Recomendaciones nutricionales para el paciente con cirugía maxilofacial y otorrinolaringológica

INTRODUCCIÓN

Las técnicas que comprenden la cirugía maxilofacial y otorrinolaringología, afectan a las zonas de la cara y el cuello, provocando alteraciones que pueden limitar la capacidad del paciente de masticar o tragar los alimentos, con ello condicionar su estado nutricional, y la evolución de su enfermedad, y eficacia de los tratamientos tras la cirugía.

AUTORAS:

Amparo Camacho Reyes, DUE, Oncología pediátrica. Hospital Universitario La Paz, Madrid.

María del Rocío Ruiz Calzado, DUE. Hospital Reina Sofía, Córdoba.

Rosa María Zamorano Antonio. DUE. Máster Oficial en Cuidados Críticos. Servicio de Dermatología. Hospital Universitario de Torrejón. Madrid.

PALABRAS CLAVE

Nutrición, cirugía maxilofacial y otorrinolaringológica, cuidados enfermeros.

OBJETIVOS

Las necesidades nutricionales de cada paciente deben ser cubiertas, con una buena nutrición se mejora la cicatrización, y se disminuyen las complicaciones postquirúrgicas.
Tomar medidas para el alivio de síntomas del paciente tras la cirugía, mejorando su calidad de vida.

RESUMEN

RECOMENDACIONES NUTRICIONALES GENERALES

Se hará una dieta individualizada del paciente, siendo de elección variada y adaptada a sus limitaciones tras la cirugía.
Se deben realizar unas 5 o 6 tomas al día, en cantidades moderadas.
Beber de 2 a 2,5 litros de líquidos al día, incluyendo agua, leche, zumo, u otros líquidos.
Tomar alimentos a temperatura moderada, ni muy fríos ni muy calientes.
Comer lentamente y realizar las comidas en un ambiente relajado.
No usar condimentos de especias fuertes, evitar los sabores ácidos, y el exceso de sal.
En casos de falta de apetito, se harán comidas frecuentes de poca cantidad, pero con gran aporte de nutrientes, y agradables de sabor y olor.
En casos de diarrea o intolerancia a la lactosa, se evitará los productos lácteos.

DIETA ÚNICAMENTE LÍQUIDA

Siendo pocos días se puede constituir una dieta a base de leche, yogures líquidos, zumos, caldos o frutas licuadas, o purés muy claros.
Se utilizará cañitas tras la cirugía.
Se aumenta el valor de los líquidos de la dieta enriqueciéndolos con leche, proteína en polvo, azúcar, miel o leche condensada.
Se realizan unas 5 o 6 tomas al día, frecuentes, de cantidades moderadas; no superando por toma los 400 cc, equivalente a dos vasos normales.
Si existiera una pérdida de peso, falta de apetito o si se prolonga la dieta de sólo líquidos, se tomarán complementos nutricionales de alto valor nutricional.

SI EL PACIENTE NO ES CAPAZ DE TRAGAR LOS LÍQUIDOS

Todos los líquidos se pueden espesar utilizando espesantes naturales o comerciales.
Hay alimentos naturales para cocinar que se pueden utilizar para espesar determinados alimentos líquidos:
En caso de caldos o purés: uso de maizena, otros tipos de harina, o tapioca.
En caso de zumos de fruta o agua: uso de gelatinas.
En casos de leche: maizena en papilla, cereales instantáneos.
En la farmacia se venden espesantes comerciales que le pueden recetar su facultativo; los hay neutros y de sabores, se utiliza el neutro para la leche, caldo, e infusiones, y se utiliza el de sabores para agua o zumos.

SI EL PACIENTE NO ES CAPAZ DE TRAGAR Y TAMPOCO PUEDE MASTICAR

Se tiene que tener en cuenta tres aspectos fundamentales:

La consistencia de los alimentos, podemos distinguir 5 tipos: líquida, néctar, miel, pudin y sólida; se elegirá la que mejor le venga al paciente, los líquidos con espesante, y los sólidos triturados reducen los problemas que pueda tener el paciente a la hora de tragar.
El volumen, será menos dificultoso para el paciente manejar volúmenes pequeños; se comenzará por pequeñas cantidades de líquidos y alimentos, y se avanzará progresivamente dependiendo de la tolerancia que presente.
El paciente debe comer despacio y sin distracciones.
Tomar un mínimo de 2 a 2,5 litros de líquidos al día para evitar la deshidratación.
Si el paciente presenta como signo sequedad de boca, debe tomar una pequeña cantidad de agua fría y alimentos y bebidas ácidas antes de las comidas, así estimula la secreción de saliva y mantienen una óptima hidratación.
Se evitan los alimentos que pueden pegarse en el paladar donde puedan existir heridas: patata, tostadas, pan o galletas.
Se ofrecerá al paciente purés de tipos variados, sobre todo si tiene poco apetito, deben de tener la consistencia adecuada, sin grumos, ni hilos.
En los platos triturados se debe aumentar el aporte de calorías y proteínas con los siguientes alimentos:
Leche: Leche en polvo (unas 10 cucharadas) por cada litro de leche. A sopas, purés y cremas, salsas, y postres, en éstos últimos también puede añadir leche condensada.
Yogurt: batidos de frutas, cereales, salsas para ensaladas, frutos secos, azúcar, miel, o leche condensada.
Queso: Fundido, rallado o quesitos en porciones a purés, sopas, cremas, pasta, patatas, o tortillas.
Huevo: Cocido a legumbres, arroces, pasta, patata, sopas, purés, verduras, batidos de leche y helados.
Carne y pescado: Con salsas de tomate frito, o nata líquida; triturados en platos con verduras, salsas, sopas, y cremas.
Se pueden tomar papillas de preparación comercial, de alto valor nutritivo; se pueden diluir con caldo, leche o agua, y también pueden tomar cereales instantáneos.

OTRAS RECOMENDACIONES DIETÉTICAS ESPECÍFICAS

Tras la cirugía se puedan dar efectos secundarios, tales como:

FALTA DE APETITO

Comidas de poco volumen, con una frecuencia de 6 a 10 tomas al día, y menús variados, con diferentes olores y sabores.
Se será flexible en el horario de las comidas, y aprovecharemos cuando tenga mayor tolerancia para aumentar en esa toma el volumen de alimentos.
Se evitarán los alimentos que aporten pocos nutrientes y energía como ensaladas o sopas, y se sustituirán por proteínas, carne, pasta y huevos.
Se adecuarán la consistencia de los alimentos según las posibilidades de masticación y apetito del paciente.
Se evitará la ingesta de líquidos durante las comidas, se beberán entre horas, y a pequeños sorbos.
Si es preciso, utilizar suplementos nutricionales prescritas por el facultativo.

ALTERACIONES DEL GUSTO Y OLFATO

Se realizarán enjuagues bucales frecuentes.
Se beberán de 2 a 3 litros de líquidos al día.
Se utilizará sal, ajo, cebolla, especias y hierbas aromáticas.
Se evitarán los olores ambientales, y alimentos con aromas muy fuertes.
Se consumirán alimentos fríos o a temperatura ambiente, porque desprenden menos olor.
Si rechaza las carnes rojas, sustitúyala por pollo, conejo, pavo, jamón, pescados o huevos.
Si es preciso, utilizar suplementos nutricionales prescritas por el facultativo.