La contaminación de ríos y arroyos por contaminantes químicos se ha convertido en uno de los problemas ambientales más graves de nuestra sociedad. El desarrollo cada vez más intenso de los procesos tecnológicos industriales en que se emplean metales y los residuales que se arrojan diariamente hacia los mares, ríos y lagos contribuyen en gran medida a la contaminación metálica del ambiente y con ello de los alimentos que son después consumidos por la población humana.