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Plan de cuidados de Enfermería en un paciente con hematuria

Plan de cuidados de Enfermería en un paciente con hematuria

Resumen

Se ha realizado una búsqueda y revisión bibliográfica acerca de la hematuria. Se ha descrito la definición de hematuria, tipos, etiología; así como el diagnóstico, el tratamiento y los cuidados de Enfermería necesarios.

La hematuria es una de las causas más frecuentes de consulta urológica de urgencia. El papel de Enfermería es primordial durante el proceso de colocación y posterior cuidado en el paciente portador de sonda vesical, así como en la vigilancia del proceso de lavado continuo a través de la misma.

Autores:

Víctor Fernández Gil                 DUE SAS.

Mauricio Cruz Bajo                   DUE SAS.

María Esperanza Cruz García    DUE SAS.

Palabras clave: hematuria, sondaje vesical, lavado vesical.

Hematuria

El término hematuria hace referencia a la presencia de sangre en orina. Ésta puede ser microscópica (microhematuria) o macroscópica (macrohematuria) y se puede acompañar o no de coágulos. Existen múltiples enfermedades que pueden provocar hematuria por lo que es de extrema importancia acudir al médico o especialista en caso de padecerla.

¿Cómo saber si hay sangre en la orina?

Existen otras alteraciones que pueden teñir la orina de color oscuro rojizo y simular una hematuria. La presencia en exceso de bilirrubina en orina (llamada coluria) puede provocar un cambio en el color de la misma y ser bastante parecida a la hematuria. La coluria suele ser secundaria a enfermedades del sistema hepato-bilio-pancreático y es debida al defecto de secreción de bilis en el tubo digestivo.

En el caso de mujeres, habrá que descartar el origen vaginal como fuente del sangrado (menstruación, metrorragia, etc…).

Para confirmar la presencia de sangre en orina será suficiente con realizar un sedimento (análisis de orina). La presencia de 1 a 3 hematíes/campo no suele ser patológico aunque siempre deberá individualizarse cada caso. En ocasiones, la macrohematuria es evidente y no es necesario confirmarlo con un sedimento.

¿Qué causas puede tener la hematuria?

Cualquier patología del sistema urinario puede provocar hematuria. A continuación exponemos las causas más frecuentes de micro o macrohematuria:

  • Infección de orina (cistitis, prostatitis): es la causa más frecuente de hematuria y suele ir acompañada de síndrome miccional (escozor al orinar).
  • Litiasis urinaria: la presencia de piedras en la vía urinaria puede producir tanto macro como microhematuria. Se suele acompañar de dolor lumbar cólico. Es especialmente más frecuente en pacientes de 20-40 años.
  • Hiperplasia benigna de próstata: es una de las causas más frecuentes de hematuria en hombres de más de 50 años. Puede ser micro o macroscópica y suele ser secundaria al crecimiento del tamaño prostático y la presencia de varices prostáticas. No supone un riesgo aumentado de padecer cáncer de próstata.
  • Tumor vesical: la presencia de un tumor en la vejiga suele acompañarse de hematuria macroscópica y a menudo con coágulos. Es una de las principales patologías que se debe descartar de entrada por su malignidad, especialmente en pacientes de más de 50 años y fumadores.
  • Tumor uretral: es mucho menos frecuente que el tumor vesical aunque igualmente debe descartarse en pacientes fumadores. Puede producir dolor lumbar cólico por obstrucción del uréter.
  • Tumor renal: el tumor renal puede producir tanto micro como macrohematuria. Suele ser asintomático, aunque en ocasiones puede producir dolor lumbar.
  • Glomerulonefritis: es una afectación no maligna del tejido renal pero que puede generar insuficiencia renal crónica. Existen múltiples tipos de glomerulonefritis y son poco frecuentes. Suelen producir microhematuria.
    ¿Qué pruebas se realizan?

La realización de un cultivo de orina será necesaria para descartar la infección como causa de la hematuria y la citología puede identificar células sospechosas de tumor vesical o uretral.

Por otro lado, existen múltiples pruebas específicas para cada patología que se realizarán en función de las características de cada paciente y de los síntomas:

  • Ecografía renal: nos permite estudiar el riñón, próstata, la porción superior del uréter y la vejiga (cuando está llena). Es útil para identificar tumores renales, tumores vesicales, y además para evaluar la dilatación del uréter y la presencia de litiasis urinarias. También permite medir el tamaño prostático.
  • Tomografía Computerizada (TAC): puede requerir la administración de contraste yodado y es una de las pruebas más útiles para estudiar el sistema genito-urinario. Es capaz de identificar lesiones en el riñón, uréter y vejiga, así como la presencia de piedras.
  • Cistoscopia: consiste en la introducción de una cámara a través de la uretra para estudiar la vejiga y descartar tumores vesicales

Finalmente, en algunos casos de tumores renales/uretrales dudosos o ante la sospecha de glomerulonefritis, será necesaria la realización de una biopsia.

Tratamiento de la hematuria

El tratamiento para la hematuria varía dependiendo de la causa. La hematuria no tiene una cura; más bien, su médico tratará la condición o enfermedad que está causando la presencia de sangre en la orina.

Si su médico determina que hay un tumor en algún lugar del tracto urinario, próstata o tracto gastrointestinal (GI) inferior, los tratamientos probablemente incluirán la quimioterapia, la cirugía o la radioterapia.

Cuidados de Enfermería en el paciente con hematuria

Lavado vesical continuo: Consiste en la continua irrigación con suero fisiológico a través de la sonda vesical para mantener la permeabilidad de la sonda en pacientes con orina hemática, por patología vesical o por intervención quirúrgica.

Material:

  • Bolsas de suero fisiológico de 3000 ml.
  • Sonda vesical de 2 o 3 vías en función del tipo de lavado.
  • Guantes estériles.
  • Guantes no estériles.
  • Bolsas de orina conectado a sistema cerrado.
  • Sistema colector de orina.
  • Pinzas de plástico para clampar
  • Gasas estériles.
  • Paño estéril.
  • Antiséptico.
  • Soporte para suero.
  • Equipo para irrigación.

Pasos

– Colocación de sonda vesical: Prepararemos el material necesario y lo introduciremos en la batea, nos lavaremos las manos y nos colocaremos los guantes no estériles, identificaremos al paciente al que le vamos a colocar la sonda y le informaremos del procedimiento tanto a él como a su familia.
Empezaremos proporcionando al paciente toda la intimidad necesaria en su habitación, le pediremos que se coloque en decúbito supino si es varón o que adapte la posición de litotomía si es mujer.

A continuación prepararemos el campo estéril y echaremos el material necesario dentro de él, cargaremos la jeringa de 10ml con el suero fisiológico y la incorporaremos al campo, con la ayuda del auxiliar de Enfermería limpiaremos la zona genital con las gasas muy impregnadas en la solución antiséptica.

A partir de aquí nos colocaremos los guantes estériles y procuraremos una asepsia absoluta, cogeremos la sonda vesical e impregnaremos la punta con el lubricante urológico, la sonda la manejaremos con la  mano dominante, con la otra nos ayudaremos a manejar el meato urinario: En hombres, agarraremos el pene en ángulo recto y con el prepucio retraído, una vez introducidos unos 10 cm, colocaremos el pene en un ángulo de unos 60º y terminamos de introducir la sonda.

  • En mujeres, separaremos los labios mayores y menores e introduciremos la sonda hasta el final.
    Una vez que salga orina a través de la sonda, la pinzaremos o la conectaremos a la bolsa colectora según la finalidad del sondaje. Inflaremos el balón de la sonda vesical con la jeringa precargada de suero fisiológico y con cuidado iremos retirando la sonda hasta que notemos la resistencia por el balón neumático. Si conectamos la sonda a una bolsa colectora, la colgaremos en el soporte para la cama.
    Finalizaremos la técnica recogiendo y desechando el campo estéril y los guantes, nos lavaremos las manos y registraremos el proceso y sus complicaciones, si las hubiera, en las incidencias de Enfermería, así como sus cuidados y la fecha del próximo cambio si se produjese.
  • Conectar la bolsa de 3000 ml de suero al sistema de perfusión.
  • Abrir la llave de perfusión al flujo indicado.
  • Tras el llenado de orina en bolsa, retirarla, cambiarla y contabilizar la orina.
  • Por último registrar en la historia clínica la hora de inicio y fin del lavado vesical continuo y el ritmo de irrigación y se registrarán las entradas y salidas de la irrigación vesical, las incidencias producidas y la realización de un balance diario para conocer la diuresis aproximada del paciente.

Cuidados del paciente con sonda vesical.

  • Colocar siempre el tubo del sistema colector por encima de la pierna del paciente.
  • Cambiar el lugar de la fijación de la sonda al muslo cada 24h o cuando se realice la higiene genital.
  • Situar la bolsa en su soporte asegurando que quede siempre por debajo del nivel de la vejiga y que el tubo no este acodado.

 

  • No realizar cambios rutinarios de la sonda vesical, aunque es necesario tener en cuenta las recomendaciones del fabricante, respecto a la duración y el deterioro del material. Cambiar la sonda cada 20-30 días, si es de látex y cada 60 días si es de silicona.
  • Realizar la higiene de los genitales y la zona del meato utilizando agua y jabón cada 24 horas o siempre que tenga secreciones.
  • Revisar el circuito para detectar posibles fugas.
  • Mantener el sistema cerrado.
  • Evitar que el grifo de la bolsa de diuresis roce en el suelo.

Bibliografía

  • Hospital Universitario Reina Sofía. Inserción y mantenimiento de la sonda vesical. Córdoba; 2012. [actualizada el 16 de abril de 2012].Disponible en:
  • http://www.juntadeandalucia.es/servicioandaluzdesalud/hrs2/fileadmin/user_upload/area_enfermeria/enfermeria/procedimientos/procedimientos_2012/h9_insercion_sonda_vesical.pdf
  • Gould C, Umscheid C, Agarwal R, Kuntz G, Pegues, and the Healthcare
  • Infection Control Practices Advisory Committee. Guideline for prevention of catheter-associated urinary tract infections. 2009.
  • Carballo Álvarez M, Martínez M, Llaga M. Sondaje vesical. Rev. Rol Enfermería. 2007; 30(11):759-762.
  • NHS Quality Improvement Scotland. Urinary Catheterisation & Catheter Care. 2004. Disponible en: http://www.healthcareimprovementscotland.org/previous_resources/best_practice_statement/urinary_catheterisation__care.aspx
  • Oto Cavero, E., Sanz Moncusí, M. y Montiel Pastor, M. Enfermería medicoquirúrgica. Necesidad de nutrición y eliminación. Masson. 2003. Barcelona. Pág.203-208.
  • The Joanna Briggs Institute. Best practice: Manejo del sondaje vesical permanente de corta duración para la prevención de infecciones del tracto urinario. 2002; 4 (1).