INDICACIONES DE ACTUACIÓN
PARA EVALUAR A LOS PACIENTES MEDIANTE ERGOMETRÍA.
INTRODUCCIÓN.
Dado que el ejercicio físico es capaz de poner de manifiesto aquellas
alteraciones cardiovasculares no presentes durante el reposo, representa
el primer escalón diagnóstico (evidentemente con las limitaciones
inherentes a su realización y que serán tratadas con posterioridad), para
valorar de forma objetiva y en relación siempre con el contexto clínico de
cada paciente, las patologías cardiovasculares desde los puntos de vista
electrocardiográficos, hemodinámicos, clínicos y de capacidad funcional.
Además el test de esfuerzo es de fácil
realización, accesible a la inmensa mayoría de los pacientes, reproducible
en situaciones similares para poder establecer comparaciones en el mismo
paciente, disponible en todos los
centros hospitalarios, de amplia
experiencia entre cardiólogos, de alta eficacia con bajo costo (dos veces inferior al eco-stress y seis respecto de
imágenes con perfusión con radioisótopos). Por otra parte, la sensibilidad y
especificidad que son algo más superiores con las técnicas de imagen para
pacientes portadores de CI, así como el escaso valor predictivo positivo en
aquellos pacientes con bajo riesgo y las situaciones que dificultan la
interpretación de la prueba de esfuerzo, constituyen las limitaciones mayores.
No obstante, las Pruebas de Esfuerzo convencionales en pacientes sin IAM
previo presentan una sensibilidad del 72%, una especificidad del 84% y un valor
global de precisión del 74% (siempre que se excluyeran alteraciones del ST, HVI
y/o trastornos de la conducción), cifras establecidas tras un metaanálisis de
24074 pacientes1,2, esto pone de manifiesto que la especificidad
(% sin CI con ST normal) es mayor que la sensibilidad
(% con CI y ST anormal), sin embargo esto ocurre fundamentalmente en
pacientes con CI menos severa (enfermedad de 1 solo vaso). En este sentido y al
objeto de evitar falsos positivos la AHA recomienda evitar la realización del
test de hiperventilación previo a la ergometría estándar ya que su eficacia
no ha sido validada3.
Por tanto debemos aconsejar como primera opción diagnóstica, valorativa y pronóstica siempre que el paciente sea capaz de
llevarla a cabo alcanzando el 85% de su FC máxima estimada y no existan
contraindicaciones para una correcta interpretación de la misma, la
realización de una ergometría, teniendo siempre en cuenta la probabilidad
pre-test por edad, sexo y clínica.
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