Venezuela. Perfil de Salud
Autor: Dr. Jose Luis Villegas Peñaloza | Publicado:  2/10/2007 | Gestion Sanitaria , Medicina Preventiva y Salud Publica | |
Venezuela. Perfil de Salud.2


La malaria abarca una zona de transmisión del 23% de la superficie del país por debajo de 600 metros sobre el nivel del mar, donde viven cerca de 720.000 habitantes. Desde 1996 ha estado limitada a 45 municipios ubicados la mayoría en los estados Sucre, Bolívar, Amazonas, Barinas, Delta Amacuro, Apure y Táchira. En el año 2000 se han notificado 30.234 casos autóctonos, 38,3% más que en 1996 (21.852), a expensas fundamentalmente de Sucre, Bolívar y Amazonas que concentran el 91,5% de la morbilidad, asociada a factores demográficos (flujo migratorio), socio-culturales, geográficos y técnicos como son: desconocimiento por los niveles regionales de la etología y biología de los vectores involucrados en la transmisión, así como la resistencia detectada a algunos insecticidas en los estados Sucre y Barinas. Esta tendencia ascendente desde 1996, sobre todo en el estado Sucre, coincide con los ajustes por los cambios ocurridos consecuentes a la descentralización del programa de control debido a deficiente integración a nivel local, coordinaciones inadecuadas, recursos y actividades de control no priorizados, dificultades en el diagnóstico y tratamiento de casos e insuficientes supervisión, asesoría y evaluación. Los adultos jóvenes del sexo masculino, han sido siempre los más afectados. En el año 2000, el Plasmodium vivax determinó el 84% de los casos reportados y el Plasmodium falciparum el 15,6%, este último predominó en los estados Bolívar y Amazonas, donde se ha detectado resistencia a drogas antimaláricas y ha ocurrido el 75% de las 24 defunciones registradas por esta enfermedad en ese año; del 25% restante, a pesar de haber fallecido en otros estados, el probable origen de la infección corresponde también a Bolívar y Amazonas.

 

El dengue clásico y hemorrágico se comportan de manera endemoepidémica en todo el país. En los últimos años han circulado simultáneamente los serotipos 1, 2 y 4, a los que se sumó el serotipo 3 a partir del año 2000. El año 1998 ha sido el de mayor incidencia con 37.586 casos notificados (31.863 clásicos y 5.723 hemorrágico), la que ha ido disminuyendo progresivamente en los años subsiguientes, alcanzando 21.101 casos en el 2000 (18.915 clásicos y 2.186 hemorrágicos); aunque los índices aédicos de casas y depósitos se mantienen altos en el año 2000 (20,7% y 10,3%, respectivamente). Estos indicadores deberán estratificarse por municipios y localidades para determinar sus causas. El principal problema con el dengue es el daño económico y en particular, la mortalidad que ocasiona el dengue hemorrágico (31 defunciones en 1999). Las dificultades para la prevención de esta enfermedad están dadas fundamentalmente por la insuficiencia y mal uso de los recursos, falta de evaluación de las intervenciones para el control del Aedes aegypti, escasa participación de la población en la eliminación de los criaderos e inadecuado saneamiento ambiental.

 

En fiebre amarilla no se notificaron casos desde 1980 a 1997. En 1998 se presentó un brote en un pueblo indígena Yanomami con 15 casos y cuatro muertes, en la región de Parima, Amazonas. En 1999 falleció por esta enfermedad un turista extranjero, probablemente infectado en la región de Canaima, Bolívar. El sistema nacional para la vigilancia y control de esta enfermedad se está fortaleciendo y deberá ser más estricto en la aplicación del Reglamento Sanitario Internacional, en particular con la exigencia de la vacunación antiamarílica a viajeros procedentes de países infectados.

 

La enfermedad de Chagas es considerada de riesgo para aproximadamente 6 millones de personas que viven en 198 municipios de 14 entidades federales, dentro de un territorio de 101.488 Km2. Históricamente los estados más afectados han sido Trujillo, Lara, Portuguesa y Barinas, debido a sus características geográficas de pie de monte, con zonas cafetaleras y viviendas de bahareque y paja, que facilitan la infestación por Rhodnius prolixus, principal vector intradomiciliario. La aplicación de insecticida y el mejoramiento de las viviendas disminuyó la prevalencia de Chagas, de alrededor del 45% en los años 50 a menos del 10% en la década del 90. Los estados con mayores tasas de prevalencia para el período de 1992-2000 son Carabobo (35,7%), Lara (15,8%), Anzoátegui (9,9%), Portuguesa (9,7%), Táchira (9,5%) y Cojedes (8,9%).

 

En el año 2000 el índice de seroprevalencia fue de 8,3%, predominando en la regiones occidental y central. El índice de seroprevalencia en el año 2000 en los menores de 10 años fue del 1%, mientras que para los años del 96 al 99 se mantuvo por debajo del 1%, lo que significa que la transmisión está aumentando en la población que no había nacido cuando la prevalencia de esta enfermedad era elevada. Los indicadores entomológicos de infestación a Rhodnius prolixus han venido ascendiendo, de un índice casa de 0,7% en 1990 a 5,2% en el año 2000, este último es el más alto de la década. Asimismo los índices parasitológicos presentan un incremento notable en este período, de un índice de infección casa a Trypanosoma cruzi de 0,04 a 0,5%, lo que está acorde con el mayor índice de seroprevalencia en los menores de 10 años. El programa de Chagas requiere ser priorizado, para el desarrollo efectivo de las labores de control en las áreas chagásicas.

 

La Esquistosomiasis comprende un área ubicada en la Región Centro–Norte del país con una extensión de 15.000 Km2 (1,6% del Territorio Nacional) con una población de 1.690.970 habitantes en riesgo que reside en los estados Aragua, Carabobo, Miranda, Norte de Guárico y Distrito Capital. En otros estados fuera de esta área endémica, el caracol (Biomphalaria glabrata) ha sido identificado en Monagas (Caripe), Cojedes (Tinaquillo), Lara (Valle Anzoátegui) y Portuguesa (Biscucuy y Chabasquén). Ha habido un descenso en las actividades de control para el período 95-2000 en comparación al de 1990-94, afectándose la pesquisa y tratamiento en el huésped susceptible (Hombre), así como en la eliminación del huésped intermediario (caracol), lo que es debido a dificultades administrativas y presupuestarias del Programa de Control de la Esquitosomiosis. En estos mismos períodos se observa un incremento de los índices de positividad por los métodos coprológicos en el 3,9%, por la Técnica de Elisa de 34,1% y por la Prueba de Precipitina Circumoval (P.P.C.O. ) de 20,3%.

 

La oncocercosis en Venezuela representa el 18,3% de la población en riesgo para la región de las Américas, siendo el tercer país en importancia. Existen tres focos: nororiental, norcentral y sur en los que hay 609 comunidades endémicas registradas; el 76,3% pertenecen al foco nororiental. La población elegible que debe recibir tratamiento masivo con Ivermectina en dos rondas anuales durante 10 años corresponde a 84.492 personas. Durante el año 2000, de esa población únicamente se logró el 10,3% de cumplimiento con las dos rondas de tratamiento y en el primer semestre del 2001 se alcanzó en la primera ronda el 7,3%, lo que pronostica que a pesar de cualquier esfuerzo que se haga la cobertura al concluir el 2001 será inferior a la del año anterior. Esto se debe a que el programa operaba bajo la responsabilidad del Instituto de Biomedicina con fondos de un préstamo del Banco Mundial, con muy poca participación de otras instancias del Ministerio de Salud y Desarrollo Social. Al haberse agotado estos fondos, las operaciones de tratamiento se vieron afectadas, lo que aunado a la falta de integración del Programa, es la causa de estas coberturas tan bajas.

 

La leishmaniasis cutánea es endémica en todo el país a excepción del estado Nueva Esparta. Es más frecuente en hombres de 15 a 44 años dedicados a labores agrícolas. En el año 2000 el 92% de los 2.528 casos registrados, presentaba la forma cutánea localizada. Los estados con tasa de incidencia más alta que la media nacional (10,5 por 100 mil habitantes) son: Mérida, Trujillo, Lara, Sucre, Táchira, Cojedes y Anzoátegui.

 

La lepra dejó de ser un problema de salud pública en 1997. La tasa de prevalencia en el año 2000 fue de 0,6 por 10.000 habitantes. El problema persiste en los estados: Cojedes, Portuguesa, Barinas, Apure y Trujillo. La detección de casos nuevos es más frecuente al avanzar en edad, siendo mayor en el sexo masculino, con predominio en zonas rurales y urbanizaciones no consolidadas. La forma multibacilar es la más prevalente.

 

La tuberculosis pulmonar bacilífera y todas las formas no han variado en los últimos años, con tasas de 15,6 y 26,1 por 100.000 habitantes en 1991 a 15,0 y 25,2, respectivamente en el 2000. En los años 1999 y 2000 se registraron 8 meningitis por esta causa en menores de cinco años, de las cuales cinco pertenecían al estado Zulia, además de un fallecido en esas edades por tuberculosis miliar en 1999. La vacunación BCG a nivel nacional presenta una cobertura promedio por encima del 95% para estos dos años, la que aumentó de 86,2% en 1994 al 99,5% en el 2000. En el estado Zulia la cifra de cobertura registrada para el año 1999 fue de 84,7% y para el año 2000 de 107,0%, indicador que hay que discriminar más para poder precisar los municipios y comunidades de mayor riesgo, que expliquen la alta incidencia de meningitis tuberculosa y la forma miliar en menores de cinco años para ese estado, ya que estas formas graves de tuberculosis en estos niños aparecen generalmente cuando no han recibido la vacunación BCG. De 1994 al 2000 el porcentaje de sintomáticos respiratorios (S.R) identificados de 15 años y más descendió prácticamente a la mitad, de 6,9 a 3,6%, valor inferior al 5% de captaciones esperadas, mientras que la realización de baciloscopia a estos aumentó de 29,1% a 53,2%, sin embargo, este porcentaje no es suficiente para producir impacto epidemiológico. La proporción de casos positivos en primeras muestras examinadas en S.R. por baciloscopia disminuyó de 5,9% a 3,9%, cifra que aún está por encima del 2% esperado por el Programa Nacional, lo que epidemiológicamente significa que si aumentamos el número de S.R. captados y de baciloscopias realizadas a los S.R. con el rendimiento alcanzado de muy cerca del 4%, el número de enfermos de Tb infectantes (Bk+), deberá ser superior. La proporción de baciloscopia positiva es de 1,5, índice que se considera aceptable. En la evaluación del tratamiento para 1999, el 81,8% fue curado, abandonos el 9,0% (alto), fracasos el 0,2%, transferencia el 4,6% y defunciones el 4,4%. Actualmente en la aparición de la tuberculosis está influyendo además del crecimiento demográfico y las migraciones, la coinfección Tb/VIH/SIDA. En 1999 hubo un total de 729 defunciones por tuberculosis. En el grupo de 15 a 49 años se presentó un promedio de siete muertes por cada año de edad, cifra muy parecida al promedio de ocho fallecidos por año para todas las edades. Esto denota la influencia que tiene el VIH/ SIDA en la mortalidad de jóvenes y adultos menores de 50 años.

 

El SIDA para el período 1983 a 1999 aparece registrado con 8.047 casos y 4.726 defunciones, estimándose un elevado subregistro. De acuerdo a informe de ONUSIDA, el número de personas que vivían en 1999 con el virus en el país era de 62.000 (promedio de un escenario alto, 83.000, y bajo, 40.000). No hay datos sobre el número de portadores con el VIH. La vía de transmisión más frecuente al analizar la incidencia acumulada, fue la sexual, con el 90,3% (homosexual 41,5%, heterosexual 31,7% y bisexual 17,1%); la sanguínea el 4,3% (2,0% drogas IV, hemofílico 1,3% y transfusiones 1,0%); la vertical el 2,3% y la mixta el 2,3%. Hay un franco predominio en el sexo masculino, aunque la tendencia de la incidencia en mujeres es ascendente. La razón hombre/mujer en 1990 fue de 10:1 y en 1999 de 5:1. El 50% de los casos contrajo la enfermedad entre los 15 y 24 años. Las edades más afectadas por SIDA son las de 25 a 34 años. Los estados con mayores tasas de morbilidad son el Distrito Capital con 167,8 por 100.000 habitantes y Nueva Esparta con 37,5 por 100.000 habitantes. En 1999 hubo 1.243 defunciones, con un promedio de muertes por años de edad de 2,4 veces más para el grupo de 15 a 49 años, al compararse con el de cada año para todas las edades.

 

Es imprescindible contar con un sistema de vigilancia epidemiológica que funcione de manera articulada con la red del sistema de información del Ministerio de Salud y Desarrollo Social que permita una integración más efectiva entre el nivel local y el programa nacional. El Ministerio de Salud y Desarrollo Social ha destinado fondos para atender la demanda de medicamentos en las personas que viven con VIH/SIDA. Es necesario ser muy estricto en la aplicación y control de los esquemas terapéuticos con el fin de evitar la aparición de resistencia.

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