El avance de la Medicina y la mejoría en las condiciones sanitarias han permitido controlar muchos factores de riesgo de enfermedades que ocasionaban la muerte en etapas más tempranas. Sin embargo, esto ha acarreado otra problemática: la aparición de patologías propias de edades más avanzadas como la hipertensión arterial sistémica, diabetes mellitus, cardiopatías, enfermedad vascular cerebral, deterioro cognitivo, incluso demencia, entre otras.