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Cuidados intensivos enfermeros en pacientes con Miller Fisher

Cuidados intensivos enfermeros en pacientes con Miller Fisher

Resumen

El síndrome de Miller Fisher es una variante atípica del síndrome de Guillan Barré, que requiere de una atención especializada, y a veces incluso de unos cuidados intensivos debido al solapamiento que puede tener este síndrome junto al síndrome de Guillan Barré. Los cuidados enfermeros intensivos van encaminados a la vigilancia del paciente que puede rápidamente degradarse; a la ventilación, que suele ser uno de los principales motivos por el que son ingresados en una unidad de cuidados intensivos; y a la comunicación, debido a la privación del habla a causa del tubo endotraqueal.

Ossama Nasser Laaoula*

María Garrido Piosa*

Carlos Manuel Marín Cañado*

*Máster en Ciencias de Enfermería.

Palabras claves: Cuidados enfermeros, unidad de cuidados intensivos, Miller Fisher.

 

Introducción

El síndrome Miller Fisher fue descrito por primera vez por el médico y neurólogo James Cullier en 1.932 tras observar tres características que se repetían frecuentemente en el síndrome de Guillain Barré: ataxia, arreflexia, y oftalmoplejia.

Pero no fue hasta 1956 cuando el neurólogo Charles Miller Fisher, de quien recibe el nombre en la actualidad el síndrome, describe el síndrome tras encontrar en sus pacientes oftalmoplejia externa aguda, reflejos papilares disminuidos, ataxia y arreflexia.

Se trata de una variante atípica del síndrome de Guillain Barré, aunque es la más frecuente de todas sus variantes, representando el 5% en los países occidentales, y hasta el 19% en los países asiáticos. Suele afectar a todos los grupos de edad con una predominaron significativa en los varones frente a las mujeres.

La etiología de esta variante, al igual que el síndrome Guillain Barré, es confusa, suele ser precedida por una enfermedad viral, un embarazo o un viaje exótica. Aun asi, se ha relacionado con diferentes virus; algunos estudios indican que el 72% de los casos vienen precedidos por un cuadro infeccioso a nivel respiratorio y/o gastroentérico. Dichos virus suelen ser: virus de Epstein-Barr, Varicela Zoster, Campylobacter jejuni, Coxiella burnetii, Haemophilus influenzae, Citomegalovirus, virus de la inmunodeficiencia humana, Staphylococcus aureus, Streptococcus pyogenes y Mycoplasma pneumoniae

Este síndrome suele tener una instauración aguda, desde algunas horas a unos pocos días. Los síntomas van encuadrados en la triada clínica clásica: ataxia sensitiva, arreflexia y oftalmoplejía. Y rara vez se pueden observar parestesias distales, ligera parecía proximal en los miembros, que pueden terminar progresando hacia un síndrome de Guillain-Barré. Las complicaciones respiratorias son raras, pero su forma más grave acaba en una unidad de cuidados intensivos.

El diagnóstico se establece mediante el examen clínico y se confirma mediante la exploración sanguínea de anticuerpos antigangliósidos anti-GQ1b tipo IgG, que se encuentra en el 97,3% de los pacientes. También se puede hallar otros anticuerpos contra otros gangliósidos, como GD3, GD1b o GT1b, en un 50% de los afectados.

El tratamiento suele consistir dividirse entre un tratamiento sustitutivo de inmunoglobulinas combinado o no con intercambios plasmáticos o plasmaféresis.

El pronóstico del síndrome suele ser benigno, con una mejora clínica de entre 2 y  5 semanas tras el inicio, y una fase de recuperación que se prolonga entre 4 y 6 meses.

El objetivo de este articulo busca definir los cuidados enfermeros a un paciente Miller Fisher en una unidad de cuidados intensivos.

Material y métodos

Revisión bibliográfica en las siguientes bases de datos: Google Scholar, PubMed, Cinahl, y Science Direct, y la base de datos de la Asistencia Pública de los Hospitales de Paris (Delfo doc): con las siguientes palabras claves en castellano, francés e inglés: Cuidados enfermeros, unidad de cuidados intensivos, Miller Fisher.

Resultados

Se han encontrado pocos estudios que abarcan los cuidados enfermeros en pacientes con Síndrome de Miller Fisher (SDM), la mayoría de artículos encontrados van destinados a los cuidados de pacientes con el Síndrome de Guillain Barré (SGB).

Los cuidados enfermeros en un paciente con Síndrome de Miller Fisher en una unidad de cuidados intensivos suman una completa anamnesis, una estricta vigilancia e intervenciones propias a las complicaciones relacionadas. Las principales necesidades alteradas de un paciente SDM en una unidad de cuidados intensivos o reanimación son: Respiración, nutrición, eliminación, comunicación, movimiento y descanso.

  1. Anamnesis o historia clínica

La recogida y recopilación de datos para completar la historia clínica del paciente es un trabajo multidisciplinar donde intervendrán los enfermeros junto a sus auxiliares, los médicos junto a sus internos en medicina, los fisioterapeutas, ergoterapeutas, psicólogos y asistentes sociales.

Es de vital importancia crear un perfil pluridisciplinar para un tratamiento adecuado del paciente, y la anticipación a cualquier problema que se pueda presentar.

Se recogerán la edad, el sexo, peso, talla, motivo de ingreso, problemas de salud previos, problemas de salud actuales, alergias, medicación actual si toma, viajes recientes, infecciones recientes de tipo viral o bacteriano, y otros datos como el idioma, su círculo familiar, problemas de salud en sus familiares más cercanos, etc. para una atención holística e individualizada.

Los problemas de saludos alterados han sido extraídos de las 14 necesidades de Virginia Henderson:

  1. Respirar normalmente

El principal motivo de ingreso de un paciente Síndrome de Miller Fisher en una unidad de cuidados intensivos es la dificultad o la descompensación respiratoria. Los pacientes ingresados por este motivo son vigilados intensivamente, y gran parte de ellos acaba siendo entubada; uno, para evitar problemas mayores; o dos, por necesidad vital.

  1. Comer y beber de forma adecuada.

Cuando se ve alterado el reflejo de deglución, la alimentación se encuentra completamente prohibida debido al alto riesgo de inhalación. Otro de los motivos por los que se verá alterada esta necesidad, es la entubación endotraqueal o la traqueostomía.

  1. Eliminar los desechos corporales.

Pocas veces se ve alterada, pero el paciente puede tener incontinencia urinaria o fecal, o globo urinario o constipación.

  1. Comunicarse con los otros

La pérdida del habla total o parcial ligado a la patología es poco común, pero un paciente ingresado en una unidad de reanimación, que se encuentra entubado no podrá comunicarse mediante el habla, aunque lo podrá realizar mediante los gestos o la escritura.

  1. Moverse y mantener una postura adecuada.

Los pacientes con Síndrome de Miller Fisher suelen tener total autonomía de movimiento, el único problema que se impone es cuando esta entubados, donde su movilidad se ve limitada en el espacio que abarca una cama.

  1. Dormir y descansar.

La ansiedad, el miedo, y el desconocimiento suelen ser tres de los componentes fundamentales del insomnio en una unidad de cuidados intensivos.

Plan de cuidados

Los diagnósticos enfermeros principales que marcaran el plan de ciudades de un paciente Síndrome de Miller Fisher ingresado en una unidad de cuidados intensivos son:

  1. Patrón respiratorio ineficaz relacionado con una Disfunción neuromuscular, manifestado por Disnea.

Objetivo: Las vías traqueobronquiales del paciente se mantendrán permeables, controlando fiebre, asfixia, ansiedad, frecuencia respiratoria, ritmo respiratorio y movilizando el esputo hacia fuera de las vías respiratorias,

Intervenciones

– Identificar al paciente que requiera de manera real / potencial la intubación de vías aéreas.

– Abordar la vía aérea oral o nasofaríngea, si procede.

– Eliminar las secreciones fomentando la tos o la succión.

– Ayudar estimulando al paciente durante la realización de la espirometría, si procede.

– Auscultar sonidos respiratorios, observando las áreas de disminución o ausencia de ventilación y la presencia de sonidos adventicios.

– Realizar la aspiración endotraqueal o nasotraqueal, si procede.

– Administrar aire u oxígeno humidificados, si procede.

– Regular la ingesta de líquidos para optimizar el equilibrio de líquidos.

– Colocar al paciente en posición tal que se alivie la disnea, posición entre semifowler y Fowler.

  • Vigilar el estado respiratorio y la oxigenación, si procede.
  • Vigilar la frecuencia, ritmo, profundidad y esfuerzo de las respiraciones.
  • Anotar el movimiento  torácico,  mirando  simetría,  utilización de  músculos  accesorios  y  retracciones de músculos intercostales y supraclaviculares.
  • Observar si hay fatiga muscular diafragmática.
  • Auscultar los sonidos respiratorios anotando las áreas de disminución / ausencia de ventilación y presencia de sonidos adventicios.
  • Determinar la necesidad de aspiración auscultando para ver si hay crepitaciones o roncus en vías aéreas principales.
  • Controlar las lecturas del ventilador mecánico, anotando los aumentos y disminuciones de presiones inspiratorias en volumen corriente, si procede.
  • Observar si aumenta la intranquilidad, ansiedad o falta de aire.
  • Anotar los cambios de SaO2, SvO2 y CO2 corriente final y los cambios de los valores de gases en sangré arterial, si procede.
  • Comprobar la capacidad del paciente para toser eficazmente.
  • Anotar aparición, características y duración de la tos.
  • Vigilar las secreciones respiratorias de paciente.
  • Observar si hay disnea y sucesos que la mejoran o empeoran.
  1. Deterioro de la comunicación verbal relacionado con barreras físicas (traqueostomía, intubación), manifestado por no hablar o no poder hablar.

Objetivo: Fomentar la expresión por escrito y mediante los mensajes no verbales en pacientes intubados.

Intervenciones:

  • Estar de pie delante del paciente al hablar.
  • Utilizar cartones con dibujos, si es preciso.
  • Utilizar gestos con las manos, si procede.
  • Establecer el propósito de la interacción.
  • Mostrar interés en el paciente
  • Favorecer la expresión de sentimientos.
  • Centrarse completamente en la interacción eliminando prejuicios, presunciones, preocupaciones personales y otras distracciones.
  • Mostrar conciencia y sensibilidad a las emociones.
  • Solicitar la ayuda de la familia en la comprensión del leguaje del paciente, si procede.
  • Permitir que el paciente oiga lenguaje hablado con frecuencia, si es preciso.
  • Disponer guías / recordatorios verbales.
  • Dar una orden simple cada vez, si es el caso.
  • Escuchar con atención
  • Evitar barreras a la escucha activa (minimizar sentimientos, ofrecer soluciones sencillas, interrumpir, hablar de uno mismo y terminar de manera prematura).

Conclusión

Los pacientes con Síndrome de Miller Fisher ingresados en una unidad de cuidados intensivos, requiere de un tratamiento que engloba todos los cuidados básicos, más una vigilancia intensiva, y una cooperación interprofesional muy importante debido a la gravedad del estado del paciente y sus altas necesidades vitales, humanas y psicológicas.

Dos de los puntos claves donde se debe tener especial atención son el control de la respiración, pues rápidamente puede verse degradada, y requerir de una entubación que guardarán semanas.

Relacionado con la entubación nos encontramos un gran reto: la comunicación; todos los esfuerzos y recursos de la unidad son imprescindibles para comunicar con el paciente y permitirle transmitir sus inquietudes, miedos o dolencias.

Bibliografía

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