Envejecimiento actual y la lucha contra el sufrimiento humano
Autor: Dr. Daniel Ramon Gutierrez Rodriguez | Publicado:  22/07/2008 | Geriatria y Gerontologia | |
Envejecimiento actual y la lucha contra el sufrimiento humano.1

Envejecimiento actual y la lucha contra el sufrimiento humano

 

MsC. Daniel Ramón Gutiérrez Rodríguez. Master Ciencias, Especialista 2º grado en Medicina General Integral. Centro de trabajo: Policlínico Juan Martí Pí. Área de Jicotea. Municipio de Ranchuelo.

MsC. Eleida Valdez Rodríguez. Master Ciencias. Especialista en 1er grado en Geriatría. Centro de trabajo: Policlínico Capitán Roberto Fleítes.

MSc. Nancy Nepomuceno Padilla. Master Ciencias. Licenciada en psicología. Centro de trabajo: Ramón Pando Ferrer.

 

Instituto Superior Ciencias Médicas Dr. “Serafín Ruíz de Zárate Ruíz”. Facultad de Medicina. Villa Clara, Santa Clara. Cuba.

                                    

En gran error generalizado con el que viven muchas personas, entre ellas muchos ancianos, es el prejuicio de creer que la vejez es un período necesario y fatalmente de declinación, deterioro y caos, en todos los sentidos. Los resultados de las investigaciones actuales en el campo de la gerontología han demostrado lo incierto y falso de esta idea. ¿Cuál es la duración de la vida humana? Cuando se tiene salud y el mundo sonríe, la muerte parece muy remota; tenemos una sensación de inmortalidad. “La muerte es para otros, no para nosotros”. Por esta razón, en la civilización moderna, como en otras ya desaparecidas, ha existido gran interés por la longevidad.

 

Durante este siglo se ha propuesto un gran número de teorías para explicar la naturaleza del envejecimiento. El envejecimiento compromete un número de genes diferentes, se han llegado a señalar hasta 100 genes implicados en la evolución de la longevidad y ocurre a todos los niveles: al nivel molecular, nivel celular y nivel de órgano. Todos estos fenómenos del envejecimiento no los puede explicar un mecanismo único, por lo tanto, la teoría que valore la naturaleza multicausal será la que conseguirá un acercamiento científico más racional. Strehler, en 1982, señaló los cambios que una teoría del envejecimiento debe explicar: (1)

 

a) Perjudiciales, reducen las funciones.

b) Progresivos, que tengan lugar gradualmente.

c) Intrínsecos, es decir, que no sean por causa de agentes medio ambientales modificables.

d) Universales, esto es, todos los miembros de una especie deben revelar los déficit. (2)

 

El envejecimiento mundial se ha ido acelerando desde 1980 en que existían quinientos cincuenta millones de adultos mayores, con una perspectiva demográfica de mil doscientos cincuenta millones en el año 2025.

 

Desde una perspectiva conceptual muy general, el envejecimiento es la transformación de cualquier aspecto de la realidad que acontece en el proceso de interacción con el medio. (3,4) En lo que concierne a la especie humana en particular, se reconocen tipos diferentes de envejecimiento, entre los que sobresalen el individual y el demográfico o poblacional. El envejecimiento individual es el proceso de evolución hasta ahora irreversible que experimenta cada persona en el transcurso de su vida y envejecimiento poblacional el incremento de la población de adultos mayores con respecto al conjunto de la población a que pertenecen. Esta dualidad de interpretaciones hace que el análisis del envejecimiento deba hacerse en 2 planos diferentes: el social, con implicaciones y dimensiones del micromundo y macromundo, y el individual, a su vez, este último lo abordaremos de modo interdisciplinario y multidimensional por considerar al adulto mayor como a cualquier humano, una mezcla indisoluble biopsíquica en un contexto social y económico que responde al tipo de sociedad en que se desarrolla e interactúa dialécticamente, y donde conforma un conjunto categórico bio-psico-social-económico, con elementos emocionales y espirituales, regido por normas éticas desde aristas morales, jurídico legales, culturales y religiosas. (5)

 

Debido a estas causas se incrementará la población de adultos mayores y nuestra sociedad requerirá de grandes recursos humanos - formales e informales - para solucionar los problemas que acarrea este envejecimiento. Los humanos de esta época nos sentimos con una responsabilidad innata, que es mejorar nuestra propia vida humana, nuestro mundo, interactuando con él a través de una estrecha relación, que es tan importante y que lo distingue. El propósito no es solamente alargar la vida, sino mejorar la calidad de esta vida en cada época. Los jóvenes de nuestra sociedad saben que es preciso dosificar la actividad humana, y si bien es necesario trazarse una estrategia de realización como criaturas psico-biológicas con determinada espiritualidad heredada y adquirida, saben también que pueden cumplir la obra de la vida en otras vertientes como la social y la profesional. Uno de los problemas más acuciantes que confrontan nuestros jóvenes es el del compromiso múltiple en varias esferas de la vida dentro de nuestro contexto social. Esto podría explicar en cierta medida una de las causas de reducción de la fecundidad. El cuidado y la enseñanza de los hijos en nuestros días se han tornado muy complejos en todo el mundo y por lo tanto, en nuestro país. Toca también a nuestros jóvenes y adultos no mayores, el cuidado de sus mayores.

 

Estas condiciones, unidas a otras como la facilidad y accesibilidad a medios anticonceptivos, al aborto, y a otras regulaciones de la concepción, dificultades de vivienda por migraciones desde el interior a la capital, varias generaciones compartiendo una sola vivienda, conflictos intergeneracionales y otros desafíos no menos trascendentes son factores que inciden en la fecundidad, y reducen sus indicadores, así como también reducen los de la natalidad, a pesar de los ingentes esfuerzos que el estado cubano viene realizando para dar solución a estos problemas, aún los mismos son insuficientes como respuesta a todos los requerimientos de la sociedad moderna en un país como el nuestro. (6)

 

Las situaciones de maltrato al anciano despiertan cada vez más la inquietud de los profesionales sanitarios. La preocupación sobre cómo podemos sospechar esta posibilidad, y cómo podemos actuar, es evidente en las consultas, los Servicios de Urgencia de los Hospitales, las Residencias, la asistencia domiciliaria, y en general en todos los que convivimos con la problemática del viejo. (4)

 

La transformación de la sociedad cubana desde una entidad demográfica poco envejecida a otra con un tanto por ciento de adultos mayores que cada día crece en relación con los otros grupos poblacionales, ha sido un tema poco debatido y poco tratado en ámbitos institucionales o científicos hasta hace pocas décadas. Durante el poderío colonial español y de la república capitalista dependiente, apenas se prestó atención gubernamental ni se realizaron estudios particulares de importancia apreciable, por lo que no existe bibliografía de soporte para comparar con investigaciones anteriores. No es de extrañar que en tales sociedades los gobiernos y demás organizaciones competentes hayan hecho caso omiso de los ancianos, de su asistencia en cuanto a la salud o la seguridad social y otros derechos que conciernen al hombre por el solo hecho de serlo y que en el concepto humano deben quedar implícitos 5 sin que se precise reclamarlos.

 

El derecho a la adquisición de un bien material o espiritual o a determinados valores no necesita reclamos, porque pierden su esencia al no estar asignados. Esto no implica que nos pleguemos absolutamente a un pensamiento ético-filosófico aristotélico en relación con que todo hombre tiene derecho a la felicidad durante el tránsito por la vida.

 

Pero sí creemos, como sentenciara Haring, al conjugar los valores individuales y sociales de la salud y armonizar los ámbitos del médico y el paciente que: "La salud personal y la salud de la sociedad han de medirse con los criterios de libertad y de compromiso común”.

 

Cuba es uno de los países latinoamericanos más envejecidos. La magnitud alcanzada en este orden y la rapidez con que se ha transformado la pirámide poblacional, constituye una preocupación en los años futuros. El primer programa de atención al adulto mayor surge en el año 1974 y en 1985 se incorpora la variante de atención del médico de la familia y su equipo de trabajo. Actualmente las necesidades y demandas de este grupo asumen categorías superiores; esto hace que las respuestas tradicionales resulten insuficientes.

 

La favorable estructura sociopolítica en el país constituye un potencial de ayuda para acondicionar todas las premisas en este programa, asegurándose además la participación activa de la familia, la comunidad y el propio adulto mayor como protagonista. (3)


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