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Actuación enfermera ante un cuadro febril en niños

Actuación enfermera ante un cuadro febril en niños

Resumen:

La fiebre es un síntoma muy frecuente en los primeros años de vida. Los niños comienzan la escolarización y, especialmente durante el invierno, tienen muchas infecciones. Hay que tener en cuenta que la fiebre es un mecanismo que tiene el organismo para luchar contra el ataque que supone la infección. La fiebre es la reacción del cuerpo, no la enfermedad.

Autores:

  1. Espina Rodríguez, María del Rocío. Diplomada en Enfermería.
  2. Rodríguez Valiente, Sonia. Diplomada en Enfermería.
  3. Jara Valiño, Francisco Javier: Diplomado en Enfermería.

Palabras clave: fiebre, convulsiones febriles, defensas.

Introducción:

La elevación de la temperatura facilita la acción de las defensas del organismo frente a las bacterias y los virus que producen las infecciones. Por lo tanto, no es necesario tratar la fiebre e intentar bajarla hasta la temperatura habitual. En cambio, sí que es recomendable aliviar el malestar que la fiebre pueda producir al niño.

Ante un niño con fiebre, lo más importante es saber cuál es la causa y estar pendiente de aquellos síntomas que indican problemas y la conveniencia de consultar al pediatra.

Los pediatras recomiendan acudir a urgencias tan sólo si hay algún dato de riesgo como afectación del estado general, irritabilidad, somnolencia, lesiones cutáneas, dificultad respiratoria o bien en los primeros meses de vida.

Ante un cuadro febril tenemos que tener en cuenta el decálogo de la fiebre:

  1. La fiebre no es una enfermedad, es un mecanismo de defensa del organismo contra las infecciones, tanto las causadas por virus como por bacterias.
  2. La fiebre por sí misma no causa daño cerebral, ni ceguera, ni sordera, ni muerte.
  3. Algunos niños predispuestos (4%) pueden tener convulsiones por fiebre pero el tratamiento de la fiebre no evita estas convulsiones. Nunca se deberían dar medicamentos para bajar la fiebre con este propósito.
  4. Hay que tratar los niños febriles sólo cuando la fiebre se acompaña de malestar general o dolor. El ibuprofeno y el paracetamol tienen la misma eficacia para tratar el dolor y su dosificación debe realizarse en función del peso del niño y no de la edad. La combinación o alternancia de ibuprofeno y paracetamol no es aconsejable.
  5. El uso de paños húmedos, friegas de alcohol, desnudar a los niños, duchas, baños… para el tratamiento de la fiebre está desaconsejado.
  6. No abrigar ni desnudar demasiado al niño con fiebre.
  7. El niño con fiebre debe estar bien hidratado. Hay que ofrecer frecuentemente líquidos y procurar que éstos tengan hidratos de carbono (zumos de frutas, batidos, papillas, etc.).
  8. No es aconsejable el uso de paracetamol o ibuprofeno tras la vacunación para prevenir las reacciones febriles o locales.
  9. Ni la cantidad de fiebre ni el descenso de ésta tras administrar ibuprofeno o paracetamol sirven para orientar sobre la gravedad de la infección.
  10. Debe vigilar signos de empeoramiento clínico y consultar con carácter urgente si su hijo presenta:
  • Manchitas en la piel, de color rojo oscuro o morado, que no desaparecen al estirar la piel de alrededor.
  • Decaimiento, irritabilidad o llanto excesivo y difícil de calmar.
  • Rigidez de cuello.
  • Convulsión o pérdida de conocimiento.
  • Dificultad para respirar (marca las costillas y hunde el esternón, se oyen como silbidos cuando respira, respiración muy rápida, agitada, etc.).
  • Vómitos y/o diarrea persistentes o muy abundantes que causen deshidratación (lengua seca, ausencia de saliva, ojos hundidos, etc.).
  • Si no orina o la orina es escasa
  • Siempre requiere consulta urgente la fiebre en un niño menor de 3 meses.

¿Qué medicamento se ha de utilizar para bajar la fiebre?

Para disminuir la fiebre y aliviar el malestar en los niños se utilizan habitualmente el paracetamol y el ibuprofeno. Ambos se pueden dar en gotas o en jarabe, y el paracetamol también en supositorios.

Hay que tener en cuenta que:

  • El ibuprofeno se puede utilizar a partir de los seis meses de vida.
  • No dar paracetamol a un niño menor de 3 meses sin que lo haya revisado el médico.
  • El paracetamol se puede administrar cada 4 o 6 horas, y el ibuprofeno cada 6 u 8 horas. Consultar siempre las dosis adecuadas según el peso del niño.

¿Hay que alternar los antitérmicos?

Ante un niño febril se ha extendido la práctica de utilizar paracetamol e ibuprofeno de forma alterna para disminuir la fiebre. Sin embargo, no hay pruebas de que alternarlos sea más eficaz para disminuir la temperatura o el malestar. Además, esta práctica de alternarlos o combinarlos aumenta el riesgo de que se produzcan confusiones a la hora de administrarlos y que se produzcan más efectos secundarios. No se deben alternar los antitérmicos de forma habitual.

Bibliografía:

  • http://www.familiaysalud.es/sintomas-y-enfermedades/infecciones/fiebre/decalogo-de-la-fiebre
  • https://www.aepap.org/biblioteca/ayuda-en-la-consulta/decalogo-de-la-fiebre
  • http://www.aeped.es/noticias/fiebre-representa-motivo-mas-frecuente-consulta-en-urgencias-pedia
  • http://enfamilia.aeped.es/temas-salud/que-hacer-cuando-nino-tiene-fiebre