El Conteo Global de leucocitos y del indice linfocitario en el paciente con Enfermedad Cerebrovascular.
Autor: Dr. José Alberto Santana Pons | Publicado:  25/11/2008 | Cuidados Intensivos y Cuidados Criticos , Neurologia | |
El Conteo de leucocitos y del indice linfocitario en el paciente con Enfermedad Cerebrovascular.2


Se ha considerado por otros autores que el sexo masculino es un factor de riesgo para todas las entidades nosológicas cerebrovasculares, excepto para la hemorragia subaracnoidea que es más frecuente en las mujeres, aunque en su conjunto, la incidencia de ictus es un 30% superior en los varones. Sin embargo, consideramos que para llegar a conclusiones nosotros debemos aumentar la casuística y evaluar la frecuencia de factores de riesgo vascular y no vascular. (9, 10, 11, 12, 13)

En el estudio realizado por García de Lucas y col. (14) no se encontraron diferencias significativas en cuanto al sexo al igual que los resultados encontrados en nuestra investigación.

 

La tabla Nº 2 vemos la relación edad y estado al egreso, el 54,2% de los pacientes tenían menos de 70 años y el 45,8% tenían más de 70 años, se constata mayor mortalidad en el grupo de más de 70 años, aunque estos resultados no tuvieron significación estadística coinciden con los encontrados por otros investigadores, así como con los de Rodríguez Rueda y col. (15) que hallaron mayor frecuencia de la enfermedad en pacientes mayores de 60 años y en hombres y mayor mortalidad al igual que Jiménez Guerra (8).

Álvarez Aliaga en su estudio plantea que el envejecimiento progresivo de la población mundial está planteando nuevos retos a la medicina moderna, los ancianos van pasando a ser la mayor parte de la población mundial.

Se prevé que para el año 2020, en los Estados Unidos, 50 millones de personas tendrán 65 o más años. Esta situación demográfica trae aparejada una miríada de problemas clínicos y epidemiológicos asociados a edades avanzadas, dentro de ellos, las enfermedades neurológicas ocupan un lugar preponderante, sobre todo después de los 70 años. (16)

 

Tabla 2. Distribución según edad y estado al egreso UCIM 1er cuatrimestre 2007. Fuente: Historias Clínicas X2= 0.02 alfa= 0,05 gl = 1

 

leucocitos_indice_linfocitario/edad_estado_egreso

 

La senectud se ha considerado un importante factor de riesgo, varios autores reportan la edad como uno de los más importantes. (17, 18, 19) Se afirma por múltiples autores revisados, que esta enfermedad aumenta su incidencia después de los 60 años donde los procesos ateroescleróticos alcanzan su máxima expresión, según datos de la OMS, en el año 2050, el 46% de la población será mayor de 65 años. Ello supone un importante problema de salud pública ya que la edad es el principal marcador de riesgo, donde el aumento de la edad media de nuestra población condiciona el incremento del porcentaje de los Ictus. (20, 21)

Estudios realizados en España demostraron que la incidencia del Ictus aumenta exponencialmente con la edad y que la mayor incidencia del Ictus ocurre en personas mayores de 65 años. (22) La incidencia se duplica cada década a partir de los 55 años de edad.

Solo el 5% de los Ictus Isquémicos ocurre en pacientes menores de 45 años. (18, 21) Según Bembire Taboada (4) el predominio de las enfermedades cerebrovasculares en edades avanzadas de la vida se explica porque diversas variables fisiológicas importantes declinan de manera sustancial y comprometen la capacidad del individuo para responder a las agresiones patológicas; los cambios vasculares comunes en las arterias cerebrales alteran la disponibilidad de nutrientes y oxígeno lo que hace muy vulnerable el tejido neural y favorece la ocurrencia de este daño estructural y funcional.
 
En la muestra estudiada el 40% de los casos tuvieron una enfermedad cerebrovascular hemorrágica y el 60% tuvieron un Ictus isquémico, el 56.2% (27/48), de los pacientes con la forma hemorrágica fallecieron y en la forma isquémica fallecieron el 58.3% (42/72), el análisis estadístico nos muestra que no existe relación entre la forma isquémica y la forma hemorrágica con la probabilidad de morir, ambas formas clínicas de la enfermedad cerebrovascular comportan una alta letalidad, en el estudio realizado por Jiménez Guerra la forma isquémica embolica fue la que presento mayor mortalidad, seguida de la Hemorragia Subaracnoidea, a pesar de que en nuestro estudio no se realizó una diferenciación de las formas clínicas de ambos grupos (isquémico, hemorrágico) si coincide con que la forma isquémica tuvo mayor mortalidad y letalidad, al igual que en los trabajos a los que nos referimos previamente.

 

En cuanto a la frecuencia con que se presentan ambas formas de la enfermedad cerebrovascular, nuestros resultados coinciden con los de otros estudios, por ejemplo en la investigación realizada por Turren J. (3) fue más frecuente la forma isquémica al igual que lo hallado por nosotros. Al analizar la distribución de pacientes según las diferentes entidades en el estudio de Bembire Tabeada (4) vemos que los accidentes cerebrovasculares de tipo isquémicos reportaron el 75,5% de frecuencia en relación con los de causa hemorrágica, con el 24,5%, lo que coincide con lo encontrado en esta investigación.

En la literatura revisada se plantea que el 80% de todas las entidades vasculares encefálicas son causadas por alteraciones del flujo sanguíneo, lo cual provoca episodios isquémicos (apoplejía isquémica) y el 20% restante se divide por igual entre hemorragias del tejido cerebral (hemorragias intraparenquimatosas) y hemorragias del espacio subaracnoideo circundante (hemorragia subaracnoidea). (22, 23) En su estudio Rodríguez Rueda (15) comprobó una mayor incidencia de los accidentes vasculares encefálicos isquémicos.

 

Tabla 3. Tipo de Enfermedad Cerebrovascular según Estado al egreso del paciente. UCIM 1er cuatrimestre 2007. Fuente: formulario X2= 0,08 alfa = 0,05 gl = 1.

 

leucocitos_indice_linfocitario/mortalidad_enfermedad_cerebrovascular

 

En la muestra estudiada por nosotros el análisis del estado neurológico de los pacientes al ingreso se realizo utilizando la escala de coma de Glasgow (tabla Nº 4), el 46,6% de los pacientes obtuvieron una puntuación igual o menor de 8 puntos y el 53,3% obtuvo una puntuación por encima de 8 puntos, llama la atención que de los 69 pacientes fallecidos, 45 tenía un Glasgow menor o igual a 8 puntos lo que habla de la letalidad que comporta una baja evaluación, con la aplicación de esta escala en los pacientes con enfermedad cerebrovascular, lo que tuvo significación estadística (X2= 19.5 gl = 1 RR = 2.3 FR = 46.6 OR = 6.75 IC 95%) los pacientes con gradación neurológica de 8 puntos o menos en la escala de Glasgow tiene 2,3 veces más probabilidad de morir que el resto de los pacientes.

 

Tabla 4 Relación entre la escala de Glasgow para el coma al ingreso y estado del paciente al egreso UCIM 1er cuatrimestre 2007. Fuente: Historias Clínicas X2= 19.5 alfa = 0,05 gl = 1 OR = 6.75.

 

leucocitos_indice_linfocitario/escala_glasgow_coma

 

La escala de coma de Glasgow fue creada para hacer una evaluación cuantitativa del estado de la conciencia. Introducida por Jennet y Teasdale a principios de la década de los 70 con la intención inicial de utilizarla en la evaluación del trauma craneoencefálico, ha sido posteriormente extendida su aplicación para evaluar las lesiones no traumáticas del encéfalo. (24, 25) Según la literatura revisada esta escala tiene un gran valor pronóstico, permite comparar en el tiempo al paciente para evaluar el grado de estabilidad neurológica. (24, 25)

 

En la tabla Nº 5 se exponen los resultados obtenidos al evaluar el conteo total de leucocitos en los pacientes de la muestra y correlacionarlos con el estado al egreso, del total de pacientes a los que se les realizo el estudio (89) el 77,5% tenían leucocitosis al momento del ingreso, del total de pacientes fallecidos (43) 40 tenían leucocitosis, de los egresados vivos (46/89) 29 tenían leucocitosis y 17 no la mostraron, estas diferencias fueron estadísticamente significativas (X2= 19.18 RR = 3.8 OR= 7.6 gl= 1 α= 0,05) lo que confirma que los pacientes con leucocitosis al ingreso tienen casi 4 veces más probabilidad de morir que los que no la muestran, además podemos observar que es un evento frecuente en este tipo de pacientes (77,5%).

 

Tabla 5. Correlación entre la leucocitosis y el estado del paciente al egreso. UCIM 1er cuatrimestre 2007. Fuente: Historias clínicas X2= 19.18 OR= 7.6 gl= 1 alfa = 0,05.

 

leucocitos_indice_linfocitario/leucocitosis_estado_paciente

 

Los leucocitos son las células sanguíneas encargadas de la defensa contra la infección, bien como productoras de anticuerpos (linfocitos) o participando en la fagocitosis de microorganismos intracelulares o encapsulados (neutrófilos, eosinófilos, basófilos y monocitos. Las causas de leucocitosis son múltiples, en la enfermedad cerebrovascular su etiología es reactiva por el estrés al que están sometidos estos pacientes. (26)

 

En los últimos años es creciente la evidencia científica que avala el papel de la inflamación en el desarrollo de la ateroesclerosis y en la patogenia de la trombosis coronaria. Estudios recientes muestran que la elevación de ciertos marcadores inflamatorios se asocia con un mayor número de complicaciones cardiovasculares y muerte, tanto a corto como a largo plazo, sin embargo, la accesibilidad a la mayoría de estos marcadores no es universal, su coste es elevado y su obtención no suele ser inmediata. Por ello, su utilidad en la práctica clínica habitual es limitada, sin embargo el recuento leucocitario es un complementario de bajo costo y fácil acceso, demostrar su relación con el estado al egreso de los pacientes con enfermedad cerebrovascular nos permitiría tener de forma fácil un elemento predictor de la evolución de estos pacientes. (27, 28, 29)

Diversas publicaciones muestran que un recuento leucocitario (RL) elevado se asocia con una mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares y mortalidad global en la población general. Las enfermedades cerebrovasculares tienen similitud patogénica con el grupo antes expuesto por lo que consideramos que los datos relacionados con los factores predictores están muy relacionados. En la bibliografía se dispone de creciente información que avala el poder pronóstico de los marcadores inflamatorios en el amplio espectro clínico de la enfermedad aterosclerótica. (29)


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