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Actuación del enfermero de diálisis en la hiperfosfatemia del paciente renal

Actuación del enfermero de diálisis en la hiperfosfatemia del paciente renal

Resumen: El enfermero de diálisis tiene un papel fundamental en la educación del paciente renal pues la mayor parte del tratamiento la pasa junto a éste. Debido a las múltiples complicaciones que conlleva la insuficiencia renal entre las que cabe destacar el aumento del fósforo debido a la falta de filtrado renal, es de vital importancia que el enfermero realice una adecuada educación para la salud, aconsejando al paciente respecto a la alimentación más adecuada así como de la correcta realización del tratamiento farmacológico mediante los quelantes el fósforo, además de que el paciente reconozca los signos y síntomas de la hiperfosfatemia.

Autores:

  1. Mauricio Cruz Bajo. DUE. SAS
  2. Esperanza Cruz García. DUE. SAS
  3. Víctor Fernández Gil. DUE. SAS

Palabras clave: hiperfosfatemia, diálisis, paciente renal.

Introducción:

La Insuficiencia Renal Crónica (IRC.) se define como la presencia de una alteración estructural o funcional renal (en sedimentos, pruebas de imagen o la histología)  que persiste más de 3 meses, con o sin deterioro de la función renal, o un filtrado glomerular < 60 ml/min, 1’73 m² sin otros signos de lesión renal.

La insuficiencia renal crónica es un síndrome con manifestaciones clínicas muy variadas que afecta a la mayor parte de órganos y sistemas, lo cual es un reflejo de la complejidad que las funciones del riñón desempeña en condiciones fisiológicas, así como de las severas consecuencias que comporta la disfunción renal. La prevalencia e incidencia de la IRC terminal se ha incrementado en las últimas décadas de forma exponencial, lo que la convierte en un grave problema de salud pública.

El paciente con insuficiencia renal crónica en estadío V precisa de tratamiento sustitutivo para restablecer la función renal, siendo la hemodiálisis el tratamiento de elección en la mayoría de estos pacientes.

La Hemodiálisis es un proceso empleado en sujetos con nefropatía en estadío V, en el que a través de una membrana semipermeable sintética sustituye a los glomérulos y túbulos renales actuando como filtro. Los requisitos para la Hemodiálisis son tener acceso a la circulación del paciente a través de fístula arteriovenosa o a través de catéter venoso central, disponer de un dializador con membrana semipermeable y tener una solución de dializado apropiada con acetato, bicarbonato y agua ultrapura.

El objetivo de la hemodiálisis son extraer las sustancias nitrogenadas tóxicas de la sangre y el exceso de agua. Se agrega heparina a la sangre, para prevenir su coagulación y se hace pasar por medio de líneas de diálisis a la membrana semipermeable donde las toxinas y los productos de desecho se extraen por difusión, dejando pasar las partículas en función de su tamaño.

Desarrollo:

Debido al mal funcionamiento del filtrado glomerular el organismo retiene sustancias tóxicas como la creatinina y la urea, además de existir un déficit en la producción de eritropoyetina y de Vitamina D.

Además de ello la falta de eliminación con la consiguiente retención del fósforo puede dar lugar a una mala contractibilidad muscular pudiendo conllevar a la aparición de arritmias cardiacas llegando incluso a producir una parada del corazón. Al retener fósforo se va a producir un aumento de la hormona paratiroidea PTH que va a provoca calcificaciones en partes blandas y en los vasos sanguíneos.

Un aumento del fósforo sérico y la bajada de los niveles de Calcitriol (Vitamina D) va a provocar la desmineralización de los huesos con la consiguiente aparición de osteoporosis y liberación del calcio al torrente sanguíneo. Hay estudios que correlacionan niveles altos de fósforo con un riesgo cardiovascular importante, por lo que supone esto una morbimortalidad importante en el paciente renal debido a esta patología. Otros factores que favorecen la hiperfosfatemia son: el hiperparatiroidismo al liberar el calcio y el fósforo procedente de los huesos; un tratamiento incorrecto de quelantes del fósforo; una dieta inadecuada alta en potasio; un tratamiento dialítico insuficiente.

La hiperfosfatemia va a producir: hiperparatiroidismo secundario, distrofias de los huesos, aumento del metabolismo calcio-fósforo que provocará depósitos de calcio en tejidos blandos.

La calcificación puede ser producida de 2 maneras: una calcificación pasiva va a provocar un desequilibrio en el metabolismo calcio-fósforo conllevando a la calcificación de tejidos (pulmones, articulaciones), calcificación de arterias coronarias y  otras arterias importantes como aorta y carótidas, y si además el paciente padece dislipemia o ateromatosis va a conllevar un empeoramiento. Una calcificación activa el fósforo va a provocar arteriosclerosis al transformar las células musculares de las arterias produciendo rigidez y estrechamiento de las mismas.

Los niveles de fósforo en el paciente renal son el siguiente:

– En paciente en prediálisis ≤ de 4’6 mg/dl en sangre.

– En paciente en programa de diálisis ≤ de5’5 mg/dl.

Tratamiento:

La dieta, una correcta realización del tratamiento y una diálisis adecuada son la base para que el paciente renal bajo considerablemente los riesgos de padecer hiperfosfatemia.

Respecto a la dieta, el fósforo se encuentra en las proteínas como la carnes y el pescado de alto valor biológico por lo que son indispensables en nuestra dieta y no se pueden suprimir, pero se puede aconsejar al paciente renal de los alimentos con más contenido en fósforo y se pueden controlar como: lácteos, yema de hueva, vísceras, frutos secos, legumbres, comidas procesadas, refrescos azucarados, chocolate. Mariscos, bacalao y atún en lata traen un excesivo contenido en fósforo por lo que deben evitarse.

Respecto a la medicación, es necesario en determinados casos en el paciente renal el consumo de quelantes del fósforo que limitan la absorción de fósforo en las comidas, y se adhieren a las heces donde son eliminadas. El paciente renal debe tomar la medicación junto con la comida.

Conclusiones: Un adecuado control del fósforo va  a mejorar potencialmente la salud de huesos y arterias al atenuar el proceso de calcificación. La intervención de Enfermería es fundamental en el día a día ya que es la figura que pasa las 4 horas de sesión de hemodiálisis junto al paciente, por ello tiene una elevada capacidad de influencia en la correcta realización del tratamiento. Es un tiempo de hora para realizar educación para la salud y potenciar la profesión enfermera como pilar fundamental en nuestra sociedad.

Bibliografía:

  1. Pereira Feijoo MC, Queija Martínez L, Blanco Pérez A, Rivera Egusquiza IA, Martínez Maestro VE, Prada Monterrubio Z. Valoración del estado nutricional y consumo alimentario de los pacientes en terapia renal sustitutiva mediante hemodiálisis. Enfermería Nefrológica. 2015; 18(2): 103-111.
  2. Lorenzo Sellarés V. López Gómez J.M. 2010. Nefrología al día 335-337.
  3. Hernández Martínez. E, Oliet A. y el grupo de Estudio de Nutrición en Hemodiálisis. Estudio cooperativo de nutrición en hemodiálisis 1. Material y métodos. 1994.