprisa 1992.
  2. Almandoz Berraondo, C., López Aranjuelo, F.: “Alimentación en la Hemodiálisis”. Ministerio de Sanidad y Consumo, 1990.
  3. Hospital Ramón y Cajal. Dirección de Enfermería (Madrid). “Diera para Insuficiencia renal en Diálisis”. Consultado en: (29/enero/2011)
  4. Hospital 12 de Octubre (Madrid). “Manual del Paciente con Insuficiencia Renal Crónica”.
  5. Hospital Carlos Haya (Málaga). “La dieta en el paciente renal”. Consultado en: )
  6. Federación ALCER Aragón. “Recomendaciones Dietéticas Generales para Hemodiálisis”. Gobierno de Aragón.
  7. Riella, M.; Martins, C. “Nutrición y riñón”. Ed. Panamericana. Madrid. 2004
  8. Lerma García, D. (Ed.) “Intervención enfermera en nefrología clínica”. Logoss. Jaén. 2010
  9. Russolillo Femenías, G. ”Guías dietéticas para pacientes dializados y trasplantados de riñón”. ALCER. Pamplona. 1999