Perspectiva fenomenologica sobre el cuidado de la persona adolescente
Autor: MSc. Ani Evies | Publicado:  16/06/2008 | Psicologia , Enfermeria | |
Perspectiva fenomenologica sobre el cuidado de la persona adolescente.2

La adolescencia “es el periodo evolutivo de transición entre la infancia y la etapa adulta, que implica cambios biológicos, cognitivos y socioemocionales, que “van desde el desarrollo de las funciones sexuales hasta el pensamiento abstracto y la búsqueda de la autonomía” (3). Es el período de crecimiento físico y psicosocial que perfila la entrada a la vida adulta (4). Esto determina la importancia de entender el significado de la adolescencia y del grupo humano ubicado en ella, pues representan el futuro de toda sociedad.

 

Para el año 2001, en Venezuela el grupo de adolescentes de 10 a 14 años, estuvo representado por el 11,08%, y la de 15 a 19 años, por el 10,18%”(5), el conglomerado de adolescentes con edades comprendidas entre los 10 y 14 años, representa en cifras absolutas de 2.745.788; de 15 a 19 años 2.670.037, para un total de 5.415.825 de población juvenil. Las cifras estadísticas previamente expresadas, indican la existencia de una población joven, que amerita atención por parte de las organizaciones: educativas, económicas, sociales, asistenciales (6).

 

En este sentido, el personal que labora en el campo de las ciencias de la salud, responsable de proporcionar cuidado a las personas que lo solicitan, se les exige, éticamente que utilicen dos cualidades humanas esenciales: la capacidad de razonar y la capacidad de sentir empatía y comprensión hacia los demás y esto es válido para los profesionales que atienden a las/los adolescentes, considerando que la adolescencia como parte del proceso vital, se inicia muchas veces antes de los 10 años y va más allá de los 19 años, cuyos cambios biológicos, psicosociales, culturales la mayoría de las veces, involucran situaciones de riesgo. Por lo tanto, el cuidado que se les proporciona ha de ser bajo una visión de totalidad, que comprenda todas sus dimensiones y cambios; así como los factores que los pudieran afectar negativamente.

 

Además, se enfatiza que las profesiones representadas dentro del equipo de salud, tienen como finalidad ayudar a personas sanas y enfermas, ubicadas dentro de cualquiera de las etapas del ciclo vital, entre los que se agrupan las/los adolescentes, lo que amerita un trabajo organizado y unitario de los profesionales que conforman dicho equipo, “conformado por un número de personas con habilidades complementarias que tienen un compromiso común, una serie de metas de desempeño y un enfoque, de todo lo cual son mutuamente responsables”(7).

 

En consecuencia, se debe realizar indagaciones en los jóvenes y en el grupo profesional tratando de encontrar el sentido del cuidado, a la luz de las causas primarias, recordando que la filosofía contribuye al conocimiento profundo de la persona, relacionado con lo que se es y lo que pasa en su mundo, así como con lo que busca y lo que desea hacer. Al intentar comprender la naturaleza integral de todo esto, pudiera conducirnos a la comprensión holística de los fenómenos que nutren y enriquecen la conciencia y la vida del adolescente.

 

Por otra parte, se reconoce que la riqueza del cuidado se evidencia cuando la investigación y la teoría fundamentan armoniosamente la práctica del mismo, bajo un enfoque unitario que favorece distinguir la integralidad de las dimensiones que estructuran la personalidad del adolescente, conocer que su mundo es tan amplio y complejo, por lo que para proporcionar un cuidado individualizado se requiere entrar en su propio mundo para entender sus vivencias e inquietudes como una forma de fomentar su autonomía, respetando siempre su condición humana, sin afectar la calidad del cuidado.

 

Es reconocer en el adolescente a un ente humano, semejante a los demás, pero que a su vez es único e irreductible por sus diferencias individuales que lo caracterizan como ser emocional, intelectual, sensible, poseedor de una capacidad ilimitada para aprender y capaz de asumir su propia responsabilidad para proteger su salud y bienestar.

 

El cuidado tiene que considerar a la persona adolescente, como un ser humano que en igualdad de condiciones a otros, exige ser valorado, respetado, comprendido y ayudado, pues la etapa vital que lo distingue se corresponde con un período de mayor vulnerabilidad, que lo puede llevar a comportamientos antagónicos y a conflictos.(4) dada la crisis de identidad que experimenta. Por consiguiente, en las instituciones vinculadas con el cuidado de la salud del joven, se requiere la presencia significativa del equipo profesional especializado, que indague en ellos sobre el significado que les asignan a su cuidado y a su salud, y no solo la puesta en práctica de su conocimiento profesional, dejando a un lado la vivencia de las/los adolescentes con respecto al cuidado que recibe y que con compromiso solidario asuma la responsabilidad de ayudarlo pertinentemente.

 

 Al considerar lo antes formulado, que origina un conjunto de incertidumbres, nos hemos formulado las siguientes preguntas: ¿Cuál debería ser la naturaleza del cuidado que se ha de proporcionar a las/los adolescentes? ¿Qué significado le dan las/los adolescentes al cuidado recibido de los profesionales de la salud? ¿Se sienten satisfechos las/los adolescentes con el tipo de cuidado recibido hasta ahora? ¿Las acciones cuidadoras del equipo de salud están dirigidas a ofrecer un apoyo integral a las/los adolescentes?

 

El presente estudio tuvo como objetivo general: Interpretar los significados que un grupo de adolescentes le asignan al cuidado proporcionado por el equipo de salud especializado en adolescentes, y los objetivos específicos fueron los siguientes:

 

1.- Describir el significado que las/los adolescentes le asignan al cuidado recibido de los profesionales de la salud.

2.- Identificar los significados del cuidado proporcionado a las/los adolescentes por los profesionales de la salud.

3.- Buscar las coincidencias emergidas en los informantes claves sobre lo que significa el cuidado dado por los profesionales de la salud y por las/los adolescentes que lo reciben.

 

Metodología.

 

En nuestra inquietud por buscar respuestas a las incertidumbres surgidas sobre el tema en estudio, se decidió por una investigación de índole cualitativa, es decir aquella “que produce datos descriptivos: las propias palabras de las personas habladas o escritas y la conducta observable” (8). Trata de comprender e interpretar los motivos y creencias que subyacen en la vida interior de la persona, con énfasis en “la valoración de lo subjetivo, lo vivencial y la interacción del sujeto” (9).

 

Dentro de la variedad de métodos existentes en la metodología cualitativa se optó por el fenomenológico, cuyo abordaje sirve para entender a “los seres humanos a partir de la inmersión en su campo de percepción, para ver la vida tal como ellos la ven” (10). Se reconoce que la fenomenología es a la vez una “filosofía y un método” y ambos conceptos pueden orientar esta investigación para responder las interrogantes acerca de los fenómenos experimentados por las/los adolescentes al recibir el cuidado de profesionales de la salud, considerado éste como una experiencia vital que forma parte de su cotidianidad.

 

Es decir, se buscó esclarecer dudas relacionadas con los fenómenos presentes en la conciencia de las personas adolescentes como parte de su experiencia humana y describirlos tal como fueron vividos por ellos, pues, es a través de esta experiencia como se tiene la conciencia de ser en el mundo”(11).

 

En este sentido, se intentó comprender e interpretar que significa el cuidar para las/los adolescentes, a partir de su experiencia como actores sociales del presente estudio y la visión que sobre el cuidado a éstos, poseen los profesionales de la salud.

 

Cabe señalar aquí, que la comprensión y la interpretación son algunos de los conceptos distintivos del abordaje fenomenológico. En la comprensión se trata de indagar lo psíquico de la persona a través de lo que ella manifiesta de sus vivencias y experiencias, que en este caso especifico, fue la visión de cuidado de las/los adolescentes y del equipo de salud., esto se deriva de la idea de que: la comprensión es “el acto por el cual se aprende lo psíquico a través de sus múltiples exteriorizaciones” (10).

 

Por lo tanto, la comprensión consiste en “reconstruir una totalidad en cuyo seno se determina el significado de cada una de las partes” (12). Reconstrucción que se intenta alcanzar con “la captación de las relaciones internas y profundas, mediante la penetración en su intimidad para ser entendida desde adentro, en su novedad respetando la originalidad y la individualidad de los fenómenos” (13).

 

En cuanto a la interpretación como parte del proceso hermenéutico, “no es un acto complementario ni posterior a la comprensión, sino que comprender es siempre interpretación y ésta es la forma explícita de la comprensión”. Por consiguiente, “la interpretación es una tarea de la comprensión vinculada intrínsecamente al simbolismo y dirigida a descifrar el sentido que la persona le da a sus vivencias” (14). La interpretación se “fundamenta en: evaluaciones, comprobaciones y observaciones guiadas por la lógica”.

 


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