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Plan de cuidados de Enfermería en el paciente con trastornos de la conducta alimentaria

Plan de cuidados de Enfermería en el paciente con trastornos de la conducta alimentaria

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) se caracterizan por una preocupación excesiva por la comida, el peso y la imagen corporal así como por el uso de medidas no saludables para controlar o reducir el peso. Ocasionando un significativo deterioro del bienestar psicosocial y físico tanto de quiénes lo sufren, como de su familia y entorno más próximo.

El creciente aumento de su prevalencia sumado a la importancia de una detección precoz en el pronóstico del mismo, deriva en la necesidad de que el profesional de Enfermería conozca bien estas patologías y sea capaz de sospechar su diagnóstico y derivar oportunamente a equipos especializados.

AUTORES

Javier Luis Zamora Landa – Graduado en Enfermería.

Francisco Berni Mohedano – Graduado en Enfermería.

Roberto Fuentes Viñuales – Graduado en Enfermería.

Alberto Monterrubio Alejandre – Graduado en Enfermería. Máster universitario en tratamiento de soporte y cuidados paliativos en el enfermo oncológico.

OBJETIVO

El objetivo de dicho trabajo es elaborar una guía que oriente a los profesionales de Enfermería sobre las mejores decisiones en el cuidado del paciente con trastorno de la conducta alimentaria.

METODOLOGÍA

Se ha realizado la estrategia de búsqueda bibliográfica utilizando un vocabulario DeCS (Descriptores de Ciencias de la salud), enfocando dicha búsqueda con la ayuda de operadores booleanos tal y como se muestra a continuación:

  • Trastornos de la Conducta Alimentaria.
  • Anorexia Nerviosa.
  • Bulimia Nerviosa.
  • Trastornos de la Conducta Alimentaria [AND] Enfermería.
  • Anorexia Nerviosa [AND] Enfermería.
  • Eating Disorders.

Habiéndose consultado para la búsqueda diversas bases de datos, seleccionando como criterio de inclusión: artículos publicados entre los años 2009 y 2016 en español o inglés. Elaborando un plan de cuidados estandarizado apoyado en la taxonomía NANDA-NOC-NIC.

CONCLUSIÓN

La realización de un plan de cuidados estandarizado con la taxonomía NANDA-NOC-NIC constituye un buen método para proporcionar unos cuidados de calidad al paciente con trastorno de la conducta alimentaria, disminuyendo la variabilidad en la práctica clínica enfermera.

PALABRAS CLAVE: Trastornos de la Conducta Alimentaria, Eating disorders, Plan de cuidados, Cuidados de Enfermería.

  1. INTRODUCCIÓN

Pese a que los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) no son patologías tan modernas como pudiéramos llegar a creer, lo novedoso hace referencia a la magnitud que han adquirido en la sociedad actual y el cambio de actitudes acontecido respecto a los conceptos de salud e ideal estético. En la actualidad imperan unos estándares de belleza basados en la extrema delgadez, insistentemente difundidos y sustentados por los agentes socioculturales como signos de prestigio y éxito social. Agentes entre los que cabe destacar a los medios de comunicación, por su penetración social y por la credibilidad que le otorgan los adolescentes.

La internalización de estos ideales supone un factor de riesgo para el desarrollo de alteraciones de la imagen corporal y, de forma más concreta y derivados de éstas, de los trastornos de la conducta alimentaria. Trastornos que constituyen en la actualidad un problema de salud endémico; por su creciente incidencia, la gravedad de la sintomatología asociada, su etiología multifactorial, su resistencia al tratamiento y porque se presentan en edades cada vez más tempranas,  persistiendo hasta la edad adulta.

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria se posicionan entre los más serios trastornos mentales y tienen una morbimortalidad sustancial, la mayor de todos ellos. Además, se ha demostrado que estos pacientes tienen mayor riesgo de muerte prematura y refieren un mayor deterioro en su calidad de vida que cualquier otro trastorno psiquiátrico.

En España, en estos años han pasado de ser patologías poco frecuentes a cifras equiparables a las del resto de los países europeos, convirtiéndose en la tercera enfermedad más frecuente en la adolescencia. Estimándose la prevalencia en la población adolescente femenina entre el 3.63% y 5.17% y alrededor del 0.77% en varones. Aunque esta diferencia entre ambos sexos tiende a disminuir así como la edad de presentación.

Se consideran los trastornos de la conducta alimentaria, según el DSM-IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, cuarta edición); la Anorexia Nerviosa (AN), la Bulimia Nerviosa (BN) y el Trastorno  de la Conducta Alimentaria No Especificado (TCANE), siendo éste último el diagnóstico más frecuente durante la adolescencia.

En todos ellos se observan unos síntomas cardinales; una preocupación excesiva por la comida, el peso y la imagen corporal,  así como una influencia anormal de ésta en la valoración personal. Igualmente, en todos ellos, se recurre al uso de medidas no saludables para controlar o reducir el peso, lo que deriva en un deterioro significativo del bienestar psicosocial y físico tanto de quiénes lo sufren, como de su familia y entorno más próximo.

La Anorexia Nerviosa se define como el “rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la talla”. Asociado a una evaluación exagerada del propio peso o figura corporal, el individuo teme ganar peso o convertirse en obeso, lo que motiva la adopción de estrategias inadecuadas para prevenir el aumento de peso, a saber: la actividad física vigorosa, la restricción drástica de la ingesta de alimentos y/o conductas purgativas. Suele iniciarse entre los 13 y los 18 años, dándose más del 90% de los casos en mujeres.

Por otra parte, la Bulimia Nerviosa, hace referencia a una preocupación continua por la comida, con deseos irresistibles de comer. Se manifiesta por episodios de consumo excesivo de alimentos en cortos periodos de tiempo (atracones), de forma regular y frecuente, seguidos de un intenso sentimiento de culpabilidad que les conduce a conductas compensatorias (provocación del vómito, uso excesivo de laxantes, diuréticos, enemas u otros fármacos, ayuno y/o ejercicio excesivo). Su prevalencia se ha estimado entre 1 y 2% en mujeres jóvenes (de entre 14 y 18 años) y su edad de presentación se sitúa entre los 15,7 y 18,1 años.

Finalmente, los TCANE incluyen el trastorno por atracón y otros cuadros afines que no cumplen con los criterios clínicos de Anorexia Nerviosa o Bulimia Nerviosa. Generalmente  son cuadros de Anorexia Nerviosa o Bulimia Nerviosa incompletos, o por su inicio o porque están en vías de resolución, aunque no por ello menos graves.

En definitiva, este aumento progresivo de su prevalencia y la heterogeneidad de la población afectada, sumado a sus consecuencias para la salud potencialmente irreversibles, deriva en la necesidad de que los profesionales de la salud tengan conocimiento de estos trastornos y sean capaces de sospechar su diagnóstico y derivar oportunamente a equipos especializados. Siendo la importancia de Enfermería en estos procesos muy recalcable, ya que representa el eslabón más importante en la prevención y detección precoz de los trastornos de la conducta alimentaria. Asimismo, es indispensable en la coordinación global de todo el proceso desde principio a fin, manteniendo una relación de cercanía con la familia del paciente y sobre todo con el paciente.

  1. PLAN DE CUIDADOS DE ENFERMERÍA

La elaboración del plan de cuidados se ha fundamentado en el modelo de Virginia Henderson.

2.1 Valoración

El acceso normal de los Trastornos de la Conducta Alimentaria al sistema sanitario se produce a través de los Equipos de Atención Primaria. Por ello es imprescindible el conocimiento de una serie de pautas generales, especialmente enfocados a la población de máximo riesgo, que pueden orientar sobre la sospecha de un trastorno de la conducta alimentaria. Favoreciendo una detección precoz, fundamental en su pronóstico.

Desde Atención Primaria, cualquier cita debe ser considerada como una oportunidad en la detección de riesgos asociados a estas conductas (inicio de dietas restrictivas, uso de laxantes…).

2.1.1 Recomendaciones generales

  • Para que la detección de los Trastornos de la Conducta Alimentaria en Atención Primaria (AP) sea eficaz hay que realizarla dentro de las actividades habituales de la consulta y en un período lo más corto posible.
  • Hay que prestar especial atención a la población de riesgo.
  • Realizar un primer screening con una o 2 preguntas simples:

– ¿Piensas que puedes tener algunos problemas relacionados con la alimentación?

– ¿Te parece que te preocupas demasiado por cuestiones relacionadas con tu peso?

2.1.2 Población de riesgo a evaluar especialmente

  • Pacientes con índice de masa corporal (IMC) bajo.
    • Un índice de masa corporal (IMC) < de 18 en una persona adolescente nos debería obligar a descartar un cuadro de Anorexia Nerviosa.
    • No sucedería lo mismo en el caso de un Bulimia Nerviosa ya que el índice de masa corporal (IMC) puede ser normal.
  • Pacientes que consultan por temas relacionados con el peso y que no estén en relación con sobrepeso u obesidad.
  • Mujeres con alteraciones menstruales o amenorrea.
  • Pacientes con síntomas gastrointestinales inespecíficos.
  • Pacientes con signos clínicos de desnutrición.
  • Pacientes con vómitos repetidos.
  • Niños con retraso del crecimiento.
  • Diabéticos jóvenes con poca adherencia al tratamiento.

La multicausalidad y las repercusiones multisistémicas que caracterizan a estos trastornos, conllevan a que, en base a la valoración de Enfermería por patrones funcionales de Marjory Gordon, se puedan observar alteraciones en todos ellos.

La siguiente guía de valoración focalizada orienta sobre la obtención de todos los datos posibles para realizar una correcta historia clínica del paciente con trastorno de la conducta alimentaria, ayudando a discriminar entre las distintas patologías que los componen. Los datos a valorar de cada patrón deben ser trasladados a la entrevista clínica con respeto y sin agresividad hacia el paciente o familiar, de forma clara y sencilla.

Patrón 1: percepción-manejo de la salud

Generalmente carecen de conciencia de enfermedad, esto repercute en que no identifiquen las consecuencias negativas del trastorno, tampoco la necesidad de seguir un tratamiento ni los beneficios de este. Por ello, el papel de la familia/pareja/cuidador es fundamental para favorecer la adherencia al tratamiento.

Áreas a explorar:

  • Percepción de su estado de salud/Conciencia de enfermedad.
  • Motivación para el cambio de actitud y conductas.
  • Últimas revisiones, citas médicas, analíticas.
  • Patologías que tienen más miedo de padecer.
  • Historia de consumo de medicamentos y tóxicos.
  • Uso de cosméticos, “curativos”.
  • Diagnósticos de Enfermería:
  1. Gestión ineficaz de la propia salud (00078)
  2. Gestión ineficaz del régimen terapéutico familiar (00080)

Patrón 2: nutricional-metabólico

Es el patrón que más alteración sufre en estos pacientes, especialmente en el caso de la Anorexia Nerviosa. La alimentación no representa el principal problema, entendiendo por principal la causa. Sin embargo, ésta se sitúa en el primer plano y a medida que la gravedad del caso aumenta, se deben priorizar los cuidados nutricionales como los principales o incluso los únicos.

Áreas a explorar:

  • Historia en relación con su peso.
    • Tipo de alimentación que lleva.
    • Hábitos en la preparación de la comida.
    • Hábitos sociales alrededor de la comida.
  • Diagnósticos de Enfermería:
  1. Desequilibrio nutricional: ingesta inferior a las necesidades (00002)
  2. Riesgo de desequilibrio de volumen de líquidos (00025)
  3. Riesgo de deterioro de la integridad cutánea (00047)
  4. Perfusión tisular periférica ineficaz (00204)
  5. Déficit de autocuidado: Alimentación (00102)

Patrón 3: eliminación

La alteración del patrón de eliminación se relaciona con el uso que hacen de las conductas purgativas y en la inestabilidad originada cuando se producen abundantes cambios en el ritmo intestinal o ayunos prolongados.

Áreas a explorar:

  • Hábito de eliminación urinaria y hábito intestinal.
  • Conductas purgativas.
  • Actitudes ante la deposición.
  • Valoración a la familia/pareja/cuidador.
  • Diagnósticos de Enfermería:
  1. Estreñimiento (00011)
  2. Diarrea (00013)

Patrón 4: actividad-ejercicio

El ejercicio en exceso forma parte de las conductas purgativas y, por tanto, lo van a desarrollar más o menos en función de su sentimiento de culpabilidad o su autoestima–autopercepción del momento.

Áreas a explorar:

  • Ejercicio físico que realizan.
  • Actividades de la vida diaria.
  • Autopercepción de la propia capacidad para realizar actividad física.
  • Actividad laboral o escolar.
  • Valoración a la familia/pareja/cuidador.
  • Diagnósticos de Enfermería::
  1. Fatiga (00093)
  2. Retraso en el crecimiento y desarrollo (00111)
  3. Déficit de autocuidado: Vestido (00109)
  4. Planificación ineficaz de las actividades (0199)

Patrón 5: sueño-descanso

Tienen ciclos de vigilia muy continuados debido al miedo a dormir, las pesadillas o el pensamiento único sobre la comida que impide conciliar el sueño. Experimentan un sueño de predominio superficial, así como frecuentes despertares nocturnos.