Una vision de la antropologia filosofica de enfermería. La empatia como cuidado trascendental
Autor: Fanny Barbera | Publicado:  23/05/2008 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria , Enfermeria | |
Una vision de la antropologia filosofica de enfermería. La empatia como cuidado trascendental.2

El paciente se entiende como un cliente a quien hay que explotar económicamente, sacarle el máximo de ganancias económicas, y si el paciente carece de recurso se transforma en una carga, un estorbo de quien hay que salir lo más pronto posible, de la manera más cómoda, y a veces se llega a la barbaridad de no querer ni siquiera tocarlo para no contagiarse.

 

La relación de indiferencia es el tipo de relación, en donde el otro puede ser cualquiera, en donde cada individuo se transforma en un número, en un código, en un dato, en uno más de la masa; en un voto, en un soldado, en un compañero, en el chofer, en el panadero, en el vecino sin nombre, en el paciente de la cama 33. Siendo así, la relación desde la indiferencia las personas desaparecen como tales, nada importa, un muerto, tres muertos, da lo mismo; el paciente es el ocupante de un cuarto, de una cama, uno más que es atendido, uno más.

 

En la relación de la indiferencia las personas desaparecen como tales, nada importa, un muerto, tres muertos, da lo mismo; el paciente es el ocupante de un cuarto, de una cama, uno más que es atendido, uno más que muere, una persona a quien ni siquiera se llega a conocer.

 

La relación desde el entenderse, se presenta como el primer tipo de relación intersubjetiva de carácter constructivo, en donde se establece un acercamiento sincero entre dos o más personas que están dispuestas a compartir ideas, ideales, criterios y formas de vida. Es por ello, que cuando dos personas se entienden, el otro tiene un rostro definido, posee un nombre particular y significativo; es el amigo, el compadre, mi profesor, mi maestra, mi vecina, mi paciente, mi enfermera.

 

La relación desde el amarse, esta forma de relación es personal, se vive desde la intimidad, va más allá del entenderse, tiene que ver con otras dimensiones de la existencia que trasciende lo profesional, lo familiar, lo vecinal, lo establecido, en efecto, el amarse es un tipo de relación que está más allá de lo explicable y penetra en el misterio de la persona humana. Es por ello, que el amor se da sin razones; muchas veces sin entenderse, se da y punto. Sin embargo, el amor no hace que desaparezca el yo enajenado en la figura del otro, eso sería una relación de dominio, y no de amor.

 

Amar es encontrarse, pero una vez que sucede el encuentro, ¿cómo se manifiesta el amor? Se manifiesta como deseo de estar juntos, de compartir la vida, de no separarse. Por eso la madre no quiere separarse de su hijo, ni el hijo de su madre; los hermanos se escriben si están lejos, pidiendo noticias o se invitan con frecuencia; los amigos se pasan la mayor parte de su tiempo juntos, los novios se quieren ver todas las tardes y la mente está siempre ocupada en imaginar la presencia del otro (6).

 

Ahora bien, dentro del marco de la evaluación del desempeño de la enfermera, la relación desde el amor no puede ser evaluada, ya que este tipo de relación es íntima y personal. Sin embargo, una manifestación de la relación desde el amor en el desempeño, se puede dar cuando se ama la profesión, la quiere y desea vivir para la enfermería, le gusta y desea estar en su lugar de trabajo, y se siente feliz cuando realiza su tarea de cuidar, le parecen cortas las horas cuando está con sus pacientes; en definitiva, cuando concibe que su felicidad está determinada por ser enfermera, y no se ve a sí mismo viviendo de otra manera. Muchas voces lo reflejan y lo expresan “me siento feliz cuando estoy con mis pacientes”,” el hospital es mi segunda casa”

 

La relación desde el confiarse, es el nivel de relación más profundo que pueda experimentar la persona, no es fácil llegar a este tipo de relación ya que no es tan emotivo como el amor, y, sin duda, trasciende el entenderse. En efecto, el confiarse exige una capacidad de entrega de la misma intimidad, de lo oculto, de lo que solamente se guarda para nosotros, de eso que no compartimos, de nuestros secretos.

 

Es por ello, que este nivel de relación exige la presencia de un tú que no sea capaz de fallarnos. Es decir, exige una capacidad de entrega de la misma intimidad en una persona ajena a nosotros, que no sea capaz de fallarnos jamás. Ya que de hecho se puede entender al otro, pero ¿debo confiar mi intimidad a todos mis amigos que comparten ideales, a todos los profesores que conozco, a todos los vecinos, a todos mis compañeros de trabajo, a todos mis pacientes, a todos mis familiares, a mis hijos, a mi pareja, a quienes entiendo y amo?

 

Por otra parte, se puede amar a las personas, a la pareja, a los padres, a un amigo, a una amiga; pero, ¿puedo confiarles, en nombre del amor, lo íntimo, mis secretos? ¿Hasta qué punto puedo confiar en el otro? ¿Hasta qué punto el otro es garantía de mi confianza?

 

Ahora bien, este nivel de relación basado en la confianza plena es el que da sentido pleno a la dimensión del ser humano; pues desde su nacimiento es un proyecto en relación con los demás, de ahí que la verdadera ética de la liberación es aquella que defiende y fundamenta los valores del dialogo de construcción del ser humano y de una sociedad feliz, y es la sed que impulsa al ser humano al encuentro con el otro.

 

Así, desde los planteamientos de Gevaer y en consideración a la naturaleza de enfermería en el campo de las ciencias humanas, es propio preguntarse ¿cómo se hace presente en el cuidado de enfermería la intersubjetividad?

 

La Intersubjetividad en el Discurso de Enfermería

 

En relatos de vida realizados a 5 enfermeras, como avance de la investigación Modelo de Pensamiento Antropofilosófico en el Discurso y la Práctica de Enfermería, se distingue entre otras categorías, la intersujetividad, desde la perspectiva que la experiencia de enfermería significa “ponerse en lugar del paciente”, imprimiendo en el discurso de la enfermera un yo intimo personal que trasciende al otro, en busca de reconocer, comprender o de sentirse el yo mismo como el yo del otro.

La introducción del término empatía en el discurso de la enfermera, parece responder al empeño de las enfermeras(os) para cambiar su modelo, buscando alejarse del cristianismo y procurar autonomía marcando distancia de su imagen como auxiliar médico (7) Pero la urgencia de sustentar científicamente la razón práctica de su profesión le facilita su apertura a las influencias de la psicología humanística.

 

Desde la objetividad teórica, ¿cómo puede interpretarse “ponerse en lugar del paciente”?; Rogers (1961), propone que en un contexto de relación de ayuda, y esta es la condición enfermera-paciente, penetrar los sentimientos y significados personales del otro, tiene como objetivo la comprensión empática (8). En ese mismo orden, la relación interpersonal, como manifestación de la apertura a experiencias humanas, se caracteriza por la escucha empática, entre otros aspectos (9).

 

Escuchar y comprender se convierten en una dimensión de la empatía, la dimensión cognitiva (10), “ponerse en lugar del paciente” ciertamente implica conocer al otro para reconocer sus emociones, pero desde la experiencia de las enfermeras parece tener un significado mas allá de escuchar y comprender…es sentir la emoción del otro (11)… es hacer mío su tristeza, dolor, ira, miedo, vergüenza, sorpresa y aún la alegría…es acompañarlo en su sentir…es trascender del yo íntimo al otro por la compasión.

 

La compasión yace en afectividad, lo cual la ubica en el campo de las emociones y como tal se inicia con un estímulo (escuchar y reconocer los sentimientos del otro) en consecuencia se suceden cambios corporales (10), vale decir, si sientes compasión tu cuerpo cambiará en concordancia con el sentimiento del otro…la enfermera no solamente sentirá la tristeza, la ira y el miedo sino que lo hará saber de forma corpórea…su habla y su gestos mostrarán que acompaña al paciente en sus emociones.

 

Pero la empatía “como ponerse en lugar del otro” no puede entenderse solamente desde la psicología, puesto que va mas allá de entender y comprender es un acto de deseo de la voluntad por reconocerlo como sentimiento moral bueno. Al respecto, Smith (1759) plantea la empatía como base de la virtud de todo lo apropiado, por lo tanto decisiva de todo lo ético. La empatía trasciende como sentimiento moral en consonancia afectiva con otros, la empatía es simpatía por compasión, entendiéndose como participación en el sufrimiento de otros (12).

 

En consecuencia, al escuchar, comprender, el yo participa de la emoción del otro, por proceso de emoción y moralidad, implica que el yo pone su atención en el otro, lo escucha y lo comprende, lo asume digno, se siente importante para los demás, se siente respetado, con derechos y deberes; de igual manera, el yo reconoce la presencia del otro, como una persona significativa, a quien conoce, con quien comparte, a quien le desea lo mejor, porque lo comprende, de esta manera la enfermera “se pone en lugar del paciente desde entenderse”.

 

Esta ética del diálogo, desde el entenderse, cobra verdadero significado en cuanto que su alcance se extiende en número y calidad en las relaciones sociales, es lo que algunos han llamado la ética del diálogo basada en las mínimas normas para el entendimiento de la humanidad, representadas en los derechos humanos, por el respeto a la dignidad humana, es reconocer y comprender en la existencia del otro su condición humana (13) ¿ Puede la empatía significar otro nivel de relación? Para Unamuno (1912), la compasión es amor espiritual, porque nace del dolor, es la compasión lo que los padres experimentan, es el sentimiento de protección ante los hijos desvalidos, se confunden en el dolor cuerpo y alma....


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