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Enfermería en el tratamiento de las úlceras por presión en el talón

Enfermería en el tratamiento de las úlceras por presión en el talón

Resumen: como agentes de salud que somos los enfermeros tenemos que tener un profundo conocimiento sobre uno de los problemas con mayor morbimortalidad y costes para nuestro sistema de salud como son las úlceras por presión.

Autores: 1. Mauricio Cruz Bajo. DUE. SAS

  1. Esperanza Cruz García. DUE. SAS
  2. Víctor Fernández Gil. DUE. SAS

Palabras clave: úlceras, abordaje, Enfermería, prevención.

El reconocer los factores de riesgo, los estadíos en los que nos podemos encontrar las úlceras por presión así como su tratamiento tienen que ser objetivos sine qua non en el abordaje de esta patología que provoca una alta incapacidad a las que lo padecen.

Introducción: se define como úlcera por presión (UPP) aquella lesión que puede ir desde la epidermis hasta el hueso producida por una presión contínua sobre una zona determinada normalmente alguna prominencia ósea (los talones es el caso que nos ocupa) y que mantenida en el tiempo va  a provocar un déficit de oxígeno y de nutrientes al no llegar el suficiente flujo sanguíneo debido a la presión de los tejidos sometidos.

Las úlceras por presión (UPP) es una de las complicaciones más encontradas en los pacientes que se encuentran encamados, ya sea en hospitales como en domicilios, afectando completamente al entorno familiar y repercutiendo negativamente en nuestro sistema de salud por los elevados costes socioeconómicos así como la morbimortalidad que produce esta afectación.

Una adecuada prevención así como un adecuado asesoramiento en el tratamiento de las úlceras por presión (UPP) son objetivos fundamentales para reducir considerablemente los efectos negativos para nuestro sistema de salud.

Desarrollo: en el proceso de la formación de las úlceras por presión (UPP) dos procesos juegan un papel fundamental en la formación de las mismas: por un lado la oclusión vascular debido a la presión externa; por otro lado el daño endotelial producido en la microcirculación debido a fuerzas tangenciales de cizallamiento, y por último la fricción o roce entre dos superficies.

Los factores de riesgo que pueden predisponer al padecimiento de esta patología son: edad, inmovilidad, septicemia, incontinencia urinaria, anemia, deterioro cognitivo, vasoconstricción periférica, malnutrición, diabetes.

Son 4 los estadíos en los que nos podemos encontrar las úlceras por presión (UPP) en nuestro día a día:

– Estadío I: alteración de la piel que aparece eritematosa que no palidece al presionar, piel caliente, edematosa y puede percibirse dolor o escozor.

– Estadío II: pérdida de parte de la dermis, pudiendo aparecer bajo ampollas o flictenas con contenido serosanguinolento. En caso de perderse la epidermis aparecerá el lecho sonrosado pero sin esfacelos.

– Estadío III: pérdida completa del tejido, pudiendo observarse la grasa subcutánea, incluyendo cavitaciones y tunelizaciones, pero sin apreciarse tendones, músculos y hueso.

– Estadío IV: pérdida total del tejido con exposición de tendones, músculos y hueso. Incluye cavitaciones y tunelizaciones.

Los cuidados de Enfermería van a ir redirigidos a mejorar la calidad de vida de los pacientes que sufren esta patología y a interactuar con el equipo multidisciplinar de salud, promoviendo la prevención en todos los ámbitos puesto que la mayor parte de las úlceras por presión (UPP) son evitables.

Respecto al tratamiento debemos ser extremadamente cauteloso en el desbridamiento quirúrgico de las úlceras por presión (UPP) en pacientes diabéticos en talones, sobre todo si el compromiso vascular es excesivamente elevado, en este caso estará contraindicado el desbridamiento quirúrgico., así como tener espacial atención con pacientes inmunodeprimidos, diabéticos, anticoagulados o septicémicos. En caso de aparición de flictenas, edemas, eritemas puede procederse al desbridamiento de tejido necrótico y de esfacelos, previa desinfección con povidona yodada de la placa necrótica.

Algunos autores sugieren el reblandecimiento previo de la placa necrótica con pomadas de colagenasa, hidrogeles e hidrocoloides, aunque puede provocar esto un exceso de humedad provocando un mayor riesgo de infección. Entre las ventajas de la cura húmeda podemos mencionar la facilidad para la migración celular, el control del exudado, el mantenimiento de la temperatura adecuada, estimulando la fibrinolisis, disminución del dolor, protección contra la contaminación externa, facilidad de aplicación así como la reducción de los tiempos de cicatrización.

Para finalizar haremos especial hincapié en la prevención como pilar fundamental en el manejo de las úlceras por presión (UPP) ya que el 95% de las úlceras son evitables con unos cambios posturales adecuados, protegiendo las zonas de máxima presión  con apósitos hidrocelulares como las taloneras, y en zonas de fricción utilizar film de poliuretano. Hidratación adecuada de las zonas de presión con ácidos grasos hiperoxigenados (mepentol).

Conclusiones: como profesionales de Enfermería tenemos que actuar a través de la educación en la prevención de las úlceras por presión sobre los familiares de pacientes inmovilizados puesto que la mayor parte de las úlceras son evitables. En cuanto a la curación de las mismas tenemos que tener unos conocimientos básicos en el manejo de las mismas. Tenemos que tener claro los estadíos de las UPP y que tipo de curetaje es el más indicado, disponiendo hoy en día de una amplia gama de productos para la curación.

Bibliografía:

  1. Consejería de Salud Guía de práctica clínica para la prevención y el tratamiento de las úlceras por presión Servicio Andaluz de Salud: Junta de Andalucía; 2007.
  2. Grupa Nacional para el estudio y asesoramiento en úlceras por presión y heridas crónicas clasificación-estadiaje de las úlceras por presión. Logroño: (GNEAUPP); 2003.
  3. Orbegozo A. et all. Limpieza y desbridamiento. En Soldevilla JJ. , Torra JE (eds). Atención integral a las heridas crónicas. Madrid: SPA; 2004.