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Plan de cuidados de Enfermería en un paciente tras parada cardiorrespiratoria por un equipo de emergencia

Plan de cuidados de Enfermería en un paciente tras parada cardiorrespiratoria por un equipo de emergencia

Resumen

Se ha realizado una búsqueda y revisión bibliográfica acerca de la parada cardiorrespiratoria y de los cuidados post resucitación. Se ha descrito la definición de parada cardiorrespiratoria y los cuidados post resucitación; así como el diagnóstico, el tratamiento y los cuidados de Enfermería necesarios.

El papel de Enfermería en la parada cardiorrespiratoria y en los cuidados de Enfermería post resucitación es primordial.

Autores:

Víctor Fernández Gil                 DUE SAS.

Mauricio Cruz Bajo                   DUE SAS.

María Esperanza Cruz García    DUE SAS.

 

Palabras clave: parada cardiorrespiratoria (PCR), reanimación cardiopulmonar (RCP), emergencia, cuidados de Enfermería.

Parada cardiorrespiratoria (PCR)

Por parada cardiorrespiratoria (PCR) se entiende toda situación clínica que comprende un cese inesperado, brusco y potencialmente reversible de las funciones respiratorias y/o cardiocirculatoria espontáneas, no siendo resultado de la evolución natural de una enfermedad crónica avanzada o incurable, o del envejecimiento biológico. Si no se contrarresta con medidas de reanimación, el paro cardiorrespiratorio produce una disminución brusca del transporte de oxigeno que da lugar a una disfunción del cerebro inicialmente y, posteriormente, conduce a lesiones celulares irreversibles en el organismo por la anoxia tisular y a la muerte biológica.

La cardiopatía isquémica es la causa más frecuente de parada cardiorrespiratoria (PCR) en adultos en los países occidentales. Clínicamente una parada cardiorrespiratoria (PCR) se diagnostica por: pérdida de conocimiento, ausencia de pulsos palpables y apnea.

Se ha desarrollado un sistema racional de enfoque ante todo paciente que presenta parada cardiaca y/o respiratoria, constituyendo el conjunto de técnicas y estrategias de la resucitación cardiopulmonar (RCP).

Reanimación cardiopulmonar (RCP)

Se define la reanimación cardiopulmonar (RCP) como el conjunto de medidas a seguir de modo reglado y secuencial para inicialmente sustituir, y posteriormente restablecer, las funciones básicas respiratoria, circulatoria y de prevención del daño cerebral hipóxico. El intervalo de tiempo entre el paro circulatorio y la necrosis tisular en el tejido cerebral es mínimo, siendo, por tanto, un objetivo prioritario de la reanimación cardiopulmonar (RCP) el mantenimiento de la perfusión cerebral.

Las posibilidades de éxito de la RCP dependen, fundamentalmente, de:

  1. Tiempo trascurrido desde el momento en que ocurre la parada cardiorrespiratoria (PCR) hasta el inicio de las medidas de reanimación cardiopulmonar (RCP). De tal modo que, el inicio precoz de la reanimación es el factor que más influencia ejerce sobre la supervivencia y la evolución neurológica.
  2. Duración de la reanimación cardiopulmonar (RCP), ya que los pacientes en los que la reanimación dura más de 30 minutos, no suelen sobrevivir a la misma.
  3. Entrenamiento y equipamiento del personal de emergencia y reanimador.
  4. Las características (enfermedades subyacentes) del paciente, puesto que los enfermos con afecciones agudas consiguen mejores resultados que aquellos que padecen enfermedades malignas, neurológicas o terminales, no impidiendo la edad avanzada, per. se, un desenlace satisfactorio.

En 1980 la American Heart Association estableció una serie de recomendaciones llamadas “cadena de supervivencia”. En estos años, la experiencia acumulada ha mostrado que es esencial la actuación según esa secuencia de acciones establecidas ante cualquier sospecha de parada cardiorrespiratoria (PCR), para lograr una importante tasa de supervivencia.

Los pasos de esa “cadena de supervivencia” son, por orden:

  1. Rápido acceso a un sistema integral de emergencias. La cadena se inicia con el reconocimiento, por parte de cualquier persona, de la situación de emergencia producida por una parada cardiorrespiratoria (PCR), valoración de los síntomas y signos vitales en el afectado por una parada cardiorrespiratoria (PCR), para lo cual es imprescindible una educación ciudadana en ese sentido, y la activación del sistema de emergencias sanitarias.
  2. Soporte vital básico. Está constituido por las medidas de reanimación que cualquier persona que atiendo inicialmente a un afectado de PCR ha de iniciar para sustituir, aunque sea de manera precaria, las funciones vitales, en espera de la llegada del equipo sanitario cualificado. Característica fundamental de esta fase es la rapidez con que se aplique este soporte vital básico, de modo que, conforme más tiempo se demore, las tasas de supervivencia serán menores.
  3. Desfibrilación precoz. Es la intervención que, independientemente de otros factores, más influye en el pronóstico de la parada cardiaca por fibrilación ventricular (FV). Se debe reducir al mínimo la demora en realizar la desfibrilación, y llevarse a cabo en los 6-8 minutos siguientes a la parada cardiorrespiratoria (PCR), ya que cada minuto que pasa las posibilidades de supervivencia disminuyen un 5%.
  4. Soporte vital avanzado. Una vez cumplidos los requerimientos del sostén vital básico, el objetivo principal será el tratamiento definitivo de la PCR, hasta lograr el restablecimiento y estabilización de las funciones respiratoria y cardiovascular espontáneas, y la actuación sobre la causa desencadenante.

Cuidados de Enfermería en la post resucitación de un paciente que ha presentado parada cardiorrespiratoria.

El profesional en Enfermería deberá tener conocimientos, habilidades, destrezas, motivación, responsabilidad, autocontrol, seguridad, liderazgo y principios éticos que le permitan estar preparado, actuar en forma oportuna y precisa con el fin de disminuir la mortalidad y establecer la supervivencia.

Los cuidados postparada cardiaca están encaminados a identificar y tratar la causa precipitante de la parada así­ como a evaluar y manejar la lesión cerebral, la disfunción miocárdica y la respuesta sistémica por isquemia/reperfusión secundarias a la misma. Los cuidados post reanimación cardiopulmonar (RCP) son el último eslabón de la cadena de supervivencia ya que influyen significativamente en los resultados globales y particularmente en la calidad de la recuperación neurológica.

Vía aérea y respiración

  • Mantener SatO2 entre 94-98%.
  • Establecer vía aérea avanzada.
  • Capnografía con forma de onda.
  • Ventilar para conseguir normocapnia.

Circulación

  • ECG de 12 derivaciones
  • Obtener acceso intravenoso.
  • Objetivo TAS>100 mmHg.
  • Restaurar normovolemia.
  • Monitorización signos vitales.

Control de temperatura

  • Temperatura entre 32-36ºC
  • Sedación, control de tiritona.

Conclusiones

Podemos decir que el proceso enfermero aplicado en la reanimación cardiopulmonar avanzada y en el actuar diario de la Enfermería aumenta la calidad de los cuidados porque está centrado en las respuestas humanas, aunado a su sistematización y organización es menos probable que se produzcan omisiones o duplicación de la atención, mejorando la continuidad de éstos.

El uso del proceso enfermero y de los planes de cuidados proporcionan la base para una valoración y evaluación continua, ya que es un proceso dinámico y cambiante en la medida de que se van modificando la necesidades del paciente. Con este fin debemos de implementar en nuestro diario actuar con los pacientes el proceso enfermero.

Bibliografía

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  • American Heart Association. Manual de reanimación cardiopulmonar avanzada (ed esp), 2ª ed. Barcelona, 1990.
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  • Nolan JP, Soar J, Cariou A, Cronberg T, et al. Section 5 of the European Resuscitation Council and European Society or Intensive Care Medicine Guidelines for Post-resuscitation Care: European Resuscitation Council Guidelines for Resuscitation 2015; 95:S202-S222. (PubMed) (HTML) (PDF).