El uso terapéutico de los anticoagulantes orales se inició hace más de cincuenta años. El objetivo del tratamiento con anticoagulantes orales (TAO) es alargar el tiempo de coagulación hasta un intervalo eficaz y seguro (rango terapéutico), en el que se evita la aparición de trombos sin provocar riesgo de hemorragia y cuya utilidad es fundamentalmente de carácter preventivo además de mejorar el pronóstico de los pacientes con riesgo de enfermedad tromboembólica.