Por ello pensamos que utiliza sus
síntomas y enfermedad como alternativa para expresar lo que siente, a través
del dolor: para ser tenido en cuenta, ser reconocido y querido aunque sea por
lástima. Creemos que la programación genética con la programación familiar y
social en los primeros años de vida del sujeto instalará en él determinados
Mandatos que repetirá en su entorno familiar y social en su vida adulta;
encontrando entre ellos:
No demostrar lo que siente
No expresar lo que piensa
No disfrutar
No ser él mismo
Y como Impulsor fundamental:
Ser fuerte (en contra posición a su inseguridad).
Estos Mandatos e Impulsores de no
reveerlos y modificarlos actuarán
como importante factor de riesgo.
Estos pacientes mantienen una triangularidad interna y externa desde el Sistema
Normativo Negativo (S.N.-) es decir su dinámica es de perseguidor, salvador y
víctima, en contraposición al Sistema Normativo + (S.N.+) donde sus roles son
de ayudador, orientador y víctima real.

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S.: Salvador
A.: Ayudador
P.: Perseguidor
O.: Orientador
V.: Victima
V.R.: Víctima Real |
Por lo tanto, generalmente
complementan esta triangularidad interna aprendida en su infancia con la
formación de una pareja argumental con características iguales u opuestas a su
familia primaria para seguir siendo dependientes de un tercero.
Al decir pareja argumental
(esposa\o, hijo\a, madre\padre), nos referimos a la figura de dependencia y
descalificación que fue vivenciada en la infancia y repite como complemento en
su vida adulta para no romper así los Mandatos que lo confrontarían con su
vivencia catastrófica de abandono-muerte. En contra posición a ser él mismo.
Esto es importante tenerlo en
cuenta porque este mecanismo desde el S.N.-. es el que generalmente utilizan los
pacientes en forma incinciente en la internación en la Unidad Coronaria con el
médico de cabecera. Ya que necesitan del Salvador (Médico) pues su posición
existencial en su entorno familiar y social generalmente es de Víctima o
Perseguidor. Mecanismo que habitualmente utilizan con su pareja argumental para
sentirse reconocido.
Muchas veces nosotros como
cardiólogos nos enganchamos con el paciente sintiéndonos perseguidos y
agredidos.
El paciente coronario desde su argumento negativo necesita la imposición en
busca de la sobreprotección de la que después reniega y descalifica.
Por lo tanto la actitud médica
(desde nuestro S.N.+.) debe ser la información al paciente (no solo al
familiar, si el cuadro clínico lo permite) de la causa que motiva la
internación y posibilidades en la evolución con la contención adecuada.
Quizás es ese momento donde más
podemos ayudar al paciente a que comience a replantearse el hacerse cargo de su
vida , ya que muchas veces el engancharse con la bronca, la culpa, o la lástima
solo servirá para reforzar su argumento de soledad y abandono.
Estas dificultades las encontramos en prácticamente todos los paciéntes en
seguimiento ; y aunque no nos acreditan a decir que toda persona con estas
características desarrollará una enfermedad coronaria, es relevante tenerlas
en cuenta como un importante factor de riesgo coronario.
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