Injertos en Cirugia Ortopedica
Autor: Dr. Yovanny Ferrer Lozano | Publicado:  14/04/2008 | Traumatologia | |
Injertos en Cirugia Ortopedica.2

Dividido en tres fases, el proceso de incorporación de un injerto óseo es un mecanismo complejo que varía dependiendo del sitio de colocación  y el tipo de injerto utilizado (5):

 

  • Fase temprana (1 a 3 semanas): Osificación membranosa  en la zona adyacente a la cortical ósea y la conversión del hematoma posoperatorio en estroma fibroblástico alrededor del injerto.
  • Fase intermedia (4 a 5 semanas): Incorporación y remodelación del injerto con una zona central cartilaginosa y osificación endocondral alrededor de la misma.
  • Fase tardía (6 a 10 semanas): Mayor cantidad de médula ósea en formación de hueso cortical alrededor de la zona central y remodelación ósea.

 

Las tres fases ocurren simultáneamente siempre y cuando se trate de un hueso autólogo, el cual debe ser trabecular, córtico trabecular o cortical. El trabecular posee las células vitales para la osteogénesis, que sobreviven cuando el hueso receptor realmente tiene un buen aporte sanguíneo. El corticotrabecular es muy útil para reconstruir la anatomía ya que se puede adaptar contorneándolo al lecho receptor, la porción trabecular es colocada contra el huésped y la cortical hacia la superficie externa. Este provee la mayor parte de la proteína osteogenética, de gran importancia en la segunda fase de la cicatrización ósea. La cortical sola como injerto provee una estructura muy resistente, para su cicatrización se da únicamente la fase de osteoconducción. Puede actuar como barrera para la invasión del tejido blando, comportándose de manera similar a una membrana microporosa usada para regeneración ósea guiada.

 

La viabilidad del injerto óseo estará dada por la conservación de la vitalidad celular y la revascularización temprana. De aquí la importancia de un tiempo extracorpóreo no prolongado (5).

 

Discusión

 

En 1978 Mc Kibbin definió la osteogénesis reparadora como un proceso actuado en la naturaleza por el sinergismo de múltiples factores anatomofuncionales, locales y generales, solicitados y condicionados por los estímulos intrínsecos y extrínsecos adecuados. Según B. Moyen y J.J. Comtet, existe una ley fundamental bien evidenciada: la osteogénesis está determinada por la condición local de los planos biológico y mecánico (6). 

 

El plano mecánico dado por la estabilidad del foco fracturario. El biológico por la condición local del pH, el oxígeno y la vascularización local. El hueso puede considerarse como un mate­rial trifásico, una fase es la hidroxiapatita, otra el colágeno y la última la sustancia que mantiene unidos los cristales de Hidroxiapatita (7,8).

 

Las cargas producidas bajo el efecto piezoeléctrico se almacenan en la masa y modifican su estructura eléctrica. La cohesión del sistema estará condicionada por el es­tado eléctrico de cada una de las moléculas o por sus “niveles de polarización”, así el injerto aumenta considerablemente su resistencia mecánica al quedar invadidos por la proliferación del tejido óseo de neoformación (9).

 

El hueso es un tejido en regeneración constante y cíclica en la que participan los osteoblastos y osteoclastos. Los primeros en contacto con el borde osteoide sintetizan la matriz orgánica, sufren cambios morfológicos con el proceso de mineralización  convirtiéndose en osteocitos.

Los osteocitos pasan por varias fases de maduración hasta que quedan completamente rodeados por la matriz y se mantienen en un estado de aparente reposo. La fase formativa tiene lugar cuando todavía mantienen una actividad osteoblástica quedando atrapados en un tejido parcialmente osteoide. La fase de resorción corresponde a un período en el que esta célula  es capaz de resorber la matriz ósea, y  la fase degenerativa caracterizada por picnosis y fragmentación del núcleo (10). Esta última fase está mediada por la excreción de enzimas lisosomales capaces de producir un microambiente ácido como consecuencia del transporte de protones mediante la bomba de protones ATP-dependiente, el intercambio Na+/H+ y la anhidrasa carbónica y en el que se implican los osteoclastos (11).

 

Dadas las complicaciones de los autoinjertos y aloinjertos óseos, actualmente existen estrategias para tratar de aumentar las tasas de consolidación ósea en presencia de los mismos o reemplazarlos (13).

 

Bibliografía

 

  1. Baar A, Ibáñez A. Grafts and bone substitutes, and osteoconductive substances: state of the art. Revista chil. ortop. traumatol;47(1):7-23, 2006
  2. Gazdag AR, Lane JM, Glaser D, Forster RA. Alternatives to autogenous bone graft: efficacy and indications. J Am Acad Orthoped Surg 3:1-8, 1995
  3. Garza CP, Mendoza OF, Galván RM, Álvarez EL. Banco de hueso y tejidos: alta tecnología disponible para los ortopedistas mexicanos. Acta Ortoped Mex 18:261-265, 2004
  4. Safdar N, Khan F, Cammisa H Jr, Sandhu S, Ashish D, et al. The biology of bone grafting. J Am Acad Orthop Surg. 13:77-86, 2005
  5. Reddi, A.H.; Wientroub, S.; Muthukumaran, N.: Biologic Principles of induction.  Orthp. Clin. North. Am. 189: 207-12, 1987
  6. Barón ZK, Reyes-Sánchez A.  Injertos óseos en cirugía ortopédica. MG Cir Ciruj. 74(3):217-222, 2006
  7. Machado, P; Puertas, E; Taga, E; Nonose, N densitometry in the evaluation of the results obtained with the use of bovine BMP in spine arthrodesis in rabbits Acta ortop. bras;2005, 13(1):42-45
  8. Figueiredo, AS; Fagundes, D; Novo, NF. Devitalized bovine bone, porous coralline hydroxyapatite, castor beans polyurethane and autograft implants in rabbits Acta cir. bras;2004, 19(4):327-336
  9. Wie, Largeim T, Tolo K. Implant-tissue interface of endosseus dental implants in dogs. Validity of clinical evaluation methods. J P D. 1984; 52:76-81.
  10. Mashoof AA, Siddiqui SA, Otero M, Tucci JJ. Supplementation of autogenous bone graft with coralline hydroxyapatite in posterior spine fusion for idiopathic adolescent scoliosis. Orthopedics 2002 Oct; 25(10): 1073-6.             
  11. A Giamberardino, E; Merciadri, M; Sakugawa, F; Viotti, M. Materiales de injerto para tratamiento de defectos óseos periodontales: fundamentos clínicos y biológicos. Segunda parte Revista Fundación Juan Jose Carraro; 2004, 9(19): 30-35.
  12. Bonilla A; Pinaud R, Cárdenas C, Gallego F. Comparación osteointegradora entre dos tipos de implantes coralinos de diferente porosidad. Trabajo experimental en conejos. Revista Colombiana de Ortopedia y Traumatología, 1999;  Volumen 13(2)
  13. García R, Tapia A, Reyes J. Estudio del comportamiento térmico de la hidroxiapatita mediante las técnicas de espectroscopia infrarroja y análisis térmico diferencial Revista LatinAm. Met. Mat, 2002 ; 22(2)

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