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Radiografías de fracturas con nombre propio 

Radiografías de fracturas con nombre propio

Autoras: Silvia Romero Vargas (TSID), Jovita Roda Diestro (DUI)

Fractura del Boxeador

Fractura de uno o más huesos metacarpianos, habitualmente del 4º o 5º, causada al golpear con el puño cerrado, de ahí el nombre de fractura de boxeador. Dicha fractura es a menudo distal, angulada e impactada. (Imagen 1)

Fracturas del Aviador

Las fracturas de astrágalo, también llamadas fracturas del aviador, se incluyen entre las lesiones más graves del tobillo por la dificultad de su tratamiento y las importantes secuelas que pueden originar. Son lesiones poco frecuentes, ya que el astrágalo se encuentra muy bien protegido por la mortaja ósea y ligamentosa que lo mantiene en su posición anatómica. Son secundarias a traumatismos de alta energía, generalmente accidentes de tráfico y precipitaciones desde una altura. (Imagen 2)

Fractura de Jefferson o del ahorcado

La fractura de Jefferson es una lesión que ocurre a nivel del atlas, la primera vértebra cervical. Clásicamente se ha descrito como una fractura en 4 partes que compromete el arco posterior y anterior de la vértebra, aunque muchas veces sólo se observan lesiones de 2 ó 3 partes. La fractura puede producirse debido a mecanismos de hiperextensión del cuello o compresión axial, produciéndose un fenómeno de compresión en contra del axis. Muchas veces también ocurren fracturas a otros niveles de la columna.

Su nombre es en honor del neurocirujano británico Sir Geoffrey Jefferson, quien reportó 4 casos de este tipo de fracturas en 1920, además de revisar casos previos con la misma patología.  (Imagen 3)

Fractura de Monteggia

La fractura de Monteggia, descrita en 1814 por Giovanni Batista Monteggia, consiste en la fractura del tercio proximal del cúbito asociado a una luxación anterior de la articulación radiocubital proximal. Es una lesión poco frecuente, y representa entre el 5 y el 7% del conjunto de las fracturas del antebrazo, o el 2% de las fracturas que ocurren en la región del codo en los niños. A pesar de su rareza, siempre ha sido considerada de gran importancia por los graves trastornos que pueden acompañarla, bien por ser tratadas de forma inadecuada o por haber pasado desapercibida en un primer momento la luxación radio-humeral. (Imagen 4)

Fractura de Jones

Es la fractura del 5º metatarsiano, una de las fracturas que más pueden pasar desapercibidas, al ser confundidas con el esguince de tobillo (Ligamento Lateral Externo). El paciente suele decir “se me dobló el tobillo”. La clínica del lesionado se parece a la exploración del tobillo para esguinces, es decir el paciente refiere dolor a la inversión del pie y a la flexión plantar del mismo, sin embargo la palpación es bien distinta, ya que en los esguinces del tobillo,  la palpación del ligamento es dolorosa sin embargo en la fractura de Jones, la palpación de la base del 5º metatarsiano es donde se refiere el dolor más agudo. El movimiento del 5º dedo también es doloroso, y frecuentemente puede aparecer un hematoma por debajo del maléolo del tobillo, lo cual confunde también la exploración. (Imagen 5)

Fractura-luxación de Lisfranc

Fractura que se produce en la articulación tarso-metatarsiana (también de nominada, articulación de Lisfranc). La lesión tiene un carácter de mayor severidad debido al compromiso total o parcial que puede tener el ligamento de Lisfranc lo cual produce una gran inestabilidad a nivel de la articulación.                                                                                                                             La lesión está asociada a traumas por caída o torsión en equino del pie de apoyo, aunque también ocurre en situaciones en donde caen objetos de gran peso sobre la cara dorsal del pie. (Imagen 6)

Fractura del sonámbulo

Es la fractura de la falange proximal del quinto dedo del pie, que se produce por un traumatismo fuerte, normalmente cuando se camina descalzo y con poca luz (de ahí su nombre). Si no está muy desplazada, su tratamiento es simple: consiste en realizar una sindactilia, que no es más que unir el dedo pequeño al cuarto dedo con un esparadrapo; y mantenerlo así durante 15 días. (Imagen 7)

Fracturas de Weber

El sistema de clasificación de Weber (Imagen 8) se basa en el nivel de la fractura del peroné: las fracturas tipo-A (imagen 9) son distales al nivel del pilón tibial; las fracturas tipo-B (imagen 10) comienzan a nivel del pilón y con frecuencia se extienden proximalmente en espiral; y las fracturas tipo-C (imagen 11) comienzan proximales al nivel del pilón tibial y se asocian con un grado variable de lesión de la sindesmosis. Aunque este sistema es fácil de usar y aporta información sobre la fractura lateral, no discrimina adecuadamente entre fracturas que son bastante diferentes desde el punto de vista biomecánico. Por ejemplo, usando este sistema, las fracturas del peroné con una lesión medial son indistinguibles de aquellas que no tienen esta lesión.

  • – Fractura de Weber A (imagen 9)
  • Se define como una rotura de tobillo por debajo de la sindesmosis, la cual no se lesiona en el peroné, y se mantiene estable la horquilla del conjunto del tobillo. En este caso un tratamiento no quirúrgico con escayola suele ser suficiente para resolver la rotura de la articulación del tobillo.
  • – Fractura de Weber B (imagen 10)

Una rotura de tobillo de la sindesmosis es, por definición, una rotura tipo Weber B. La sindesmosis está a menudo lesionada en el peroné y ya no garantiza la estabilidad de la horquilla del conjunto del tobillo. El tratamiento de la rotura de tobillo de Weber tipo B se suele efectuar con cirugía.

-Fractura de Weber C (imagen 11)

Si la rotura de tobillo es por encima de la sindesmosis, hay una fractura de Weber C. Aquí se desgarra la sindesmosis además de la rotura de tobillo en el peroné (ruptura de la sindesmosis). En la mayoría de los casos de rotura de tobillo de tipo Weber C es necesario el tratamiento quirúrgico.

Fractura de Colles

Es la más frecuente de la muñeca, ya que se produce en las caídas en las que el cuerpo tiende a apoyar la mano para amortiguar el golpe. Si no aguanta y se rompe la muñeca, la mano queda hacia atrás y hacia fuera con respecto al antebrazo, lo que provoca una fractura distal del radio, y en ocasiones también del cubito. La fractura se reconoce clínicamente por la deformidad en horquilla debido al desplazamiento anterior del segmento distal del radio.

Este tipo de fracturas son frecuentes en niños, por su movilidad y frecuentes caídas con apoyo en las manos, y en adultos con osteoporosis por pequeñas caídas. (Imagen 12)

Fractura de Rolando

La fractura de Rolando es un tipo poco frecuente de fractura interarticular de la base del primer metacarpiano, caracterizada por presentarse en tres fragmentos, generalmente en forma de T o de Y. Se produce al aplicar una fuerza axial con el pulgar en semiflexión. Fue descrita en 1910 por Silvio Rolando. (Imagen 13)

Fractura de Bennett

Las fracturas de Bennett son fracturas oblicuas de la base del primer metacarpiano, con extensión a la articulación carpometacarpiana. Estas fracturas interarticulares son las más frecuentes entre las fracturas del dedo pulgar, y habitualmente se acompañan de cierto grado de subluxación o luxación franca de la articulación. (Imagen 14)

Anexos

Anexos – Radiografías de fracturas con nombre propio

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