Las variables fueron analizadas, y revelaron, que al distribuir la muestra, por grupo de edades, predominó el de 55 a 65 años, así mismo, el conocimiento acerca de la prevención, métodos diagnósticos, y el autoexamen de mama, fue deficiente al inicio de la intervención, posterior a esta, se obtuvieron resultados favorables. Lo que permitió a los autores concluir que, un buen programa educativo, puede cambiar la esperanza de vida, ya que los conocimientos adquiridos, disminuyen factores de riesgo.