Cancer, indice de Loeb y ley de Maxwell. Nueva aportacion
Autor: Dr. P. García Férriz | Publicado:  28/03/2012 | Oncologia , Articulos | |
Cancer, indice de Loeb y ley de Maxwell. Nueva aportacion .1

Cáncer, índice de Loeb y ley de Maxwell. Nueva aportación

García Férriz, P.

Agradecimientos

Agradecemos mucho y muy sinceramente a los doctores que forman parte del Tribunal Científico de PortalesMédicos.com y a los del Tribunal Científico ajeno a la Editorial su actitud totalmente altruista para favorecer la labor de difusión a todos los investigadores de habla hispana.

A todos ellos, nuestra más sincera gratitud y un emocionado abrazo.

Índice
Resumen. Palabras clave
Cáncer de origen endógeno
Cáncer de origen exógeno
Fase de iniciación
Fases de formación y proyección
Comentario
Figuras
Bibliografía

Resumen

Cuando se trata de investigar un difícil tema científico, siempre se encuentran serias dificultades cargadas de puntos muy oscuros como así lo es, hablar del verdadero origen de todos los procesos tumorales. Indudablemente, mucho se ha avanzado, pero aún es poco. Nos encontramos ante un dificilísimo cuadro encajado en una profunda penumbra. Aquí intentamos con las suficientes pruebas, abrir el ventanal que nos aporte la suficiente luz, y así poder ver con claridad esos puntos oscuros que hasta ahora han constituido una terrible pesadilla durante siglos al mundo científico.

En este trabajo se expone una serie de nuevos conceptos que aparecen como resortes unidos entre sí. Estos resortes permanecen encadenados, como eslabones, sin romperse ninguno de ellos. La cadena a la que nos referimos la denominamos “teoría electrobioquímica”.

El CÁNCER, como se sabe, puede ser de origen endógeno o exógeno. Intentamos aclarar por qué y cómo se inicia y termina la patología electrobioquímica. Aquí se exponen los suficientes fundamentos para tratar de demostrarlo.

Palabras clave: PATOLOGÍA ELECTROBIOQUÍMICA, desequilibrio iónico, elevado voltaje, fuer¬te intensidad eléctrica, ley de MAXWELL y CÁNCER.

Cáncer de origen endógeno

Tanto la célula nerviosa como la muscular deben estar siempre en un balance de equilibrio perfecto. Si el equilibrio iónico se rompe puede fácilmente producirse una peligrosa hiperexcitabilidad de la membrana celular. A esta hiperexcitabilidad le sigue inmediatamente un aumento de los voltajes de los canales iónicos. Llegado a este punto nos detendremos en puntualizar y matizar las causas que pueden producir el desequilibrio iónico, que puede ser el causante de la patología electrobioquímica; y ésta produciría un proceso tumoral.

Los cationes K+, Na+, Ca2+ y Mg2+ (índice de LOEB)3 que tienen carga positiva (+), al producirse la hiperexcitabilidad de la membrana celular, aumenta el voltaje en los ca¬nales de sodio (Na). A continuación se produce un aumento de la intensidad eléctrica, y esta intensidad arranca los electrones (–) de las proteínas mitocondriales, mitosólicas y nucleares, y, muy especialmente, de la abundante grasa que tapiza la membrana celular. Aquí se ha producido un aluvión de cargas negativas (–), que al llegar al cono axial intracelular (cono anóxico) aumenta aún más la intensidad eléctrica por estar invadida dicha zona de abundantes canales iónicos de sodio que actúan como excitantes (Figura 1). En esta zona sólo existen canales de sodio (7). Y a partir del cono axónico se inicia el disparo eléctrico, que es conducido a través del axón y sus correspondientes sinapsis (Figura 2) hasta sus puntos finales (dianas).

Ahora bien, ¿qué canales pueden provocar el inicio de la patología electroiónica? Vamos a exponer en primer lugar la etiopatogenia que se produce en los canales ióni¬cos.

Esta patología explicaría el porqué se produce esencialmente la neoplasia en todas las edades, sin excepción alguna, aunque más aún en la edad de la senectud. Pero interesa conocer cuáles son las alteraciones iónicas y sus efectos, capaces de producir la patología electroiónica. Empezaremos por el calcio (Ca2+).

Los iones cálcicos constituyen la fracción fisiológica más activa del índice de Loeb. El calcio inhibe la excitabilidad de todos los tejidos (1). La falta de calcio ionizado produce hiperexcitabilidad del sistema nervioso y muscular (1).

Los iones de calcio contribuyen a modular el tono del sistema nervioso vegetativo (1), teniendo en tal sentido cierto interés el cociente Ca2+ / K+. También ejerce una acción estabilizadora sobre sistemas coloidales (1), en clara oposición a la tendencia licuefaciente del sodio (Na+) y del potasio (K+) (1).

Los iones de magnesio (Mg2+) estimulan la fagocitosis (1) y contribuyen, como el calcio, a regular la excitabilidad hística (1). La falta de magnesio, al igual de la falta de calcio, produce excitabilidad celular (1).

Ateniéndonos a la fisiología de estos elementos biogenésicos, para curar mi propia enfermedad (neoplasia de recto), decidí tomar calcio y magnesio junto a la quimioterapia prescrita por la doctora Nuria Cárdenas Quesada. El cáncer de recto tenía 12 centímetros de extensión, ocupando todo el recto medio (2,3). Tomé 3 litros diarios de agua mineral de la Sierra de Cazorla (Jaén), rica en calcio y magnesio y pobre de sodio. La alimentación consistió (y aún me mantengo en el mismo régimen) en frutas, verduras y legumbres, esencialmente, anulando la sal totalmente. El resultado fue la curación en menos de 25 días (2,3).

De lo expuesto anteriormente, me ha llamado mucho la atención que la escasez de magnesio produce hiperexcitabilidad celular. En cambio, la escasez de sodio no la produce; su acción es opuesta a la del magnesio. Pero si se aumenta la proporción de sodio, sí se produce una hiperexcitabilidad. Luego, de aquí se deduce que ambas corrientes son antagónicas. Es necesario, pues, que toda corriente iónica debe estar siempre en un perfecto equilibrio.

Los iones de potasio (K+), por otra parte, intervienen en el manteniendo del equilibrio ácido-básico (1). El calcio es un modulador fisiológico del sistema nervioso (1), por lo tanto, la hiperexcitabilidad que crearía un predominio del K+ es neutralizada por el ión Ca2+. Por lo expuesto, consideramos la necesidad de que exista inexorablemente un perfecto equilibrio iónico en la membrana celular.

Como es sabido, durante el proceso de excitación la formación de la acetilcolina es coincidente con el proceso de excitación (1); y como dicha hormona es también excitante, ello hace que el proceso de excitación celular se vea más aumentado. Decimos esto porque está demostrado que el K+ hace liberar la acetilcolina (1). Luego, aunque la suelta de iones potásicos sea posterior a la formación de la acetilcolina, no le resta valor alguno a la influencia del potasio para la formación de dicha hormona.

Hemos hecho este breve comentario para así tratar de potenciar nuestro criterio sobre la enorme importancia que tiene el evitar la hiperexcitabilidad celular.

Como vemos, aquí se marca también el antagonismo potásico-cálcico, de la misma forma que existe antagonismo entre el sodio-magnesio. Por todo ello consideramos que al índice de Loeb (3) hay que concederle mucha importancia en la investigación sobre la etiopatogenia tumoral de origen endógeno. Este es nuestro personal criterio.

Y finalizamos nuestro estudio sobre el ión potásico recordando que dicho ión es el más radiactivo de todos los elementos biogenésicos, lo que se debe a la presencia del isótopo 40K, que viene a constituir el 0,01 por 100 del potasio natural (1). De aquí que no podamos evitar lanzar la siguiente interrogante: ¿el aspecto monstruoso que presentan las células malignas, se debe a la presencia y al aumento de dicha radiactividad?

Los iones de sodio se hallan en forma de cloruros, fosfatos y carbonatos en todos los tejidos y líquidos orgánicos (1), pero su concentración es siempre mayor en los líquidos extracelulares (plasma hemático, linfático, etc.) que en el interior de las células. Tienen una acción excitante, y su exceso, si no es contrarrestado por su antagonista el magnesio, puede provocar una peligrosa hiperexcitabilidad. Por lo tanto, al igual que el K+, Ca2+ y Mg2+, el Na+ es un ión muy preciso para el mantenimiento de una normal excitabilidad celular, tanto nerviosa como muscular.

En resumen

El equilibrio iónico estará asegurado cuando los iones K+, Na+, Ca2+ y Mg2+ (índice de Loeb) se encuentren en proporción claramente definida. Una patología de cualquiera de estos iones, bien por exceso como el ión Na+, o por disminución como sucede con el ión Mg2+, por ejemplo, es suficiente para provocar una peligrosa excitabilidad de la membrana celular, nerviosa o muscular.


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