El diagnóstico confiable de esófago de Barrett (EB), depende primero de un efectivo reconocimiento de las características endoscópicas que permitan sospechar su existencia, seguido de una adecuada toma de muestras de biopsias que faciliten el diagnóstico de la presencia de metaplasia epitelial cilíndrica asociado o no a displasia.
La sensibilidad de la endoscopía para detectar EB está relacionada con la longitud de la mucosa comprometida, dificultándose en aquellos casos con esófago de Barrett (EB) de segmento corto (menor de 3 cm). El desarrollo de técnicas que favorezcan una determinación cada vez más temprana de esta enfermedad, ha influenciado el perfeccionamiento de herramientas diagnósticas, surgiendo así la cromoendoscopia.