Hipercolesterolemia y la salud
Autor: Dr. Daniel Ramon Gutierrez Rodriguez | Publicado:  3/09/2007 | Cardiologia , Endocrinologia y Nutricion | |
Hipercolesterolemia y la salud.

El colesterol es uno de estos lípidos que se convierte en un problema cuando se encuentra en exceso en el organismo. Proviene de dos fuentes: por producción del hígado y la que se adquiere por la ingestión de alimentos que lo contienen.

Para circular en la sangre el colesterol se combina con proteínas llamadas lipoproteínas cuya misión es transportarlo con los triglicéridos en la sangre. Las lipoproteínas se encargan de arrastrar el colesterol bueno desde las arterias al hígado para que lo elimine, por lo tanto protege al organismo de la acumulación de ese elemento en las células y las arterias. (1) La pérdida de peso mejora niveles de lípidos en la sangre bajando los triglicéridos y LDL (malo) colesterol y aumentando HDL (bueno) colesterol. Esta pérdida del peso del 5% al 10% puede reducir el colesterol total de la sangre. (2) Las concentraciones plasmáticas elevadas de lipoproteínas de alta densidad (HDL) se asocian con una disminución del riesgo de arteriopatía coronaria. Los triglicéridos son transportados en el plasma principalmente por las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL); también influyen en la patogénesis de la aterosclerosis coronaria. Las apolipoproteínas son los constituyentes proteicos de las lipoproteínas. Las concentraciones elevadas de apolipoproteína B (la principal proteína estructural de las LDL) y de lipoproteína se han asociado con un aumento del riesgo de arteriopatía coronaria. (3) La tensión constante y cotidiana, familiarmente llamada stress, causa una liberación de las catecolaminas y por lo tanto aumenta la acumulación de lípidos en las arterias; lo que es considerado un factor de riesgo de importancia. El stress es otra de las causas de los niveles de colesterol sanguíneo y por lo tanto de riesgo de padecer arteriosclerosis (ateroesclerosis). Además del trabajo excesivo, existen otros elementos muy importantes como son el factor social y la misma personalidad del individuo. Esto quiere decir que hay personas que, por una forma de ser determinada externa, están predispuestas a padecer los problemas que acarrea el colesterol. Aunque, dentro del campo de los factores de riesgo determinados por la personalidad del individuo y modo de vida, existen muchos condicionantes a tener en cuenta, es interesante resaltar unos cuantos de ellos que pueden ser de mayor o menor riesgo.

MAYOR RIESGO:

Cambio de vida de un medio rural a uno urbano, Competitividad laboral o individual, Ser varón, Problemas económicos, Separaciones o divorcios, Muerte de un ser querido, Personas con pluriempleo, Jornadas de más de 60 horas semanales, Ocupar cargos laborales o profesionales de mucha responsabilidad, Sensaciones de insatisfacción, Sentirse despreciado por alguien querido, Mujeres que trabajan fuera y dentro de casa, Jubilación, Obsesiones y fobias, Practicar deportes en demasía y sin medir las posibilidades, Un deseo excesivo de constante superación.

MENOR RIESGO:

Ser mujer menor de 45 años, Matrimonio y estabilidad familiar, Poca competitividad, Control de la dieta, Dormir un promedio de 8 horas diarias, Vida sana, Realizar algún deporte en forma controlada, Satisfacción del trabajo que se realiza, Deseo de superación pero sin obsesiones ni competitividad, Saber tener autocontrol de uno mismo, Tener una vida espiritual plena. (4)

Partiendo de que la dislipemia es cualquier alteración en los niveles normales de lípidos plasmáticos (fundamentalmente colesterol y triglicéridos). La búsqueda activa de pacientes con hipercolesterolemia está justificada por su gran importancia como factor de riesgo cardiovascular (FRCV); en cambio la detección de hipertrigliceridemia solo se recomienda en determinados casos. (5)

Dieta para pacientes con dislipemia o hipercolesterolemia

• Mantenga una dieta variada, con abundancia de cereales, verduras y frutas. Reduzca el sobrepeso con una dieta baja en calorías. Disminuya el consumo de carnes rojas, huevos (máximo 2 ó 3 por semana), leche entera y derivados (helados, nata, mantequilla, yogures enteros, quesos grasos,...). Consuma preferentemente aceite de oliva y evite los aceites de coco y palma, presentes frecuentemente en productos de bollería, fritos y precocinados. Introduzca en su dieta frecuentemente los pescados blancos y en especial los azules (sardina, trucha, atún, salmón,...).
Evite el consumo de alcohol. Si desea hacer algo realmente importante por su salud: NO FUME. Haga ejercicio físico de forma regular. (6)

Qué actividades de prevención están indicadas en la población general para detectar la hipercolesterolemia:

Controles periódicos entre 35-65 en hombres y 45-65 en mujeres (intervalo sin determinar, podría ser cada 5 años o más si no hay factores riesgo cardiovascular [FRC]).No hay razones para recomendarlos en personas > 65 asintomáticas (considera caso a caso según factores de riesgo, esperanza de vida…).En adultos jóvenes (varones de 20-35 y mujeres de 20-45) se debe realizar controles periódicos de lípidos si hay otros factores de riesgo para enfermedad coronaria. En los controles se debe determinar nivel de colesterol, HDL. No hay evidencias suficientes para aconsejar la determinación de triglicéridos. (7)

Recomendamos la siguiente clasificación simplificada de las hiperlipidemias por sus implicaciones terapéuticas:

• Hipercolesterolemia límite: colesterol total 200-249 mg/dl (5.17-6.45 mmol/l) y triglicéridos < 200 mg/dl (2.26 mmol/l)

• Hipercolesterolemia definida: colesterol total > 250 mg/dl (6.45 mmol/l) y triglicéridos < 200 mg/dl (2.26 mmol/l). En prevención secundaria y en pacientes diabéticos hablamos de hipercolesterolemia definida para valores de colesterol > 200 mg/dl (5.17 mmol/l).

• Hipertrigliceridemia: colesterol total < 200 mg/dl (5.17 mmol/l) y triglicéridos > 200 mg/dl (2.26 mmol/l). En prevención secundaria y en pacientes diabéticos hablamos de hipertrigliceridemia para valores > 150 mg/dl (1.69 mmol/l).

• Hiperlipidemia mixta: colesterol total > 200 mg/dl (5.17 mmol/l) y triglicéridos > 200 mg/dl (2.26 mmol/l). (5)

Los aceites vegetales no contienen colesterol, ya que el colesterol es propio del reino animal y por ende tanto el girasol, la oliva o el maní no tienen colesterol, ya que ningún aceite vegetal puede tener colesterol.

La calidad de un aceite vegetal no se debe medir por el contenido o no de colesterol, sino por su procesamiento y por la pureza en la extracción. Las grasas animales (tocino, manteca) se encuentran en estado sólido a temperatura ambiente. Los aceites, además de contener distintos porcentajes de ácidos grasos o grasas según el tipo, contienen también vitamina E, lecitina y estades (sería el equivalente al colesterol de los animales, pero no posee sus efectos).

La importancia de consumir los aceites vegetales se debe a que son prácticamente la única o más importante fuente de ciertas grasas que son indispensables para nuestro organismo: son lo que llaman las grasas insaturadas.

Cuanto mayor sea su porcentaje, más beneficioso será su consumo para nuestra salud. Esto por supuesto dentro de unos límites ya que todos saben que no debemos abusar del aceite ya que tiene muchas calorías. Entre los aceites más interesantes para nuestra salud, encontramos los de: oliva, girasol, maíz, nuez, germen de trigo y soja. En general, todos estos aceites tienen un efecto reductor sobre los niveles de colesterol en sangre y por tanto, tienen un efecto anti-arteriosclerosis.

La mejor manera de consumir un aceite es en forma cruda, que es como mejor mantienen sus propiedades. (Conforme los calentamos van perdiendo sus buenas virtudes). (8)


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