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Factores que influyen en la respuesta al estrés en el proceso quirúrgico

Factores que influyen en la respuesta al estrés en el proceso quirúrgico

El estrés quirúrgico constituye una verdadera agresión al paciente reproduciendo el organismo de forma de cambios bioquímicos, funcionales y morfológicos, los cuales se expresan de forma de cambios bioquímicos, funcionales y morfológicos, los cuales se expresan de forma sistemática general y/o particular.

Autoras

María del Rocío Ruiz Calzado, DUE. Hospital Reina Sofía, Córdoba.

Amparo Camacho Reyes, DUE, Oncología pediátrica. Hospital Universitario La Paz, Madrid.

Rosa María Zamorano Antonio. DUE. Master oficial en Cuidados críticos. Servicio de Dermatología. Hospital Universitario de Torrejón. Madrid.

Resumen

El objetivo ha sido analizar los principales factores que influyen en la respuesta de estrés en el proceso quirúrgico.

El ingreso en un hospital puede provocar sentimientos de estrés y ansiedad en muchos pacientes, especialmente en aquellos a los que se les va a realizar una intervención quirúrgica importante.

Entre los factores que mayor influencia tienen a la hora de interpretar una situación como estresante y de afrontarla, se encuentra la apreciación o valoración que la persona realiza sobre sus propios recursos para hacer frente a la situación. Encontramos que los factores que principalmente influyen son; la gravedad de los síntomas, los estados afectivos, el apoyo social, la historia previa. Los rasgos de personalidad de la propia persona, los valores y creencias sobre la salud, las expectativas y la información disponible.

Palabras clave

Factores emocionales, estrés, cirugía, información, Enfermería, apoyo social.

Introducción

La enfermedad y el proceso quirúrgico, leve o grave, trae consigo una serie de pérdidas: intimidad, autodeterminación, rutina diaria compañía, confort de hogar, imagen corporal.

Desde el momento en que se diagnostica una enfermedad cuyo tratamiento va a requerir un ingreso hospitalario para la realización de una intervención quirúrgica, tanto el paciente como sus familiares o cuidadores primarios se ven implicados en un proceso durante el cual pueden experimentar diversas alteraciones emocionales.

Centrándonos en los pacientes, actualmente parece ampliamente reconocido el hecho de que el ingreso en un hospital para la realización de una intervención quirúrgica puede producir cierto grado de estrés o ansiedad en los mismos, pero además, aquellos que requieren ser ingresados en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) tras la intervención, pueden presentar diversas alteraciones psicológicas como consecuencia de la adaptación a la nueva situación, en la cual los pacientes se encuentran en un ambiente extraño o desconocido, que les priva de sus interacciones y sensaciones habituales, mientras les asaltan constantemente estímulos sensoriales extraños

Se da un efecto de dificultad en cualquiera de las distintas etapas de la experiencia quirúrgica, desde el momento de la indicación de la operación hasta cada alternativa del proceso.  Por ejemplo, los principales temores surgen en torno a: la anestesia general, a no despertar,  a la pérdida del control consciente de la situación,  a la sensación de indefensión;   la vivencia de pasividad y dependencia;  a la herida que marca el cuerpo;  a la pérdida del órgano;  a la irrupción de la intimidad;  al dolor; a “no quedar como antes”;  a no ser aceptado.

Otras preocupaciones son fuente también de ansiedad pre operatoria y están ligadas a la aceptación de la realidad del cuerpo que se lo percibe vulnerable y mortal;  así como la posibilidad de daños en la imagen corporal como consecuencia de la cicatriz que queda como marca.

Entre los factores que mayor influencia tienen a la hora de interpretar una situación como estresante y de afrontarla, se encuentra la apreciación o valoración que la persona realiza sobre sus propios recursos para hacer frente a la situación. En este sentido, encontramos grandes diferencias de unas personas a otras. Estas diferencias tienen que ver con los síntomas experimentales, los estados emocionales, el apoyo social percibido, la historia previa de alteraciones de la salud, los rasgos de personalidad, los valores y creencias sobre la salud, las expectativas, la información disponible, etc.

La gravedad de los síntomas

Aunque los síntomas más graves suelen provocar más estrés, cuando alguien tiene que someterse a una intervención que puede aliviarlos, parece que la gravedad de los síntomas se comporta como un amortiguador del estrés. De algún modo, la persona que experimenta un elevado nivel de dolor o grandes limitaciones físicas, interpreta la intervención quirúrgica de un modo positivo, como una forma de librarse de su situación. Es decir, vive la intervención con esperanza, más que como una amenaza, por lo que su ansiedad quirúrgica no suele ser elevada, por el contrario, aquellos sujetos que no experimentan grandes molestias viven la intervención como una agresión a su aparente bienestar y por tanto, sus niveles de ansiedad son superiores.

Los estados afectivos

El estado afectivo que presenta un persona lo pone en una situación de mayor o menor vulnerabilidad ante las agresiones del entorno. Las personas que antes de la situación quirúrgica tienen alguna alteración afectiva como un estado depresivo o ansioso, interpretarán de forma más negativa su situación y se verán menos capaces de hacer frente a la misma. Algunas personas pueden experimentar “indefensión aprendida” es la sensación de pérdida del control en situaciones en las que el sujeto puede tenerlo si lo intenta. En estas situaciones, los sujetos se abandonan a su suerte, con lo que la recuperación física y emocional se vería seriamente comprometida.

El apoyo social

Es la provisión de información, consejo o ayuda material, por parte de los allegados o profesionales, que sirven para realizar un mejor afrontamiento de las situaciones. Numerosas investigaciones han puesto de manifiesto que, el apoyo social percibido por un sujeto, es un elemento que, a través de diferentes vías, mejora la recuperación de la enfermedad. Por tanto, aquellos sujetos que disponen de mayor apoyo social, sufren en menor grado el efecto estresante de la cirugía y tienen mejor recuperación. Para solventar este problema, es fundamental la ayuda por parte del personal sanitario, es importante hacer ver a los pacientes y familiares que cuentan con nuestra ayuda, es un importante elemento para mejorar el apoyo social percibido.

La historia previa de alteraciones de la salud

Las experiencias previas con intervenciones quirúrgicas son lógicamente un elemento a tener en cuenta a la hora de predecir la reacción ante la cirugía. Es evidente que aquellas personas que han tenido experiencias previas desagradables, tendrán expectativas sombrías sobre la misma, por tanto, debemos explorar estas circunstancias y en caso necesario, aclarar las diferencias entre unas situaciones y otras, para demostrar, a través de una información adecuada, las posibles conjeturas erróneas que el paciente realice.

Los rasgos de personalidad

Según algunas investigaciones, ha quedado demostrado que, determinados rasgos de la personalidad influyen en el modo en que cada persona vive y afronta las intervenciones quirúrgicas. En nuestra práctica clínica, vemos que hay personas que afrontan las situaciones de un modo tan positivo que nos sorprende su entereza y disposición, mientras que otros se vienen abajo ante el mismo contratiempo. La explicación podría ser, por la forma en la que cada persona tiene de procesar la información y por tanto, en su rasgo de personalidad. Aquellas características personales que influyen en la percepción de la cirugía como estresor son: la ansiedad rasgo, el locus de control y las capacidades cognitivas.

La ansiedad rasgo se refiere a que cada persona presenta un nivel determinado de ansiedad en situaciones normales. Por otra parte, el nivel de ansiedad que alcanzamos en una situación concreta, como puede ser una intervención quirúrgica, se conoce como ansiedad estado. En general, los sujetos con mayor ansiedad rasgo, al partir de cifras más elevadas se ansiedad, tendrán mayor ansiedad estado (ante la intervención), al igual que, un elevado nivel de ansiedad rasgo debe alertarnos a tomar medidas para evitar sus consecuencias, aunque no siempre es así.

El locus de control hace referencia a que todas las personas tenemos la sensación de que podemos controlar los acontecimientos. Cuando se trata de situaciones relacionadas con la salud o la enfermedad, hablamos de locus de control de salud. Aquellos que consideran que tienen un control sobre los acontecimientos relacionados con su salud, y que por lo tanto pueden ejercer acciones para recuperarla o mejorarla, tienen un locus de control interno. Por lo que las consecuencias para la salud serán diferentes, mientras unos intentarán hacer todo lo posible para la recuperación, otros esperaran que las circunstancias sean lo más favorables posibles, pero no harán mucho para modificarlas.

Las capacidades cognitivas como pueden ser la inteligencia racional y emocional, la capacidad para anticipar y planificar acontecimientos, la capacidad para tomar decisiones y resolver problemas, etc. Son recursos importantes para hacer frente a situaciones que, como las intervenciones quirúrgicas, pueden afectar no solo a la salud física y mental de la persona, sino además, comprometer su estabilidad familiar, laboral y social. Valorar los recursos cognitivos del paciente y prestarle el apoyo necesario le ayudarán a afrontar mejor la situación.

Los valores y creencias sobre la salud

La multiculturalidad es cada vez más frecuente en nuestro medio social y sanitario. El modo en que cada cultura entiende la enfermedad y asume los diferentes tratamientos, será uno de los determinantes para que las situaciones en las que es necesaria una intervención quirúrgica sean más o menos estresantes.

Las expectativas

Las ideas y pensamientos que el paciente tiene de lo que va a suceder durante y tras la intervención, generarán en él un determinado nivel de ansiedad. Estos pensamientos pueden ser más o menos realistas y ayudar o no a que el paciente asuma la situación de un modo adecuado. Cuando las expectativas son más favorables que la experiencia vivida, la ansiedad postquirúrgica es mayor, pero cuando son más desfavorables, la ansiedad posquirúrgica será mayor. Una buena adecuación entre las expectativas y la experiencia real, es la mejor situación para evitar niveles de ansiedad perjudiciales, por lo que esto se podría evitar con una buena información desde el momento en que se comunica al paciente la necesidad de la intervención.

La información disponible

La información de que dispone el paciente sobre su enfermedad y sobre todo el proceso perioperatorio es un importante factor para amortiguar o incrementar el estrés asociado a la cirugía. Suministrar información previene la aparición de estrés y por tanto de sus consecuencias. En este sentido, se justifican todas las técnicas e intervenciones dirigidas a informar a los pacientes, tanto de las sensaciones como de los procedimientos.

Una de las actividades que más se están desarrollando es la visita prequirúrgica realizada por el personal que realizará la intervención. La coordinación previa entre los profesionales (enfermera referente y quien realiza la visita prequirúrgica) es indispensable para evitar información contradictoria o no adecuada a las necesidades del paciente.

Por lo que la información por sí misma puede ser una técnica de reducción del estrés en muchos pacientes y más aún cuando se acompaña de relajación muscular, modificación de pensamientos distorsionados, entrenamiento de autoinstrucciones, etc. Pero no todos los pacientes aceptan ser informados, se ha demostrado que algunas veces el recibir demasiada información puede llegar a ser contradictorio a lo esperado incrementando los niveles de ansiedad pre y postquirúrgica.

Varios autores señalan la estrecha relación que existe entre el estrés y el periodo preoperatorio y los factores causales del mismo. Según un estudio, la ansiedad resultó ser mayor en las mujeres que no han tenido un anestésico anterior, y la ansiedad se mantenía constante desde la tarde antes de la cirugía hasta el periodo operatorio.

Según otro artículo que analiza los factores estresantes de 20 pacientes que están en período preoperatorio determinaron que los 2 factores que promueven más el estrés en los pacientes en la etapa preoperatoria son; el haber sido sometido a procedimientos quirúrgicos en una o más ocasiones (85%) y el riesgo de que la operación no fuera exitosa (85%), mientras que los factores que disminuyeron su estrés estaban relaciones con intervenciones de los profesionales de Enfermería como son; la actitud del profesional de Enfermería (90%) y la educación sanitaria por parte del profesional de Enfermería acerca del procedimiento a realizarse (55%). Por otro lado, se vio que el 65% de los pacientes se ven afectados por los factores de estrés preoperatorio, mientras que el 35% no se ve afectado por dichos factores.

Otros artículos demuestran que la eficacia de la musicoterapia para la disminución de estrés en el proceso preoperatorio.

Conclusión

Generalmente la información reduce los niveles de ansiedad en el proceso quirúrgico en los pacientes, pero siempre en la medida que el paciente desee conocer por todo el proceso por el que va a pasar, pre intra y postquirúrgico. En este sentido, si el paciente no desea obtener información no debemos excedernos, pero si por el contrario quiere conocer todas las fases que van a ir sucediendo debemos de solventarle todas sus dudas al respecto en la medida de lo posible.