Aterosclerosis. Riesgo vascular. Muerte Subita Cardiaca.3
Informes de un trabajo realizado en Cuba en el Centro de Investigaciones y Referencias de Aterosclerosis de la Habana (CIRAH), en fallecidos súbitamente mayores de 15 años mostraron un predominio en el sexo masculino del 64.1% de los casos estudiados, correspondiendo el 35.9% de los eventos al sexo femenino 4.
Un estudio sobre Muerte Súbita Coronaria Intrahospitalaria realizado en el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular (ICCCV) de Cuba mostró que de un total de 73 eventos repentinos el sexo masculino resultó afectado en una proporción de 4:1 8.
Sufrir una gran crisis aterosclerótica del corazón (Infarto miocárdico agudo, Muerte súbita), está en relación con la progresión de la lesión aterosclerótica desde el momento en que somos concebidos (genética), hasta la muerte. La probabilidad de un síndrome coronario agudo que ocasione la muerte será significativamente mayor después de la cuarta década de la vida en que acontecen lo que hemos llamado: Los cambios dinámicos de la Placa aterosclerótica: Placa Fibrosa (estable)-Placa Complicada (inestable), transformaciones determinadas por los factores de riesgo aterogénicos (ambiente).
La Dra. Corrons Perramon en España ha observado 2 picos de edades en la presentación del evento: desde el nacimiento hasta los 6 meses, síndrome de muerte súbita infantil (SMSI), y desde los 45 a los 75 años, en este caso estrechamente ligado a la enfermedad isquémica miocárdica, siendo más frecuente en los más jóvenes. En los de mayor edad es más habitual el desarrollo de una insuficiencia cardíaca 9. Similares resultados fueron reportados por B. Moretin y col. en dos estudios sobre muerte súbita en España, quien registró una mayor incidencia del fenómeno entre los 45 y 75 años de edad. La población de mayor edad según refieren tiende a fallecer por disfunción miocárdica 10, 11. Otros autores como Agustín Castellanos y colaboradores estiman que la aparición de este fenómeno en la etapa adulta, alcanza su máxima expresión a partir de la cuarta década de la vida y el incremento de la edad es un importante factor de riesgo que debe ser considerado 12.
La expresión mayor de los cambios que sufre la placa durante su evolución natural es la Trombosis, favorecida por factores del endotelio dañado, y factores vasculares que incrementan la actividad trombogénica. En nuestra serie de las enfermedades consecuentes de la aterosclerosis que con mayor frecuencia ocasionaron muerte repentina se documentó al infarto miocárdico agudo y los trastornos del origen y conducción del impulso eléctrico, expresión de una cardioesclerosis severa en ausencia de obstrucción coronaria.
Un estudio sobre la incidencia y la anatomía patológica de la muerte súbita presentado en un simposio internacional de cardiopatía isquémica en Granada España, mostró que en 70 cadáveres, el 44.0% presentaba una necrosis miocárdica aguda. El 36.0% de los segmentos arteriales en los fallecidos súbitamente presentaban más del 75.0% de reducción de la luz frente al 3.0% del grupo control. Las lesiones isquémicas derivadas de procesos ateromatosos son de mayor gravedad cuando se localizan a nivel de la arteria coronaria izquierda (interventricular anterior y circunfleja). De hecho la descendente anterior se ha denominado “La Arteria de la Muerte Súbita” 13.
El clásico estudio multicéntrico BEECIM, realizado en 102 hospitales de España, mostró que el 23.5% de los pacientes con diagnóstico de infarto agudo del miocardio mueren durante la primera hora del inicio de los síntomas 14. Resultados similares se obtuvieron del estudio AMIR (Ausburg Myocardial Infarction Register), el cual evidenció que el (30.0%) de los pacientes que fallecen tras sufrir un infarto agudo del miocardio mueren antes de la llegada al hospital, en la primera hora de su evolución 15 y el ERC (European Resuscitation Council) quién reconoció que en el 25.0% de los casos la MSC es la primera manifestación de la enfermedad coronaria 16, 17.
La detección de infarto agudo de miocardio (IAM) aumenta con el tiempo transcurrido desde el inicio de los síntomas premonitorios: 4.0% a los 30 minutos, 33.0% a la hora y 80.0% a las 24 horas 9.
En el 24.5% de los fallecidos no se corroboró definitivamente el diagnóstico ante la ausencia de estudios necrópsicos. En 116 pacientes, negativas a la investigación patológica impidieron poder establecer la causa orgánica (cardiopatía coronaria o estructural diversa) de la muerte. Es significativo mencionar que el 78.4% de estos fallecidos correspondían a edades de 60 años y más, donde el fenómeno aterosclerótico y las manifestaciones de falla circulatoria tienen su máxima expresión.
Conclusiones:
La presencia de lesiones ateroscleróticas en el sector vascular coronario de las victimas de muerte súbita resultó altamente significativo, predominando en el sexo masculino, en edades comprendidas de 60-74 años. El Infarto miocárdico agudo y los trastornos del ritmo cardíaco fueron las enfermedades consecuentes de la aterosclerosis que se documentaron con mayor frecuencia en los fallecidos súbitamente.
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