Del mito de la inmortalidad al paradigma emergente del cuidado de la vida humana
Autor: Lic. Neris Marina Ortega | Publicado:  22/05/2008 | Enfermeria , Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria | |
Del mito de la inmortalidad al paradigma emergente del cuidado de la vida humana.2

El filósofo griego Empédocles introdujo la tierra como un cuarto elemento y formuló el concepto de que la enfermedad es en primera instancia la expresión de un desequilibrio entre la perfecta armonía de los cuatro elementos: fuego, aire, agua y tierra.

 

Hipócrates 2 descendiente de Hércules, hijo de Asclepiades, hombre que con gran justicia ha sido considerado como el padre de la medicina, nació en Cos en el siglo V a. C. Cos y Cnido son las dos escuelas de medicina griega más famosas que florecieron dirigidas por Hipócrates. Estudiantes de ambas escuelas contribuyeron al Corpus hippocraticum (Colección hipocrática). Ninguno de estos trabajos menciona curas sobrenaturales. Se impusieron los valores éticos más elevados a los médicos, quienes tomaron el célebre juramento atribuido a Hipócrates, el juramento hipocrático. El conocimiento de la anatomía humana se basaba en la disección de los animales. La fisiología se basaba en los cuatro humores cardinales, o fluidos del organismo (sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra): este concepto procedía de la teoría de Empédocles de los cuatro elementos. Con la medicina hipocrática se constituye el saber técnico y se pasa del mito al logos.

 

Galeno de Pérgamo, también griego, fue el médico más importante de este periodo y el segundo después de Hipócrates en la historia médica de la antigüedad. A pesar de su autoridad indiscutible sobre la medicina de la edad media, sus principales doctrinas precisaron alguna elaboración. Galeno describió los cuatro síntomas clásicos de la inflamación (rubor, dolor, calor y edema) y realizó grandes aportaciones al conocimiento de las enfermedades infecciosas y a la farmacología.

 

Pensamiento mágico, religioso y resurgimiento del pensamiento hipocrático

 

Las cuatro fuentes principales de la filosofía medieval 5 fueron la filosofía clásica y las tres religiones más importantes de la época: el cristianismo, el judaísmo y el Islam. El filósofo medieval tenía una visión del mundo: la religiosa, la cual estuvo muy arraigada en la cultura de la edad media. La mayor figura intelectual de la edad media fue santo Tomás de Aquino, quien unió la ciencia aristotélica y la teología agustiniana en un amplio sistema de pensamiento que más tarde se convirtió en la filosofía autorizada de la Iglesia católica.  

A la infiltración progresiva en el mundo romano de una serie de pueblos extranjeros sucedió un periodo de estancamiento de las ciencias. La medicina occidental en los albores de la edad media 6 consistía en folclore, mezclado con una pobre comprensión de lo poco que se conocía de las enseñanzas clásicas. Incluso en la refinada Constantinopla las epidemias sirvieron para iniciar el resurgimiento de las prácticas mágicas. Sólo algunos médicos griegos extranjeros mantuvieron la antigua tradición frente a la creciente decadencia moral, la superstición y el estancamiento intelectual.

 

En el siglo VII, una extensa parte de Oriente fue conquistada por los árabes. En Persia, los árabes aprendieron medicina griega en la escuela de los nestorianos cristianos. Estas escuelas habían guardado muchos textos perdidos en la destrucción de la biblioteca de Alejandría.. Entre los médicos arabistas más celebres hay que citar: Al-Razi, famoso médico y escritor, el primero en identificar la viruela y el sarampión. y Avicena, cuyo famoso Canon de la medicina permaneció como el compendio oficial de las doctrinas de Hipócrates, Aristóteles y Galeno. Los arabistas del siglo XII fueron Avenzoar, primero en describir el parásito causante de la sarna y de los primeros en cuestionarse la autoridad de Galeno; Averroes, el más insigne comentarista de Aristóteles; el discípulo de Averroes, Maimónides, cuyos trabajos sobre nutrición, higiene y toxicología fueron muy leídos.

 

Europa sufrió en los comienzos del medioevo una completa desorganización de la fraternidad médica laica. Para cubrir la necesidad imperiosa de asistencia médica apareció una forma de medicina eclesiástica 7 la cual se extendió con rapidez por distintas instituciones de caridad destinadas al cuidado de los leprosos y de otras enfermedades.

 

 A principios del siglo XI, Salerno se convirtió en la primera facultad de medicina occidental. La enseñanza fue, al principio, práctica y secular y se centraba en la nutrición y en la higiene personal. En el siglo XII, la formación médica era teórica y escolástica en su mayor parte y se expandió hasta llegar a la Facultad de Medicina de Montpellier y más tarde a las universidades de París, Oxford y Bolonia.

 

 En el siglo XIII, se autorizó y apoyó la disección de cadáveres humanos y se dictaron estrictas medidas para el control de la higiene pública, pese a lo cual la medicina escolástica permaneció como expresión lógica del antiguo dogma.

 

Florecimiento del arte y adoración del cuerpo

 

El término renacimiento se utiliza fundamentalmente para describir el periodo en el que tuvo lugar un espectacular florecimiento de la vida artística e intelectual en Europa. El avance del saber, sobre todo de las ciencias naturales, impulsó en última instancia lo que se conoce actualmente por la revolución científica El método inductivo de Bacón representó un avance fundamental en ciencia al ser muy significativo en la mejora de las hipótesis.

 

Durante el renacimiento 8 no se produjo un cambio abrupto en el pensamiento médico, hubo un resurgimiento de las doctrinas de Hipócrates. Los artistas del renacimiento volvieron al estudio de la anatomía humana. Leonardo da Vinci realizó destacados y precisos dibujos anatómicos basados en la disección del cuerpo humano.

 

La publicación en 1543 del tratado de anatomía Humani corporis fabrica libri septem, obra del anatomista belga Andrés Vesalio, fue un hito en la historia médica. Demostró de manera evidente centenares de errores de la anatomía de Galeno junto a su contemporáneo Gabriel Falopio. Durante su tormentosa carrera, el médico y alquimista suizo Paracelso, fundador de la farmacoterapia, rompió con los tratados clásicos sobre medicina, descubriendo nuevos remedios químicos y defendiendo que las enfermedades se debían a agentes externos al cuerpo. Ambroise Paré, cirujano francés, facilitó la amputación quirúrgica gracias al uso del fórceps y al empleo de la ligadura, en lugar de la cauterización, para frenar la hemorragia.

 

La desacralización de la tierra, el pensamiento cartesiano y la racionalidad.

 

Los descubrimientos del astrónomo polaco Nicolás Copérnico 10 de que la tierra no era el centro del universo, el astrónomo y físico italiano Galileo y el matemático inglés Isaac Newton, la medicina del siglo XVIII se esforzó en adaptarse a la investigación científica.

 

Posteriormente Descartes 9 (1596-1650), filósofo, científico y matemático francés, considerado el fundador de la filosofía moderna trató de aplicar a la filosofía los procedimientos racionales inductivos de la ciencia y, más concretamente, de las matemáticas. Descartes busca en ella un nuevo método que le permita alcanzar la certeza y un nuevo fundamento de racionalidad. Para ello emplea el procedimiento de la duda hasta encontrar la única verdad de la que puede estar cierto: el famoso argumento “Cogito, ergo “Cogito, ergo sum” (“Pienso, luego existo”). Descartes se plantea la visión mecanicista del Universo y suscribe las tesis de Galileo. Más tarde Auguste Comte (1798-1857), filósofo francés, considerado el fundador del positivismo y de la sociología considera que el científico o positivo, supone el triunfo de la racionalidad positiva, en tanto que los hombres no buscan el origen del Universo sino las “leyes efectivas” de los fenómenos.

 

Este pensamiento cartesiano, newtoniano y positivista influye grandemente en el siglo XIX y XX, contribuyendo en un significativo avance de la ciencia y la biotecnología. Las contribuciones de la medicina de este periodo destacan el establecimiento de la patología por el anatomista y patólogo italiano Giambattista Morgagni 11; los estudios de fisiología experimental del naturista y biólogo italiano Lazzaro Spallanzani, quien refutó la doctrina de la generación espontánea; la investigación en fisiología neuromuscular del científico suizo Albrecht von Haller y los estudios de la tensión arterial del botánico, químico y fisiólogo británico Stephen Hales.

 

En 1796 el médico británico Edward Jenner descubrió el principio de la vacunación como medida preventiva frente a la viruela. Su contribución posibilitó el control de esta temida enfermedad y estableció la ciencia de la inmunización.

 

Muchos de los descubrimientos realizados en el siglo XIX hicieron posible los importantes avances en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad y de los métodos quirúrgicos. Hacia 1819, el médico francés René Théophile Hyacinthe Laënnec inventó el fonendoscopio, todavía hoy el instrumento más usado por los médicos. Numerosos clínicos británicos importantes asimilaron los nuevos métodos de diagnóstico de enfermedades; como resultado, sus nombres se convirtieron en familiares para la identificación de determinadas enfermedades.

 

La teoría de la evolución de Charles Darwin reavivó el interés por la ciencia de la anatomía y la fisiología comparadas; los experimentos sobre el cruce de plantas del biólogo austriaco Gregor Johann Mendel tuvieron un efecto similar ya que estimularon los estudios sobre la genética humana y la herencia.

 

De igual importancia son las contribuciones de Pasteur y del médico y bacteriólogo alemán Robert Koch en el campo de la bacteriología; el desarrollo de este campo se considera el avance individual más importante en la historia de la medicina. En pocas décadas, se aislaron las causas de procesos tan conocidos como el carbunco, la difteria, la tuberculosis, la enfermedad de Hansen (lepra) y la peste.

 

Un descubrimiento fundamental del siglo XX 12 fue el conocimiento de la transmisión de los caracteres hereditarios. En 1953 el físico inglés Francis Harry Compton Crick y el biólogo estadounidense James Dewey Watson propusieron una estructura química del ADN que explicaba cómo se transportaba la información genética. En la década de 1990 se inició el Proyecto Genoma Humano que tenía como objetivo identificar la localización de los genes humanos en los cromosomas.

 

Critica al pensamiento científico ¿qué pasó con el cuidado de la vida humana?

 

El pensamiento científico en relación con el cuidado de la vida desde Hipócrates hasta nuestros días ha sido desarrollado por lo que se puede llamar la sociedad del conocimiento. La acción, el poder y el dominio sobre el mundo, son privilegiados frente a la contemplación y el respeto. Se trata de transformar la naturaleza para beneficiarse de ella, siendo un elemento primordial de esa transformación la ciencia. En el campo biomédico, la biología y la medicina son instrumentos no solo para vencer la enfermedad, sino que llevados por su inspiración se convierten en verdaderos medios de modificación y transformación de la propia naturaleza humana. Ya no solo se trata de ayudar a recobrar la salud tratando a la naturaleza, sino que se interviene sustituyéndola o manipulándola.

 

En el campo antropológico la persona se concibe desde una perspectiva cartesiana. El hombre aparece identificado sin más con su dimensión pensante, relegando la corporalidad al mundo exterior como una cosa más de este mundo. En rigor, dentro del esquema cartesiano 13, ya no se habla del hombre, sino del “yo” del “ego”, la “res cogitans” estrictamente opuesta a la “res extensa” no es el hombre, porque el hombre tiene un cuerpo extenso; es sólo el “yo”. Y de este queda excluido la corporeidad, que aparece unida más bien a “lo otro del yo”, a lo que podríamos llamar “mundo”. Además, cuando la realidad se estructura desde la propia subjetividad, lo externo a ella queda a merced del ego que la fundamenta. El cuerpo en primer lugar, adquiere la categoría de la mundanidad y se convierte en un útil entre otros útiles 14. Este esquema produce una ruptura entre la razón y el cuerpo, que da lugar a dos conceptos equívocos: La reducción espiritualista de la persona (solo es conciencia) y la reducción ficista del cuerpo (solo biología).


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