La insuficiencia renal crónica (IRC) puede definirse como la entidad final a la que pueden arribar las enfermedades renales primarias, o secundarias y cuya característica esencial es la disminución progresiva de la función renal.
Aunque la evolución de la IRC progresiva e irreversible, es lenta, sin predominio de graves manifestaciones clínicas propias en sus fases iniciales e intermedia en los estadíos avanzados de la enfermedad, cuando ya el deterioro de la función renal es muy severo, se establece el conocido síndrome urémico como resultado de los efectos tóxicos producidos por la retención de metabolitos nitrogenados y otros desechos metabólicos en sangre junto al fallo metabólico y endocrino del riñón.